Documentación desconocida
Así se vendía Salvador Dalí en Francia
Aparecen las cartas del pintor al crítico de arte Michel Tapié
A Salvador Dalí lo que más le interesaba del mundo era Salvador Dalí. Así que lo más importante era vender bien el producto, es decir, a él mismo. Con este objetivo era imprescindible estar en contacto con las más importantes firmas de la prensa especializada en temas artísticos. Uno de esos nombres en Francia era Michel Tapié, un importante crítico de arte, pero también comisario de exposiciones y coleccionista. Primo de Henri de Toulouse-Lautrec, tuvo un gran olfato para saber trabajar a algunos de los mejores artistas del siglo pasado, como Jean Dubuffet, Max Ernst, Wols, Henri Michaux o Georges Mathieu. A quien fue colaborador de André Breton se le hace responsable de la primera exposición en París con obras de Jackson Pollock. Tapié era, por tanto, el hombre buscaba Dalí.
Para conocer mejor la relación entre los dos hombres resulta fundamental la correspondencia que mantuvo el genio surrealista con el crítico de arte. Algunas de las misivas dalinianas acaban de ponerse en venta en una galería francesa y permiten constatar que Dalí informaba de muchos de sus pasos artísticos a quien vio como un importante aliado.
En diciembre de 1951, el padre de los relojes blandos se preparaba para exponer en The Lefevre Gallery, una de las más destacadas salas de Londres. Definido por los medios británicos como «pintor atómico», Dalí aterrizó allí con algunas de sus mejores obras, como «La Madonna de Port Lligat», «El espectro del sex-appeal» o el entonces muy reciente «Cristo de San Juan de la Cruz». En una de las misivas a Tapié hace referencia a la muestra, además de la fiesta de máscaras que había celebrado en diciembre de ese año en el Palazzo Labio de Venecia, junto con Christian Dior. La carta, con la peculiar ortografía dalianiana en francés, dice así: «Querido amigo: La fiesta en Venecia fue genuinamente deslumbrante con un verdadero lujo. ¡Qué lástima que Franchetti no estuviera en Venecia, hubiera conseguido algo extremadamente difícil para él filmar en color dentro del baile! Documento único e histórico. Estoy haciendo gestiones para prestarles nuevas [pinturas]; mi agente se niega a cualquier exposición en galerías, es por el mayor misterio. No obstante, después de Londres te aseguro que te dejaré algo para que este invierno me enseñes cosas. Estaré aquí hasta mediados de octubre, viajaré a Roma el 7 de diciembre y abriré en Londres. Deberías estar ahí por muchas razones, acabo de recibir una carta para verte leer y responder después de leer tu carta me veo añadiendo nada, salvo que la edición con Franchetti en principio me interesa. Tengo mucha fe en la “continuidad” de la que no me hablas. Me gustaría verlo, intentar agregar algunos hallazgos de continuidad verdaderamente trascendentales que lo completarían. Homenaje a Madame Tapié y a ti, querido amigo, el cariño de tu Salvador Dalí. 1951».
Que a Tapié le interesaba la obra de Dalí lo demuestra el hecho de que escribiera la introducción para la monografía que el coleccionista Reynolds Morse dedicó al ampurdanés en 1957.
Pero sigamos con las cartas. En otra, también vinculada con la exposición londinense, el pintor reclama una de sus piezas más queridas de ese 1951: «Cabeza rafaelesca estallando». En la misiva le comenta a Tapié que «1° La exposición en Roma se está volviendo problemática porque el embajador que está a cargo de ella acaba de ser nombrado ministro. 2° Por otro lado, se ha decidido la exposición de diciembre en Londres. (...) 3° Necesito la foto de los dos con los brazos abiertos, con motivo de la continuidad quiero crear una mitología en torno a tu personalidad en América, también envíame una breve documentación de tu vida. (...) 4° ¿Dónde están los proyectos de Franchetti ? Necesito “La Cabeza Estallada Pintada” y “Las Espigas de Trigo”. ¿Filmó Franchetti a la Virgen en detalle? (...) Saluda a tu amiga psicóloga, es guapa , y por confusión pensé que era cinturón de judo blanco o negro. (...) Creo que si Franchetti hiciera “la cabeza explotada” en color, podría servir para una revista americana que está preparando 10 páginas sobre mí. Amistad sincera Dalí ».
La última de las misivas que se está vendiendo hace referencia a otra de las obras importantes del Dalí de su periodo místico: «Assumpta Corpuscularia Lapislazulina». El pintor está seguro que Tapié puede ayudarle a presentar el cuadro en sociedad. «Querido: Llegaremos a París el 16 de noviembre, ¡¡¡¡ha sido el verano más fructífero de mi vida!!! Preparar un lugar donde podamos hacer una “MONUMENTAL” proyección a color de mi “ASUMTA CORPUSCULARISO LAPISLAZUSINA” para MOSTRAR A LOS INTERESADOS EN PARÍS. Muchas esperanzas de continuidad. Díselo al doctor Romaguère y a la guapa psicoanalista . Me quedaré 4 días. Homenaje a su esposa. ¡Buenos días ! Amistades. Dalí». La cita en la carta a Pierre Roumeguère no era gratuita porque este psiquiatra francés había teorizado sobre la dualidad psíquica que había provocado en el pintor la muerte de su hermano antes del nacimiento del surrealista y que había desembocado en una «estructura trágica». A Dalí le fascinaba esa teoría.
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