Cirugía

Fundación Puigvert realiza las primeras cirugías de oncología urogenital y renal con el robot HUGO

El pasado 14 de febrero profesionales del centro llevaron a cabo la primera nefrectomía parcial y la segunda prostatectomía radical en Europa con este sistema de nueva generación y los pacientes abandonaron el hospital a las 48 horas

HUGO, a diferencia de los robots quirúrgicos que le preceden, cuenta con brazos independientes, lo que permiten al cirujano ubicarlos donde más le convenga para acceder a los puntos en los que intervenir
HUGO, a diferencia de los robots quirúrgicos que le preceden, cuenta con brazos independientes, lo que permiten al cirujano ubicarlos donde más le convenga para acceder a los puntos en los que intervenirFundación Puigvert

En 2005, la Fundación Puigvert, centro especializado en las patologías urogenitales y renales, fue el primer hospital de España en adquirir un robot quirúrgico y en realizar cirugías asistid as por robot. Desde entonces, esta tecnología ha ido evolucionando de forma significativa y en estos últimos 17 años han ido saliendo al mercado diferentes versiones que ofrecen mejores resultados para el paciente y facilitan la labor de los cirujanos.

Paralelamente, en la Fundación Puigvert iba consolidándose la apuesta por este tipo de procedimiento quirúrgico y prueba de ello es que el pasado 14 de febrero el centro volvió a ser pionero en este ámbito al llevar a cabo, por la mañana, la segunda prostatectomía radical y, por la tarde, la primera nefrectomía parcial en Europa con HUGO, el nuevo robot quirúrgico de última generación desarrollado por Medtronic.

Son múltiples las ventajas o mejoras que esta nueva tecnología ofrece al cirujano a la hora de intervenir. “Lo que nosotros vimos en este robot es que, por un lado, la consola es abierta, lo cual permite al cirujano que está manejando el robot tener un mayor contacto visual con el resto de personas que están trabajando con él alrededor. Además, la imagen es en 3D 4k y alta definición, con lo que HUGO ofrece una muy buena calidad de imagen que facilita la cirugía, y la manipulación de los mandos y movilización de los brazos es más grácil, entre otras cosas porque en este robot los brazos ya no cuelgan todos de una zona, sino que están separados unos de otros y puedes colocarlos al rededor de la mesa a tu conveniencia, lo que permite resituarlos donde te interesa más para entrar los instrumentos en el paciente”, comenta el doctor Joan Palou, director del Servicio de Urología de la Fundación Puigvert, quien además fue el que realizó la primera prostatectomía radical con el robot HUGO. “El hecho de que su coste sea inferior al de sus predecesores es importante de cara a la democratización de la cirugía robótica”, añade.

En cualquier caso, el uso de esta nuevo herramienta quirúrgica requiere de una formación previa, que en el caso de los doctores de la Fundación Puigvert, dado su larga experiencia en el ámbito de la cirugía robótica, se centró exclusivamente en temas muy específicos de HUGO, como el posicionamiento de los brazos. En este sentido, el hospital, al margen del robot de quirófano, ha adquirido también un segundo HUGO de demo, de práctica, puesto que el hospital aspira a ser también un centro de formación en este robot.

Los pacientes que principalmente se van a beneficiar de la adquisición de este nuevo dispositivo de última tecnología son aquellos que han de someterse a las dos cirugías más frecuentes, como son la prostatectomía radical y la nefrectomía parcial, aunque, tal y como apunta Palou, “hemos desarrollado ya muchas otras indicaciones buscando siempre el beneficio del paciente a través de esta cirugía mínimamente invasiva”. Y es que gracias al robot, es posible intervenir realizado al paciente en torno a unas cuatro o seis incisiones mínimas por las que se lleva a cabo toda la cirugía, lo que garantiza una mejor y más rápida recuperación, menos dolor y menos sangrado.

Primeros pacientes

En este contexto, hace poco más de una semana, el doctor Palou llevó a cabo la primera prostatectomía radical en España con el robot Hugo, mientras que el doctor Alberto Breda, jefe de la Unidad de Urología Oncológica y Presidente de la Sección de Cirugía Robótica de la Sociedad Europea de Urología, fue el primero en completar una nefrectomía parcial con esta tecnología. “La prostatectomía se realiza cuando hay un próstata que tiene cáncer y, por el tipo de tumor y la edad del paciente, hay indicaciones para sacarla con la voluntad de curar el cáncer”, explica Palou, quien al respecto señala que como este órgano “está situado entre la vejiga y la uretra, tras sacarlo es necesario volver a empalmar la vejiga con la uretra para preservar la continencia”. “Este tipo de intervención se realizaba con cirugía abierta, que ha ido disminuyendo paulatinamente, porque al margen de ser más agresiva y entrañar un mayor sangrado, los resultados funcionales en cuanto a continencia o preservación de la función sexual son globalmente superiores en la cirugía robótica y también en comparación con la laparoscópica”, añade.

En cuanto a la nefrectomía parcial, Palou señala que “se lleva a cabo cuando tenemos un tumor en el riñón y, en lugar de sacar todo el órgano, lo que se hace es quitar solo el tumor, pero como al riñón le llega mucha sangre, hay que cortar la entrada de sangre de la arteria, cerrándola, de manera que queda el riñón seco de sangre, así que tras sacar el tumor, hay que reconstruir la parte del riñón que hemos cortado y esto la robótica lo facilita: ponemos los puntos por dentro, cerramos los conductos, cerramos el riñón y, una vez está todo reestablecido, volvemos a abrir la arteria para que entre de nuevo la sangre”. “Toda esta cirugía de cortar más selectivamente el tumor, suturar el riñón, reparar todo y dejarlo íntegro se ha visto que con el robot es superior, ya que necesitas menos tiempo y haces el trabajo con más detalle que con la cirugía laparoscópica”, señala.

Y pese a la complejidad y magnitud de estas operaciones, los dos primeros pacientes intervenidos en España mediante la cirugía robótica con HUGO en la Fundación Puigvert se fueron a casa a las 48 horas de ser operados, lo que pone de manifiesto el carácter mínimamente invasivo de esta técnica, que permite acortar la recuperación y mejorar el postoperatorio del paciente, a la vez que, gracias a su elevada precisión, garantiza unos resultados superiores a los que proporciona la cirugía abierta y la laparoscópica.

Es por ello que Fundación Puigvert apuesta por la robótica y, de hecho, tal y como apunta Palou, “de los cuatros quirófanos de los que disponemos, ya tenemos dos robotizados con la idea de ir ampliando la oferta de esta cirugía a nuestros pacientes, sobre todo en el ámbito de la cirugía oncológica y reconstructiva en la especialidad de la Urología”.