Sesión de control

Illa vuelve al Parlament entre acusaciones de "desnacionalización" y de errores de gestión

Los grupos reeditan sus ataques de la pasada legislatura y el Govern se limita a pedir “paciencia”

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament, durante la primera sesión de control al Govern del curso EUROPA PRESS 30/09/2025
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament, durante la primera sesión de control al Govern del cursoEUROPA PRESSEuropa Press

El Parlament de Cataluña ha levantado hoy el telón tras el parón estival y lo ha hecho con la primera sesión de control al Govern, que ha dejado la sensación de que nada ha cambiado en la política catalana. Viejos reproches, discursos previsibles y un president, Salvador Illa, que ha vuelto a refugiarse en su estilo calmado, conciliador y poco dado a la confrontación. Todo, en definitiva, igual que antes del verano.

Junts ha abierto fuego con Albert Batet acusando a Illa de “desnacionalizar” Cataluña, como siempre hizo el curso pasado. Esta vez, según los posconvergentes es a través de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (TV3 y Catalunya Ràdio). Batet ha llegado a denunciar que la televisión pública es ya “la punta del iceberg” de la estrategia socialista para diluir la identidad nacional y la lengua catalana. Illa, imperturbable, ha defendido que los medios públicos son un “servicio fundamental” y ha negado cualquier rectificación: “Lo único que pido es que estén al servicio de Cataluña y que hagan información veraz y contrastada”.

El tono tampoco ha variado con ERC. Josep Maria Jové ha cargado contra la “indigna gestión” de Rodalies, recordando que solo en la primera mitad del año los trenes acumularon más de 1.500 horas de retrasos y más de un millón de viajeros afectados. Illa ha reconocido los fallos, ha pedido disculpas una vez más y ha prometido que el traspaso de Rodalies de Catalunya estará en marcha antes de final de año: “Hay un recorrido de mejora y estamos en ello, con paciencia y con ideas claras”.

El Partido Popular, con Alejandro Fernández, ha insistido en acusar al president de “mentir”, en este caso por la gestión de las oposiciones docentes y otros proyectos pendientes como el Hard Rock o el Cuarto Cinturón. Vox, con Ignacio Garriga, ha articulado su discurso habitual y ha acusado al Govern de “despilfarrar” dinero público y “priorizar a los inmigrantes antes que a los catalanes”, recordando cifras de ayudas sociales y vinculando inmigración con paro y delincuencia, además de alertar de la "islamización de Cataluña". Illa ha replicado apelando a la inclusión: “Trabajamos por el bienestar de todos los catalanes, vengan de donde vengan, recen al dios que recen”.

Desde Aliança Catalana, Sílvia Orriols también parece seguir en su línea: ha ligado inmigración ilegal con inseguridad ciudadana, mientras CUP y los Comuns han optado por un perfil activista y han convertido el hemiciclo en una tribuna internacional: ambos han condenado el “genocidio” en Gaza, han señalado a Israel y han reclamado un compromiso más firme del Govern en esa causa. Vox se ha ausentado del minuto de silencio en recuerdo a las víctimas palestinas, mientras Illa, en contraste, ha destacado que Cataluña debía ser un país “abierto, tolerante y solidario”.

El president insiste además en reivindicar la aplicación de la ley de amnistía y en reclamar la vuelta de Carles Puigdemont, reiterando que “queda un largo camino por recorrer” y que es necesario “seguir trabajando” para superar divisiones. Su estrategia ha sido la de siempre: calma, ausencia de confrontación y un discurso centrado en la supuesta convivencia.