Libros

Cuando la ficción ayuda a superar el duelo

El escritor Francisco Goldman visita Barcelona para presentar su libro «Monkey Boy»

El escritor norteamericano Francisco Goldman, de padre de origen judío ruso y madre guatemalteca, presentó su novela "Monkey Boy", ganadora del American Book Award y finalista del Premio Pulitzer de Ficción 2022
El escritor norteamericano Francisco Goldman, de padre de origen judío ruso y madre guatemalteca, presentó su novela "Monkey Boy", ganadora del American Book Award y finalista del Premio Pulitzer de Ficción 2022Alejandro GarciaAgencia EFE

Francisco Goldman es una de las voces literarias más interesantes de América por saber conjugar tanto la ficción como el ensayo. Su vida y su literatura cambió cuando su esposa, la también escritora Aura Estrada, falleció a los 30 años en un trágico accidente en la costa del Pacífico.

Goldman ha hecho todo lo que un autor puede hacer superar el duelo, creando un importante premio literario que lleva el nombre o escribiendo. El escritor, que se encuentra en Barcelona, presentó ayer su novela «Monkey Boy», publicada por Almadía. Con esta obra, como él mismo explicó, concluye una trilogía formada por «El circuito interior» (2015) y «Di su nombre» (2012). «Toda novela es autobiográfica. Eres tu propia explosión de tu mismo. Después de la muerte de Aura, después de todo aquello, quería entender el duelo que me había llevado a un momento de mi vida más difícil. Hice una serie de tres novelas sobre eso de la que esta es la última que empieza en un momento muy oscuro de mi vida cuando el duelo no ha terminado. Llevaba cinco años así. Para salir del duelo hay que vivirlo», argumentó Goldman.

«Monkey Boy» se encuentra a medio camino entre la realidad y la ficción para bucear en el pasado de Francisco (Frankie) Goldberg, quien guarda no pocos parecidos con Francisco Goldman, finalista del Pulitzer de Ficción en 2022. El protagonista viaja a Boston, la que es su ciudad natal, para reencontrarse con madre, pero también con lo que fue su infancia y su adolescencia.

No fue un periodo fácil en la vida del escritor, especialmente por la presencia de su padre. A este respecto, «me pregunté por qué tardé tanto en aprender a amar. Aprendí tarde en la vida. Mi obsesión era consecuencia del hecho de que mi papá que creó un ambiente violento en casa. Nunca vi besos, ni acariciar de manera tierna a mi papá. Si hubiera crecido en una familia normal estoy seguro de que hubiera conocido a alguien en los treinta y la que fue mi esposa hoy estaría viva». El padre del autor de «Marinero raso» o «La larga noche de los pollos blancos» se dedicaba a la fabricación de dentaduras postizas, algo que le hizo meditar con el tiempo a Goldman. «Mi padre era un hombre tan infeliz, tan enojado, que se dedicó a crear sonrisas sintéticas, a crear la imagen del sueño americano», apuntó.

El autor norteamericano tuvo dudas en el momento de empezar a escribir este libro, especialmente al pensar en la situación que se vive en el centro de su continente y su experiencia cubriendo como reportero la guerra en Guatemala. «Pasé diez años de mi vida en las guerras de Centroamérica. Eso es algo que siempre afecta. Conocí tanto sufrimiento que finalmente piensas que es frívolo escribir sobre tus años adolescentes. Pero si hago un viaje de Nueva York a Boston para visitar a mi madre, no voy a estar pensando esos cinco días en la guerra en Guatemala. Esta novela tardó más tiempo del que pensaba: fueron siete años y un borrador inicial de 800 páginas. Me resultaba necesario escribir sobre mi vida», recordó Goldman. El escritor se enfrentó también a un reto que finalmente desembocó en « el mayor logro que fue encontrar una estructura sencilla, íntima, que aunque parece estar contando un viaje de cinco días está narrando toda una vida».

La vida nunca sabe por dónde te lleva. Siempre hay giros de guion que acaban llevándote a donde menos te esperas. Eso le pasó a Francisco Goldman durante el tiempo en el que estuvo escribiendo «Monkey Boy». Fue durante ese tiempo en el que «conocí a mi actual esposa, Jovi, me enamoro de nuevo, nace mi hija, muere mi madre y llega Donald Trump a la presidencia, que nos enfermó mentalmente, nos volvió locos a todos en Estados Unidos».

Trump ha sido para Goldman, como para muchos estadounidenses, una verdadera pesadilla que no solamente se ha colado en su día a día sino también en, el caso del escritor, en su literatura. «Era una lucha cada día para no dejar atrás tu miedo. Cuando empecé a escribir mi novela, Trump aún no estaba pero fue encarnando cosas de la cultura gringa, como esa masculinidad», refirió el autor de «Monkey Boy».

New Bedford, un pueblo pesquero de Massachusetts, es el tema del libro en el que trabaja en la actualidad el escritor. Se trata de una comunidad multiétnica y multicultural que Goldman conoce muy bien y que es, según sus palabras, sinónimo de «la América más inclusiva».