Bullying

El centro del menor autista que intentó quitarse la vida niega el acoso escolar mientras la Generalitat de Cataluña investiga pero calla sobre los hechos

Pol sigue postrado en el hospital pero con ganas de empezar una nueva vida y relatar su experiencia

El centro Els Alfacs
El centro Els Alfacs Google

Fue ayer cuando se dio a conocer que el lunes 20 de febrero un menor llamado Pol, de 15 años, y con un grado de autismo, se lanzó al vacío desde un balcón en su domicilio de Tarragona. Todo indica a que el motivo eran las continuas burlas de sus compañeros de clase, sobre todo en el patio. Ha pasado más de una semana, y la valoración por parte de la Generalitat brilla por su ausencia, mientras que el centro Els Alfacs niega cualquier tipo de acoso escolar.

Pol no podía más de las burlas, hasta que acabó tirándose por el balcón. El menor está hospitalizado, con múltiples fracturas en brazos y piernas. Los padres han denunciado el maltrato que recibía a su hijo en el aula, pero desde la dirección del centro niegan el bullying, poniendo en duda la versión de la víctima.

Justo antes de las vacaciones de Navidad, los padres de Pol notaron un cambio de actitud en su hijo. El joven se mostraba triste y alicaído. Sin embargo, tuvieron que insistir para poder averiguar lo que le ocurría en realidad, ya que el autismo de Pol le hace tener dificultades para expresar sus emociones. Finalmente, el chico se sinceró con sus padres: algunos de los otros alumnos con los que comparte aula se reían de él porque en las clases de Educación Física no tenía coordinación y le hacían el vacío por considerarlo extraño, peculiar. El silencio de la consejería de Educación de Josep González-Cambray no termina.

Los padres se tomaron seriamente lo que Pol les explicaba, y avisaron a la tutora para que pudiera resolver la situación. A principios de enero, después de la vuelta a la escuela, se reunieron con ella para explicarle todo lo que le pasaba a su hijo. “Nos aseguró que hablaría con los equipos de orientación y asesoramiento psicopedagógico del instituto, y con el profesor de Educación Física”, comentan a ElCaso.nacional.cat. La versión de Pol ha quedado en duda por la misma dirección del centro Els Alfacs. El director ha asegurado que no tenía conocimiento de que ninguno de sus alumnos estuviera sufriendo bullying, y ha asegurado que los padres “tendrán que demostrarlo o denunciarlo ante las autoridades”. Por su parte, la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña ha activado la Unidad de Apoyo al Alumnado y ha abierto una investigación interna para aclarar los hechos

La familia, de La Ràpita, denunció que su hijo, con un grado leve de autismo, está hospitalizado tras intentar suicidarse el pasado lunes lanzándose desde el balcón de un cuarto piso y que era víctima de burlas en el colegio.

El niño “milagrosamente ha sobrevivido a una caída de 14 metros”, pero tiene “brazos, piernas y dos costillas rotos, además de dos vértebras fracturadas” y “ya lleva varías cirugías”, ha hecho público el padre, Josep Gual Rebull, en las redes sociales “a petición” de su hijo.

“No sé por dónde empezar, mi mujer y yo estamos pasando los peores días de nuestras vidas”, empieza el post del padre, que se acompaña de una fotografía del menor en el hospital, donde se puede ver la gravedad de su estado.

Según el progenitor, Pol “tiene un grado de autismo” y “dificultades para relacionarse, pero es muy inteligente y se da cuenta de todo lo que le rodea”.

Al parecer, según el testimonio del padre, antes de arrojarse el adolescente dejó escrito que no quería vivir “en un mundo donde la mala gente es aplaudida y las personas sensibles, nobles y de buen corazón siempre tienen las de perder”.

El padre considera que su hijo no era víctima “directamente” de acoso, aunque añade que “hay muchas maneras de hacer sentir mal a las personas y todo suma” y que Pol era víctima de risas y de expresiones como “este tío es un rarillo, míralo cómo se mueve, no se relaciona con nadie”.

“Y así estaba completamente solo día tras día, en la hora del patio, en la biblioteca, para no recibir burlas”, deplora el padre, que lamenta que “hasta que llega un día en el que su mente lógica dice ...qué hago yo aquí, ya no me quedan momentos de felicidad”.

El progenitor añade que “los padres son muy importantes” pero “en esta fase de la vida la relación con sus iguales es vital”.

Según afirma Josep Gual, su hijo “quiere ponerse bien para empezar una nueva vida y poder explicar su experiencia y concienciar a los adolescentes de que con su actitud pueden provocar estas situaciones”.