Día Mundial de la Lucha contra la Depresión

“La mitad de los casos de depresión no se tratan adecuadamente”

La estigmatización de esta enfermedad hace que quien la padece no la reconozca o no pida ayuda a tiempo. Además, por este mismo motivo, muchos pacientes abandonan el tratamiento antes de lo indicado y el 80% recae al primer año por no haberlo completado

Mujer con depresión
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La depresión es la enfermedad que más discapacidad provoca en el mundo y, tal y como puso de evidencia un artículo que se publicó en 2021 en la revista Lancet, su prevalencia se ha incrementado en un 27,6% a consecuencia del estrés postpandémico, especialmente entre los jóvenes y las mujeres.

Ante esta realidad, cobra más importancia que nunca el poder ofrecer a los pacientes un tratamiento adecuado y eficaz, pero a día de hoy existen algunas barreras a la hora de acometer dicho objetivo. La primera de ellas, y probablemente la principal, es el desconocimiento y el estigma que existe en torno a esta enfermedad. “Muchas veces, la depresión se asocia a debilidad, pero lo cierto es que es una enfermedad cerebral que, si no se trata, provoca secuelas e incluso la muerte”, indica Diego Palao, director de Salud Mental de Parc Taulí y profesor de la Universidad Autónoma, y en este sentido cabe recordar que cerca de la mitad de las personas que se suicidan sufren depresión.

Al respecto, el psiquiatra señala que “las personas normalmente no autorreconocen la depresión, entre otras cosas porque ésta está muy mal vista, de manera que no acuden a la Atención Primaria y, cuando lo hacen, lo hacen tarde y mal”. Es por ello que Palao asegura que “el principal problema en lo que se refiere al tratamiento de la enfermedad es que el paciente llegue al médico de familia” y, por lo tanto, acceda a un diagnóstico para poder iniciar el tratamiento. En este sentido, cabe señalar que el 5% de la población tiene depresión y en la mitad de los casos ésta no se trata adecuadamente, bien sea porque el paciente no reconoce la enfermedad o porque, cuando lo hace, llega tarde a consulta.

Falta de recursos

Pero además, en lo relativo al tratamiento de esta patología mental, existe una segunda dificultad a superar. Y es que en todos los hospitales existe un déficit de profesionales en psicología y psiquiatría, lo cual es un factor limitante importante. “Es un problema de sillas vacías. Deberían haber más plazas MIR para esta especialidad porque estamos limitados”, asegura Palao, quien, en cualquier caso, alerta que “con los recursos que tenemos, aún hay margen para tratar mejor la depresión”.

Una medida con la que se podría mejorar la atención y tratamiento de estos pacientes consiste en la incorporación de especialistas en los equipos de Atención Primaria, puesto que eso permite mejorar la capacidad de resolución. “Ya se están incorporando psicólogos, que lo que hacen, sobre todo, es prevención ante situaciones de riesgo ambiental para evitar que acabe apareciendo la depresión, pero también contribuyen a una mayor detección de la enfermedad”, comenta el director de Salud Mental del Parc Taulí.

Además, no hay que olvidar que los casos más leves de la enfermedad se pueden gestionar desde la Atención Primaria y con pautas de autoayuda, mientras que los moderados requieren ya de un tratamiento farmacológico con antidepresivos y, en los casos de depresión más grave o severa, es necesaria ya la intervención psiquiátrica y, muchas veces, también psicológica, especialmente cuando existe una comorbilidad, caso en el que la participación de esta figura mejora el pronóstico.

Depresión resistente

El hecho de que una persona sufra otros trastornos mentales, más allá de la propia depresión, complica el tratamiento, así como también el consumo de sustancias como las drogas o el alcohol, y ciertas circunstancias vitales, como los problemas económicos, la falta de relaciones sociales, un duelo....Como indica Palao, “un tratamiento debe funcionar a las semanas, en unos tres meses deben verse los resultados, y si no es así, entonces entramos en lo que se conoce como depresión resistente, que es cuando no se logra una respuesta tras haber probado con dos antidepresivos o más”. Caso aparte son aquellas personas que no siguen el tratamiento prescrito por el especialista y esa falta de adherencia al mismo es bastante frecuente, ya que representa en torno al 50% de los casos, y eso, muchas veces, se debe a que la depresión está muy estigmatizada y mal vista.

En cualquier caso, si se tratan de forma adecuada, el 70% de las depresiones resistentes se pueden mejorar de forma sustancial y, en este sentido, cabe destacar que a día de hoy se están desarrollando varios estudios para hallar nuevos tratamientos en este ámbito, algo que hasta ahora no sucedía. De hecho, desde el mes de noviembre, en España se comercializa un nuevo fármaco gracias al cual se consigue un efecto claro en el 30% o 40% de las depresiones resistentes. “Es la primera vez que tenemos un fármaco gracias al cual vemos un efecto en horas o días”, destaca al respecto Palao, quien aclara que “los fármacos antidepresivos no tienen ningún riesgo de adicción ni tampoco son estimulantes”, contrariamente a lo que algunas personas piensan.

En este sentido, es importante tener en cuenta, además, que un tratamiento adecuado puede curar una depresión, pero también es necesario que éste se mantenga el tiempo suficiente como para garantizar, no solo la curación, sino que el riesgo de recaída se minimiza al máximo. “El 80% de los pacientes recaen durante el primer año si no se hace el tratamiento completo”, advierte Palao. Y es que es posible que el paciente empiece a evidenciar una mejora de los síntomas en pocos meses, pero si la terapia no se mantiene como mínimo un año, el riesgo de recaer es muy elevado. Es más, si el paciente ha sufrido dos episodios de depresión en un plazo de dos años, lo conveniente es mantener el tratamiento durante unos 5 años y, en el caso de haber sufrido tres episodios o más, hay que hacer una valoración, pero es posible que este tratamiento de mantenimiento se tenga que perpetuar de forma indefinida.

En definitiva, la principal dificultad para poder tratar con garantías una depresión es que quien la padece se resiste a reconocer la enfermedad y a pedir ayuda, porque todavía a día de hoy se trata de un problema de salud mental estigmatizado. En cualquier caso, si se trata de forma adecuada y durante el plazo de tiempo conveniente, es posible superar la depresión y, cuando esto no es así y acaba convirtiéndose en un enfermedad resiste, es necesario un tratamiento especializado, para el cual se abren nuevas esperanzas gracias a la comercialización de un nuevo fármaco con un efecto claro y muy rápido y el desarrollo de investigaciones dirigidas a hallar nuevos y mejores tratamientos.