
Opinión
Diego: el penúltimo caimán
Homenaje a Diego Pérez de los Cobos

El caimán es una especie entre los cocodrilos que vive en las regiones tropicales del continente americano. Se caracteriza por su piel dura, sus mandíbulas potentes y sus dientes afilados, es un animal al que no es conveniente hacer enfadar.
En España también hay caimanes: son una especie que evoluciona desde las academias policiales o de la Guardia Civil que, al finalizar la etapa de formación, en ocasiones inicia un proceso que a base de experiencias duras, situaciones comprometidas, la clara conciencia que el amigo es el compañero, el jefe que vale la pena es el que da la cara por sus hombres y, con el único objetivo, de la Patria, la Ley, y el Orden. Lo que acaba convirtiéndoles en auténticos caimanes, listos, duros, leales, y dispuestos a pelear hasta el final.
He conocido a diversos caimanes dentro de la Policía y la Guardia Civil. La verdad es que me he llevado muy bien con ellos y les he defendido a veces en situaciones muy duras. Una de las características de los caimanes es la gran memoria que tienen, memoria que además se trasmite de caimán en caimán, motivo por el cual tener por enemigo a un caimán es algo poco recomendable porque a la larga se acaba pagando y nunca hay un último caimán.
Uno de los síntomas del paso del tiempo es acudir a los eventos de despedida profesional de los admirados amigos caimanes, los últimos años llevo ya varios; Pepe, Manolo, Simón… Este martes acudiré a la comida de despedida de un caimán sobradamente conocido por su valentía, su lealtad, sus convicciones y su capacidad para no rendirse jamás ante la adversidad. Me refiero al Coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos.
Mi relación con él data de hace muchos años, con juicio y tiroteo incluido en el que Diego dando la cara con sus compañeros, una noche tras una de las sesiones de la vista por una denuncia presentada tras la desarticulación del comando Vizcaya, los etarras del reconstituido comando iban a cometer un atentado. Entonces Diego, junto a otros guardia civiles, salieron pistola en mano para reducirlos, les abrieron fuego y los guardia civiles respondieron. Los dos etarras cayeron abatidos. Pueden ustedes creerme que estar en mitad de un tiroteo no es algo precisamente agradable, ni que te enseñen en las facultades de derecho.
Así que Diego no es solo intelectualmente muy brillante, lo que le permitió sacar el número uno del curso de generales, sino que además cuando ha hecho falta ha demostrado ser alguien con un par de cataplines bien puestos.
Solo el sectarismo ha hecho que Diego no llegase profesionalmente donde se merecía, pero ya se sabe que en esto de servir a la Patria no siempre se es justo con quién mas se lo merece. Diego no cabe la menor duda que es uno de los mejores penúltimos caimanes que ha habido en la Guardia Civil.
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