
Sociedad
El Govern investiga una escuela de Blanes por presuntos maltratos a niños con autismo
Las denuncias alegan tirones de orejas o bofetadas a menores, mientras el Departamento de Educación ya ha abierto un expediente al centro

El Departament d’Educació ha abierto un expediente al Centro de Educación Especial El Ventijol, situado en Blanes (Girona), por presuntos malos tratos a alumnos con autismo. Así lo ha adelantado este lunes La Vanguardia, después de que varios profesores denunciaran los malos tratos de otros docentes y monitores, —tirones de oreja, torceduras de dedos y bofetadas— alertando de las agresiones físicas y verbales que sufrían los estudiantes.
Dos de los denunciantes están bajo la protección de la Oficina Antifrau de Catalunya (OAC) con el estatus de alertadores. Asimismo, la Conselleria especificó que las versiones de la primera inspección fueron contradictorias y que "no se han podido demostrar las conductas denunciadas".
El Ayuntamiento de Blanes niega ser "conocedor" de los hechos
Las demandas se presentaron hace un año y medio por los propios docentes, al ver los presuntos malos tratos que ocurrían en el centro sin autorización de las familias. En el comedor, los castigos comportaban atar a niños en las sillas con pañuelos, telas, correas o cordeles, según los denunciantes. Al respecto, la escuela de El Ventijol de Blanes ha declinado ofrecer su versión sobre el caso a La Razón.
Por contra, el alcalde de Blanes, Jordi Hernández, ha sentenciado este lunes ante los medios de comunicación que el ayuntamiento del municipio gerundense no era "conocedor" de los hechos. "Siempre hemos estado y estaremos al lado de las familias de los alumnos apoyándoles en lo que haga falta", ha sentenciado el primer edil que ya ha contactado con la dirección de los Servicios Territoriales de Educación en Girona para informarse sobre la cuestión.

Los denunciantes trataron de cambiar los castigos que se llevaron a cabo en la escuela, antes de elevar el caso a instancias superiores. Unas prácticas que, según delegados sindicales, podían verse mediante fotografías publicadas en la web del centro, de titularidad pública, antes de que la entidad las retirase tras las denuncias recibidas.
Por lo que respecta a las familias, estas no tenían conocimiento de lo ocurrido hasta este lunes: el contacto entre ellas y los menores no era habitual, dado que se realizaba a través de una aplicación electrónica. Sobre el caso, Educació ha incorporado un inspector extra al centro, a pesar de detectar “elementos de mejora en la gestión” del mismo, y ha propuesto medidas para revertir la situación de un caso que aún no está cerrado.
Al respecto, el Departament “desmiente categóricamente que la inspección haya intentado entorpecer las denuncias” y la Unitat de Suport a l'Alumnat en situació de Violència (USAV), que ha hecho seguimiento del caso, todavía lo mantiene abierto.
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