Día Internacional de la Lucha contra el cáncer de pulmón

Un cribado de cáncer de pulmón, el más letal, lograría reducir la mortalidad en un 20-40%

Los especialistas reclaman la puesta en marcha de un programa de cribado entre población de riesgo, lo que permitiría incrementar los diagnósticos precoces, los cuales abren la puerta a la posibilidad de intervenir para resecar el tumor, mejorando el pronóstico de los pacientes

El cáncer de pulmón es el tercero más frecuente y principal causa de muerte por cáncer, tanto en hombres como en mujeres
El cáncer de pulmón es el tercero más frecuente y principal causa de muerte por cáncer, tanto en hombres como en mujereslarazon

El cáncer de pulmón es el tipo de tumor que más mortalidad tiene y eso es principalmente porque solo en dos de cada diez casos el diagnóstico tiene lugar en un estadio precoz. Así pues, la mayoría de pacientes llegan a consulta con un tumor avanzado, ya sea localmente avanzado o metastásico y, en estos casos, el pronóstico es mucho peor.

Pese a que en los últimos cinco años, los avances en inmunoterapia han permitido mejorar la supervivencia de estos pacientes con cáncer de pulmón avanzado, cuya vida media tras el diagnóstico ha pasado de ser de 8 -10 meses a ser de 25 - 30 meses, lo cierto es que, en estos casos, los tratamientos actuales solo permiten alargar la vida, pero no curar.

Por ello, y dado que en esta enfermedad es clave poder intervenir quirúrgicamente para extirpar el tumor o parte de él y, para ello, es imprescindible que éste sea localizado, resulta imprescindible poder diagnosticar de forma precoz, algo que podría hacerse mediante un cribado.

Al respecto, el doctor Laureano Molins, cirujano torácico especialista en cáncer de pulmón en Centro Médico Teknon y jefe del Servicio de cirugía torácica en Fundació Clínic, señala que “está demostrado que con un TAC torácico a población de riesgo, que básicamente son fumadores o ex fumadores de menos de 15 años de entre 50 y 60 años de edad, se podría detectar el cáncer de pulmón en un estadio precoz en ocho de cada diez casos, cuando actualmente esa proporción sin dicho cribado es de 2 de cada 10″.

Sin embargo, a diferencia de lo que sucede en otros países, en España aún no se ha establecido el cribado de cáncer de pulmón, como sí se ha hecho con el de mama o el de colon. Y si bien es cierto que la principal forma de prevenir la aparición de ésta enfermedad es erradicar el tabaquismo, que es la causa de la misma en nueve de cada diez pacientes, lo cierto es que, pese a todas las medidas impuestas para fomentar que la población abandone este hábito, gracias a las cuales se ha reducido en un 20% el número de personas fumadoras, a día de hoy, el 25% de la gente sigue fumando.

Por ello, si la prevención primaria no ha sido cien por cien exitosa, hay que recurrir a otras medidas de prevención secundaria para conseguir que se reduzcan las muertes por cáncer de pulmón y, en este contexto, juega un papel clave el cribado. “Hay estudio internacionales que han puesto de manifiesto que, con esta medida, se logra reducir la mortalidad por tumores pulmonares en un 20-40%”, indica Molins, quien al respecto asegura que “para conseguir mejorar los resultados en cáncer de pulmón es necesario establecer el cribado, porque, en lo que se refiere a los tratamientos, el único avance significativo que ha habido en los últimos 40 años ha sido el de la inmunoterapia para pacientes con tumores avanzados”.

En cualquier caso, en el contexto actual, lo que está claro es que es fundamental para el pronóstico del paciente el que éste pueda ser intervenido para la resección del tumor, pero ello solo está indicado cuando éste está localizado y, para que eso se produzca, debe ser diagnosticado precozmente. Pero además, entre estos pacientes, existen algunas particularidades que, en ciertos casos, pueden dificultar o incluso contraindicar la cirugía. Y es que algunos cuentan con otras patologías asociadas al tabaquismo o bien sus pulmones ya está maltrechos por éste hábito.

Al respecto, el doctor Albert Jáuregui, jefe del Instituto Jáuregui del Hospital Quirónsalud Barcelona y del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron, comenta que “habitualmente, los pacientes con cáncer de pulmón tienen antecedentes de tabaquismo muy elevado de manera que, más allá del tumor, sus pulmones están afectados, por lo que es posible que éstos no puedan soportar una cirugía o bien, en el caso en que se extirpe parte del órgano, podrían tener que llevar oxígeno el resto de sus vidas, porque lo que les queda de pulmón tras la intervención no les permite respirar en condiciones”.

Un robot que mejora la cirugía

Esta circunstancia, pues, excluía a un grupo de pacientes con cáncer de pulmón localizado de la posibilidad de ser intervenidos, algo que gracias a la reciente aplicación de la cirugía robótica en el campo de las intervenciones torácicas está cambiando. “Ahora podemos operar y extirpar tumores a personas que hace 20 años no podíamos, personas frágiles a las que entonces les hubiéramos negado el tratamiento quirúrgico”, asegura Jáuregui.

Y es que, inicialmente, a los pacientes con cáncer de pulmón operable se les realizaba una intervención muy agresiva, en la que se les abría el tórax para poder acceder al tumor, lo cual implicaba una herida muy grande, de unos 20 centímetros, de la que la recuperación era lenta y dolorosa. La implantación de la videotoracoscopia redujo la agresividad de estas intervenciones al requerir solo de pequeñas incisiones, de 3 a 5 centímetros, para introducir una cámara que permitiera ver el interior del paciente en dos dimensiones y, a través de esa misma incisión o mediante otras creadas para tal efecto, se podía acceder al tumor con el instrumental quirúrgico.

Esta técnica poco invasiva supuso una mejora importante en lo que se refiere a la recuperación de los pacientes, pero el verdadero cambio llegó en 2001, cuando se llevó a cabo en Italia la primera intervención para extirpar un tumor pulmonar con cirugía robótica. “Fue un cambio radical, porque se trata de una cirugía mínimamente invasiva que iguala o mejora la abierta”, señala Jáuregui, quien recuerda que “ésta no solo permite operar al paciente a partir de pequeños agujeritos de unos 8 milímetros, sino que, además, el robot dispone de una cámara que nos ofrece una visión 3D del interior del paciente, como si estuviéramos dentro de él, y cuenta con un brazo que no solo es capaz de simular el movimiento de la mano del cirujano, algo que con la videotoracoscopia no es posible, sino que además elimina el temblor de la misma”.

Así pues, se trata de una técnica quirúrgica que garantiza una mejor recuperación del paciente y minimiza los riesgos y posibles complicaciones durante la intervención. De hecho, tal y como recuerda el doctor, “con la videotoracospcopia, la recuperación llega a los tres meses de la intervención, mientras que con la cirugía robótica, a la semana los pacientes ya pueden estar paseando con su familia” y, aunque aún no existe suficiente evidencia científica al respecto, la sensación de los profesionales es que “ésta es incluso más eficaz y segura que la cirugía abierta”.

Por todo ello, Jáuregui asegura que “los cirujanos torácicos estamos emocionados por poder disponer de esta nueva técnica, ya que la cirugía torácica no había cambiado prácticamente nada desde hacía muchos años y llevábamos más de medio siglo con la videotoracoscopia”. Tal es la satisfacción de Jáuregui con el robot que a día de hoy el 50% de las intervenciones que realiza su equipo son ya con cirugía robótica, un porcentaje que alcanzaría el 90% si hubiera más plataformas robóticas disponibles . Y es que el único hándicap, por ahora, de la plataforma robótica es su elevado coste, razón por la cual no se ha incorporado en todos los hospitales y, cuando se ha hecho, muchas veces no ha sido con la dimensión deseada