Hoja de ruta
El mandato de Collboni en Barcelona: pactos "de ciudad", seguridad y vivienda
El nuevo alcalde de Barcelona esquvia la confrontación y apela al diálogo. Aplicar la nueva ley del Gobierno para regular los alquileres, objetivo inicial ante el 23-J
«Necesitamos que Barcelona se ponga del lado del Gobierno para sacar adelante la agenda que impulsamos». Son palabras de Pedro Sánchez antes de la campaña de las municipales y del posterior adelanto electoral que anunció tras la debacle del 28-M. Un llamamiento que cobra fuerza ahora, después de una investidura insólita e histórica en el Ayuntamiento de la capital catalana y en plena recta final hacia el 23-J. Barcelona es la principal plaza de poder de los socialistas y Jaume Collboni ha recuperado el timón de la ciudad 12 años después. Todo después de que el PP impidiera un gobierno del independentismo con sus votos a Collboni, que también sumó los de Colau.
Y el mandato del socialista se basará en lograr «pactos de ciudad», incidir en la seguridad y el orden público, y aplicar la nueva ley de Vivienda para proyectar los logros de Sánchez en el Gobierno.
En concreto, el nuevo alcalde de Barcelona apostó ayer por abrir «una nueva etapa» caracterizada por «los consensos y el diálogo». De hecho, tendió la mano a «todos los grupos del Consistorio, excepto la extrema derecha», sabedor de que solo cuenta con 10 concejales para gobernar la ciudad. Por tanto, los presupuestos y las grandes reformas que quiera emprender las deberá pactar con más de una formación.
Sobre los ejes de su mandato, el objetivo del PSC es que ahora Barcelona sea la primera ciudad española en regular los alquileres de acuerdo con la Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos.
También incidirá en la seguridad –«es una exigencia que Barcelona funcione mejor en materia de seguridad, civismo y limpieza»–, uno de los aspectos que le reclama el PP en el plano municipal. En este sentido, los populares trasladaron un documento con 43 propuestas en las negociaciones para investir a Collboni que incluye una mayor dotación de agentes en la ciudad. De hecho, gran parte de las reclamaciones coinciden con el programa del PSC. «Es nuestro punto de partida», señalan desde el PP para remarcar que hay «predisposición» de los socialistas en varios puntos, aunque no se trata de un pacto ni hay nada firmado.
Sobre estructura, el gobierno del nuevo alcalde de Barcelona tendrá cuatro tenientes alcaldes y Laia Bonet será la nueva número dos de la capital catalana. Es decir, será su mano derecha en el Consistorio.
Laia Bonet, que se coloca al frente del área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras, Movilidad, Espacio Público y Vivienda. Bonet fue secretaria de Govern de la Generalitat durante la Presidencia de José Montilla, fue diputada socialista en el Parlament entre 2010 y 2012 y renunció a ocupar el escaño que Collboni dejó en el Parlament en 2014 al presentarse a las elecciones municipales. La segunda teniente de alcaldía es Maria Eugènia Gay, exdelegada del Gobierno de Pedro Sánchez en Cataluña.
En clave política, la investidura y el gobierno de Jaume Collboni en Barcelona han caído como una bomba en el seno del independentismo, desnortado tras lo sucedido en la capital catalana. Buen ejemplo de ello son las sucesivas salidas de tono de Xavier Trias (Junts), quien sorprendió en el pleno de investidura del sábado con un «que les den» a los demás dirigentes municipales que ayer domingo replicó en el Consejo Nacional que la formación celebró en Barcelona. «Con según que gente no puedes ir. A la que pueden, nos echan porque no soportan que en Barcelona haya un alcalde independentista. Creen que una de sus obligaciones, que su misión, es echarnos de todos los lugares de poder», aseguró Trias. «Su estrategia es eliminarnos. Así que lo repito: ‘Que les den, que les den, que les den», lanzó el posoconvergente.
Una estrategia que abonó también la candidaya de Junts en la generales, la diputada Míriam Nogueras. Tras manifestar su «indignación» con los socialistas, advirtió de que «el voto útil para España es el voto inútil para Cataluña», pensando en los comicios. «Esto no va de derechas e izquierdas, va de Reino de España o Cataluña», zanjó la posconvergente alimentando el desafío.
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