El castillo catalán que comienza a ser rescatado

El castillo de Miravet es una de las fortificaciones más antiguas que se conservan en Cataluña. Situado sobre una colina de ochenta metros de altura que domina el río Ebro y aquellos parajes que se encuentran en sus alrededores, esta edificación ha comenzado a ser recuperada de la mano del Instituto Catalán del Suelo, siguiendo un encargo de la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural. Desde hace unos días han comenzado las labores para restaurar dos espacios singulares del castillo como son el bastión de acceso al recinto soberano y el edificio de las caballerizas.

La inversión prevista para la ejecución de las obras es de 801.232,65 euros (sin IVA), y se espera que se ejecuten en un plazo de nueve meses. El importe total del encargo que hace la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural es de 1.343.428 euros, que incluye los gastos de gestión, el proyecto y la dirección de las obras.

En el caso de las obras del bastión, el proyecto de restauración tiene como objetivo consolidar las estructuras arqueológicas y arquitectónicas más relevantes, garantizar su estabilidad estructural y recuperar todo este espacio para la visita pública. El proyecto permitirá mostrar al visitante la evolución histórica y constructiva del bastión entre los siglos XIV y XVIII. En cuanto a las caballerizas, la intervención permitirá completar el cierre de la bóveda de cañón que el edificio tenía en el momento en que fue construido. Con la consolidación y restauración de la estructura de la cubierta de la nave, se podrá retirar la actual cubierta metálica que, desde principios de los años noventa, protege el espacio. El proyecto también prevé restaurar la fachada principal del edificio y reconstruir la gran puerta de acceso que construyeron los templarios. En una segunda fase del proyecto, aún sin financiación, se prevé la adecuación del interior del edificio donde se conservan los restos arqueológicos más antiguos del castillo, correspondientes a las épocas ibérica y andalusí.

Los orígenes del castillo actual se remontan al siglo XII, cuando, en el contexto de la conquista cristiana, el conde Ramón Berenguer IV conquistó, en 1153, la fortaleza a los andaluces y la cedió a la orden del Temple. Sobre los restos de la antigua fortaleza (hisn) andalusí, los templarios de Miravet reconstruyeron el castillo siguiendo las tendencias de construcción militar importadas de Tierra Santa y lo convirtieron en el centro de la encomienda de Miravet y sede de la provincia templaria de Cataluña y Aragón.

La abolición de la orden del Temple a principios del siglo XIV puso fin a esta etapa de esplendor y el castillo pasó a manos de la orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Posteriormente, el castillo fue remodelado, pero mantuvo la estructura que lo ha convertido en uno de los ejemplos más notables de arquitectura militar templaria de Europa.