Meteorología

Cataluña alcanzó en verano temperaturas máximas y mínimas de récord

Las lluvias previstas para este otoño, que se prevé más húmedo de lo habitual, podrían contribuir a paliar la sequía tras un verano en el que julio y agosto han sido deficitarios a nivel de precipitaciones, lo que se ha compensado por un superávit en junio

Personas hidratándose para paliar la calor.
El 23 de agosto la temperatura mínima en Barcelona fue de 29,8ºMarta PerezAgencia EFE

Este verano ha sido especialmente cálido en Cataluña, en la misma línea de lo que ha sucedido en el resto de España y Europa en general, lo cual confirma la tendencia cálida que ya se ha ido observando en los últimos años. De hecho, durante este periodo se ha alcanzado una temperatura diaria con valores sin precedentes, lo que, en el caso concreto de Cataluña, ha hecho que estemos hablando del tercer verano más cálido de la serie histórica, por detrás del de 2022 y 2003, en sintonía de los que ha sucedido en toda España.

Así pues, en los meses de junio, julio y agosto se registró una temperatura media de 22,8º, lo que supone una anomalía de 1,3º. Desglosando este dato por meses, se puede comprobar que en junio el calor no fue tan intenso, con una temperatura media de 20,5º, mientras que julio (24º) y agosto (23,8) fueron meses especialmente cálidos, con anomalías de 1,6º y 1,4º respectivamente.

Temperaturas récord

En este contexto, este verano, se produjeron tres picos de calor intenso y una ola de calor, lo que se traduce en 10 días de calor extremo. Especialmente significativas fueron las temperaturas que se registraron el día 18 de julio y del 21 al 24 de agosto, cuando se superaron los 28ºC de media. Sobre estas fechas, Beatriz Téllez, jefa de Climatología de AEMET en Cataluña, comentó en rueda de prensa que "se registraron temperaturas medias diarias sin precedentes y durante esos días no solo destacaron las temperaturas máximas, que fueron de 37º, sino también las mínimas, que fueron muy elevadas y persistentes, superando los 20º de media".

"Esos días, tanto las temperaturas máximas como las mínimas fueron muy extremas", llegándose incluso a alcanzar el 18 de julio los 45,4º de máxima en algunas localidades catalanas, como Figueres, o los 29,8º de mínima en Barcelona el 23 de agosto. "Son temperaturas récord, las más altas de sus respectivas series", indicó al respecto Téllez. Y lo más significativo de todo es que esas elevadas temperaturas "no fueron valores puntuales, sino que se caracterizaron por su persistencia".

Lluvias dentro de la normalidad

En cuanto a las precipitaciones y contrariamente a lo que podría parecer al estar viviendo una situación de máxima sequía, este verano ha sido normal, un calificativo que Téllez puntualizó al indicar que "partimos de que, por lo general, todos los veranos son de sí secos" y "hay que matizar que no se ha registrado el mismo volumen de precipitaciones en todos los lugares de Cataluña ni durante los tres meses".

Así, julio y agosto fueron meses deficitarios, pero en junio, que fue húmedo (86 litros de media), se registró un superávit de precipitaciones que compensó la balanza. En la la misma línea, cabe señalar que si bien en Lleida este verano se triplicaron los valores de referencia, en localidades como Reus tan solo cayeron 28 litros. Por lo tanto, puesto que arrastramos una situación de sequía tras dos años de escasas precipitaciones y debido a que este año solo en los meses de febrero y junio se ha logrado superar el nivel de precipitaciones normales, no se ha podido compensar la situación y, por ello, nos encontramos en un contexto de déficit hídrico, sobre todo en el este de Cataluña.

La esperanza del otoño

Al respecto, Ramon Pascual, delegado de AEMET en Cataluña, destacaba que algunas zonas de Cataluña, como las cuencas internas, están sufriendo la sequía más intensa desde 1961"

Sin embargo, las previsiones para el otoño, que por definición es una estación lluviosa, apuntan a que podría paliarse la situación de sequía. Y es que se prevé un otoño húmedo, más lluvioso de lo normal y eso, como indicó Pascual, "podría contribuir a mitigar esa sequía de larga duración". Paralelamente, está previsto que en esta periodo se registren temperaturas más altas de los normal y que éstas superen en cerca de medio grado las habituales para el otoño, que este año será cálido.