Solidaridad
“No tenía papeles y no podía trabajar, pero me enseñaron desde cero, aprendí a desenvolverme en el mundo de la hostelería y a desplegar mis habilidades”
Allison es una de las mujeres supervivientes de violencia que participó en la prueba piloto de SHE Bistro, un proyecto que busca ofrecer oportunidades a estas mujeres y a personas con diversidad funcional con la cocina como vía de formación, empleabilidad y acción comunitaria y que acaba de inaugurar su primer restaurante en Barcelona
Hace tres años, Allison, que entonces tendría 18 años, llegó a Barcelona junto a su madre, ambas sin papeles ni trabajo. Se habían visto obligadas a salir de su país natal, Perú, como única vía de huida ante los malostratos que el padre de familia infligía a la progenitora.
En situación ilegal, la inserción laboral era una quimera para ambas mujeres, que residían en una habitación de alquiler en un piso compartido. En ese momento, encontraron el apoyo de la Fundación Anabella y fue a través de esta entidad que, en noviembre de 2021, Allison pudo entrar a formar parte de la prueba piloto de SHE Bistro, un proyecto impulsado por Cooking for Mission y Blum, que trabaja para ofrecer oportunidades a mujeres supervivientes de violencia de género y personas con diversidad funcional con la cocina como vía de formación, empleabilidad y acción comunitaria.
“Yo no tenía papeles y, por lo tanto, no podía trabajar, pero en aquella prueba piloto me enseñaron desde cero, aprendí a desenvolverme en el mundo de la hostelería y a desplegar mis habilidades”, comenta sobre aquella experiencia Allison, quien además indica que aquello le “sirvió para ganar confianza, seguridad y autoestima” y es que, más allá de formación, esa prueba piloto permitió a la joven “compartir vivencias con otras compañeras que habían vivido una situación de violencia, lo cual me hizo sentirme identificada y ver que no estaba sola y que si ellas habían sido capaces de superarlo, yo también podía”.
“Me siento muy agradecida por aquella oportunidad”, asegura Allison, a quien su participación en la prueba piloto permitió entrar a trabajar en Glovo, entidad que colabora con el proyecto, el cual, entre sus objetivos cuenta con la inserción laboral de las mujeres que participan en el mismo mediante acuerdos de colaboración con otras empresas. Así, a los dos meses de concluir la prueba piloto, las otras tres mujeres que participaron en la misma ya disponían también de un empleo.
La andadura de Allison en Glovo fue corta, de apenas seis meses, porque, el pasado 19 de octubre, She Bistro inauguró su primer restaurante social en Barcelona y la joven ha sido contratada para formar parte de la plantilla, que también integran un un chef y una jefa de sala como dos únicas personas no vulnerables del equipo, así como dos personas con diversidad funcional y otras cinco mujeres supervivientes que están completando ahora su formación
En definitiva, a día de hoy Allison, tres años después de su llegada precipitada a Barcelona, cuenta con trabajo, está estudiando un ciclo formativo de dos años en Márketing y comunicación y reside ya en un piso junto a su madre y, en este proceso, SHE Bistro ha jugado un papel clave.
Formación, empleo y empoderamiento
Y es que este proyecto es una apuesta por el empoderamiento de las mujeres víctimas de violencia y personas con diversidad funcional a través de la formación y el empleo. Así pues, éste consta de una primera fase en la que los participantes realizan prácticas en hostelería y acuden a talleres de apoyo psicosocial y habilidades para, a continuación, ofrecerles apoyo en la transición hacia un empleo permanente, ya sea mediante su contratación en el restaurante o bien a través de su incorporación a la plantilla de restaurantes y empresas aliadas.
“SHE Bistro crea oportunidades para mujeres víctima de violencia de género y personas con discapacidad, dos colectivos que encajan bien ya que unas necesitan mucho amor y los otros, dan mucho amor. Y en el marco de esta iniciativa, durante cuatro meses se ofrece a estas mujeres una formación práctica en cocina y sala, así como talleres en los que se trabaja la autoestima, las habilidades sociales, su futuro profesional...con la idea de que, a su finalización, salgan con trabajo en nuestro restaurante o en algún otro con el que hayamos establecido alianzas”, explica Berta Argenté, cofundadora de SHE Bistro y CEO de Blum, un Company Builder de Impacto Social que crea empresas sociales para abordar retos que afrontan las mujeres.
A día de hoy, forman parte del programa de formación práctica, que consta de 4 horas al día durante 4 meses, seis mujeres supervivientes de violencia, entre las que se encuentra Allison, y además hay otras dos con diversidad funcional contratadas como empleadas del restaurante. “Durante el tiempo que dura esta formación, las mujeres reciben una beca de 350 euros al mes, lo cual facilita que puedan dedicar tiempo a esta tarea, puesto que, de otra manera, no tendrían la capacidad de renunciar a horas de trabajo por su formación”, explica Patty Torres, cofundadora de SHE Bistro y fundadora y directora de Cooking for Mission, una asociación que ofrece comidas sin estigmas a familias en desventaja económica, quien también pone de relieve el papel que juegan los talleres que se imparten en el marco del programa en lo relativo al empoderamiento de las mujeres supervivientes.
“Son talleres que dirige una pedagoga y que están diseñados por la Fundación ‘la Caixa’, en los cuales se trabajan aspectos como los estereotipos de género, qué es una relación sentimental sana, de qué manera dirigir y orientar el futuro de cada uno, cómo encontrar trabajo...y hemos visto que éstos contribuyen a hacer realidad un cambio brutal en la autoestima de estas mujeres”, indica Torres para a continuación hacer hincapié en la importancia que adquiere, en este sentido, el sentimiento de pertenencia a un grupo y los apoyos sociales que ofrece también el programa
“Son personas que están solas, que no tienen apoyos ni una red de familiares o amigos, y hacen comunidad entre ellas”, asegura para a continuación poner como ejemplo el hecho de que “una de las normas que ellas mismas se han puesto es la de hacer un plan juntas al menos un día a la semana”.
En definitiva, el restaurante SHE Bistro es la culminación de un trabajo de empoderamiento, formación y empleo de personas vulnerables, a las que se les ofrece una nueva oportunidad gracias a las posibilidades que ofrece el sector de la hostelería, es un negocio autosostenible y social, en el que se ofrece trabajo a personas supervivientes o con diversidad funcional, peroSHE Bistro es también un “lugar alegre, de fiesta y celebración -no en vano cuenta con un escenario para acoger actuaciones diversas y un sótano diáfano en el que llevar a cabo encuentros y talleres-, con una gastronomía basada en propuestas con aire internacional y toques locales, caseras y de elaboración artesanal”, comenta Torres, quien destaca el guacamole con pistachos, el pollo con 12 especies y leche de coco, el vegan curry con tofu y el Key Lime o tarta tradicional americana hecha con lima.
Modelo replicable
Y todo ello se fundamenta sobre un modelo de negocio sólido que permite la autosostenibilidad para asegurar así su continuidad y crecimiento en el tiempo, ya que todos los ingresos del restaurante se reinvierten en la financiación de la operación, de la formación y de otras iniciativas dirigidas a la comunidad.
En este sentido, la idea de Berta Argenté y Patty Torres es replicar el modelo de este primer SHE Bistro inaugurado en Barcelona en otros puntos de la ciudad y de España con el fin de “crear la primera familia de restaurantes con propósito”, avanza la fundadora de Blum, mientras que Torres especula con la posibilidad de que “Allison u otras chicas que hayan pasado por el programa podrían ser incluso las encargadas de los nuevos establecimientos que fuéramos abriendo en el futuro”.
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