El desafío independentista

¿Por qué los indepes se enfadan entre ellos?

Carles Puigdemont
Carles PuigdemontGUGLIELMO MANGIAPANEREUTERS

Escribo este artículo alejado de los análisis políticos o sociológicos sobre los que me confieso un absoluto y vocacional desastre, esto es solo una visión subjetiva de cómo veo yo el mundo indepe.

Verán de los indepes como de los no indepes hay de muchos tipos, cada uno lleva lo suyo a su manera, pero básicamente los dividiría en tres grupos según el partido al que votan.

«Indepecupero»; el indepecupero es el más puro e idealista de los indepes, está muy enfadado con España, pero no solo con España sino también con los bancos, los cruceros o los coches que van por la calle. Sus verdaderos ídolos no son los catalanes sino los vascos como Arnaldo Otegui y aquí me paro porque quiero ser prudente. El día que se enteren que se cayó el muro de Berlín se van a llevar un disgusto enorme.

«Indepejunts»; El indepejunts se caracteriza por enfadarse con todos empezando por los propios compañeros indepejunts, hay tantas organizaciones de indepenjunts como miembros. El motivo de su enfado es comprensible, en muchas casos su abuelo tocó cacho con el Movimiento Nacional, su padre con Convergencia y él se ha quedado fuera de juego porque primero los lideró un señor con cara de madelman que se quería tirar al monte y luego otro con un peinado muy extraño que se tiró al monte ocho segundos, se fugó en un maletero y ahora hay que mantenerlo en Waterloo.

«Indepeesquerra»; Este indepe es hoy en día el más práctico, este sí que toca cacho y no está dispuesto a dejar de tocarlo ni aunque le espíe el CNI o la Guardia Vaticana, aunque hay que reconocer que uno de sus líderes en lugar de fugarse con el del maletero (nobleza obliga) se quedó aquí y afrontó lo que le venía. Como manejan el cotarro y han de tener contentos a todos, han sacado un nuevo tipo de indepesquerra a lo Rufián, es decir el prototipo de españolazo de lo más castizo, a quien le pega más un chotis de chulapo que cualquier sardana. Son los independentistas muy al gusto del Sr. Sánchez.

Finalmente hay una última categoría indepe que deben ser declarados patrimonio de la humanidad, son los «indepehistoriadores», unos tipos divertidísimos capaces de convertir a Santa Teresa de Jesús en pubilla de Gracia, a Cervantes en compositor de sardanas y a Colón en casteller si hace falta.

Todos ellos tienen unos enemigos comunes, Franco (que según ellos aun sigue en el Pardo), el Rey y Florentino Pérez (este último para todos menos para Rufián que me da que en el fondo es del Real Madrid).