Parlament

Aragonès se juega 400 millones en Salud en pleno aviso de huelga

La inestabilidad con 5 gobiernos en 12 años y unas inversiones que no despegan, la radiografía de un sector en pie de guerra. La credibilidad del Govern de ERC, a prueba

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y el conseller de Salud, Manel Balcells, esta semana pasada en una visita oficial al Instituto de Bioingenieria
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès y el conseller de Salud, Manel Balcells, esta semana pasada en una visita oficial al Instituto de BioingenieriaEnric FontcubertaAgencia EFE

La sanidad pública catalana vive su peor época desde los recortes de 2011. Al margen de la pandemia, el sector clama contra una infrafinanciación crónica que se ha alargado durante la última década y no se ha revertido ni con la Covid-19. La inestabilidad política, una inversión presupuestaria estancada y 30 medidas por cumplir son sólo algunos de los déficits de un sector que ha dicho «basta» e irá a la huelga en enero (25-26) bajo del liderazgo de Metges de Catalunya, el sindicato mayoritario.

El Govern de Pere Aragonès encara esta negociación con los colectivos sanitarios como uno de los grandes escollos de la legislatura. Frenar el paro y llegar a un acuerdo será el reto de un Ejecutivo que depende totalmente de si puede contar con el arma de los Presupuestos de 2023. Una de las bazas es la previsión de aumentar en 1.000 millones de euros el montante en sanidad, aunque dependerá de lo que ERC acabe acordado con PSC, Comunes o Junts, los tres partidos con los que trata de pactar las cuentas.

Y justo esta semana, Aragonès afronta una primera prueba de estrés al jugarse en el Parlament la convalidación de un decreto del Govern con casi 400 millones extra (376) para sanidad en el último pleno dentro de plazo que empieza mañana, una piedra de toque de cara a la batalla que se avecina en los próximos meses. La credibilidad del Ejecutivo está en juego y depende en gran parte de la oposición, que deberá dar el visto bueno a Aragonès en la Cámara.

Caso omiso a la OMS

Sobre las demandas del sector para negociar y frenar el paro, el personal sanitario exige el cumplimiento de la mejora de sus condiciones laborales, pendiente desde hace años e incluida en la negociación del nuevo convenio colectivo del Instituto Catalán de la Salud (ICS) o en el de la concertada que presta servicio público; y por otro, una mayor contratación de personal y más recursos especialmente en la atención primaria, la piedra angular del sistema. Precisamente, la OMS fijó en un 25% el presupuesto recomendado para ambulatorios y centros de primera asistencia, una cifra que queda muy lejos del 17% del Presupuesto catalán para este 2022, con 1.885 millones de euros en total.

Una situación que no se ha revertido en los últimos años pese a la saturación que sufrió durante la pandemia y al envejecimiento de la población que ha convertido la atención primaria en el eje del sistema público. En este sentido, un informe de la UGT de este 2022 revela dos datos importantes: el 38% de los mayores de 15 años tienen una enfermedad o dolor crónico, un porcentaje que se eleva con la edad; y la inversión en ambulatorios debería sumar 1.200 millones más en Cataluña para llegar a la cifra recomendada.

Así, la lenta de inyección de recursos es la tónica de la última década observando los sucesivos presupuestos desde 2011, primer año de los recortes. Analizando las partidas consolidadas, el sistema sufrió un importante tijeretazo en 2012 –1.000 millones menos que en 2010, último del tripartito–; tocó fondo en 2014 con 8.290 millones; y se fue recuperando muy paulatinamente hasta 2020, cuando ni tan siquiera alcanzó los niveles de 2010.En 2021 se prorrogaron las cuentas –con aportaciones extraordinarias por la Covid– mientras que las de 2022 sí incorporaron una importante inyección –hasta los 11.2000 millones– también derivada de las urgencias de la pandemia. Ahora, los sindicatos y colectivos médicos cifran en 1.500 millones de euros más la cantidad que necesita un sistema al borde del «colapso».

30 medidas olvidadas

De hecho, la Generalitat maneja desde hace dos años un documento elaborado por un comité de expertos con 30 medidas para aplicar en el sistema, unas condiciones que aún no se han cumplido y que los colectivos profesionales, con el influyente Colegio de Médicos de Barcelona a la cabeza, han recuperado ahora. Entre ellas destaca una aportación de 5.000 millones de euros en el próximo lustro, un sistema de atención primaria basado en las necesidades y la demanda de cada centro o equiparar las plantillas a la media europea.

Inestabilidad política

Una nueva carpeta pendiente en la mesa del Govern de Aragonès. Y aquí aparece otro de los problemas que el sector denuncia: la inestabilidad política de la última década que ha llevado a cinco equipos distintos a estar al frente de Salud en tan sólo 12 años. Un ritmo frenético que inauguró Boi Ruiz (diciembre 2010-2016) y le siguieron Toni Comín (2016-17), Alba Vergés (2018-21), Josep Maria Argimon (2021-22) y ahora Manel Balcells (ERC). Una sucesión de consejeros denunciada hace pocos días por el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, en una entrevista en TV3 en la que apeló a alcanzar «grandes consensos políticos» para «estabilizar la hoja de ruta de la sanidad».