Avances médicos

La placenta artificial de BCNatal logra alcanzar los 12 días de supervivencia del feto

El proyecto encara ahora la segunda fase, en la que el objetivo es mejorar el prototipo para llegar a las tres o cuatro semanas de supervivencia con buen estado fetal para, en un par de años, plantear estudios clínicos en uso compasivo

La placenta artificial de BCNatal es el primer prototipo experimental que se desarrolla en Europa
La placenta artificial de BCNatal es el primer prototipo experimental que se desarrolla en Europa Fundación "la Caixa"

A finales de 2020, BCNatal, centro clínico y de investigación en medicina fetal y neonatal adscrito al Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu, presentó su proyecto de Placenta Artificial el cual, con la financiación de la Fundación "la Caixa", busca aumentar la supervivencia de los bebés prematuros muy extremos, es decir nacidos por debajo de los seis meses de gestación, y minimizar al máximo sus secuelas mediante la reproducción de las características fisiológicas del entorno en el que el feto se desarrolla de forma natural en el útero materno con el fin de garantizar la correcta maduración de sus órganos.

"En los últimos años, el pronóstico de los neonantos ultraprematuros no ha mejorado de forma significativa, porque su desarrollo está muy por debajo del momento de madurez de sus órganos" necesario para poder afrontar la vida fuera del útero materno y "con la placenta artificial buscamos prolongar la vida del bebé fuera de la madre pero como si fuera un feto, sin exponerlo a las condiciones del exterior", explicó Eduard Gratacós, director de BCNatal, quien dio a conocer en rueda de prensa los primeros resultados del proyecto.

Primera fase, completada con éxito

En estos dos años y medio, el equipo liderado por Gratacós, el cual está formado por 35 profesionales y 30 colaboradores, ha desarrollado el prototipo de placenta artificial, que, en ensayos con modelos ovinos, ha demostrado ya una supervivencia máxima del feto dentro de la misma y en buenas condiciones fetales, es decir con poco o nulo impacto en el corazón, el cerebro y demás órganos del bebé, de 12 días. Para ello, fue necesario dar respuesta a cuatro grandes retos que planteaba el proyecto con el fin de, tal y como señaló Gratacós, "conseguir sacar al feto de su madre y que éste siga viviendo como un feto", para lo cual es "necesario engañar a la naturaleza", añade.

Así las cosas, por un lado, los investigadores fueron capaces de resolver con éxito la transición, es decir el momento en el que feto deja de estar conectado a la madre mediante el cordón umbilical, que está diseñado para cerrarse en cuanto detecta cambios en el entorno, para conectar éste a las cánulas artificiales mediante las cuales se administra de forma artificial al feto el oxígeno y nutrientes necesarios gracias a un sistema de circulación extracorpórea, que planteó otro de los grandes retos a superar.

Además, el proyecto creaba la necesidad de reproducir el entorno protegido en el que se desarrolla el bebé dentro de la madre, con un líquido similar al amniótico, y garantizar el suministro al feto de las hormonas y nutrientes que, de forma natural, le proporciona la gestante a través del cordón en la dosis adecuada y todo ello ha quedado resuelto también en esta primera fase. Por último, para poder controlar y evaluar en todo momento la salud del feto y el funcionamiento del prototipo, fue necesario garantizar un sistema de monitorización continua, con acceso remoto y en tiempo real.

Nuevos retos

Por lo tanto, en esta primera fase del proyecto, "se ha logrado demostrar que la placenta artificial funciona, pero ahora es necesario pasar a algo que funcione siempre", "Ahora tenemos el sistema diseñado, sabemos cómo ha de ser y las características que ha de tener", indica al respecto Gratacós, quien sin embargo apunta que "el material con el que trabajamos a día de hoy no es el óptimo, porque estamos utilizando componentes que ya existen en la industria para algo totalmente nuevo", de manera que, con el fin de mejorar la membrana oxigenadora o las cánulas, por ejemplo, para lograr una técnica más segura es necesario "crear componentes para que sean más apropiados y seguros para este uso concreto, el de la placenta artificial", indicaba para su parte Elisenda Eixarch, especialista sénior de BCNatal y coordinadora científica sénior del proyecto.

Y éste es, precisamente, el objetivo de la segunda fase del proyecto, que arranca ahora con una inversión de 4,3 millones de euros por parte de la Fundación "la Caixa", cantidad que se suma a los 3,36 millones de euros que la entidad ya destinó al desarrollo de la primera fase. El propósito principal ahora es el de "mejorar la seguridad del sistema para alcanzar una supervivencia del feto en la placenta artificial de unas tres o cuatro semanas y, paralelamente, trabajar en la definición de los candidatos y los permisos necesarios para, en un par de años, tener el prototipo listo y plantear estudios clínicos en uso compasivo", avanzó Eixarch.

Al respecto, el doctor Gratacós quiso poner de relieve la importancia de alcanzar la cifra de las tres o cuatro semanas de supervivencia del feto en la placenta artificial porque "eso ya supone un cambio radical en el pronóstico del feto y un modelo experimental tampoco puede dar mucho más". "El prototipo nos ha permitido hacer la prueba de concepto y ahora hay que perfeccionarlo. Ahora hemos dado respuesta a las grandes preguntas biológicas y, cuando tengamos un prototipo que no se rompa nunca, llegaremos a aumentar a supervivencia".

En cualquier caso, para el líder del proyecto, hay una cosa clara: "No sabemos cuándo pero va a haber placentas artificiales, que no solo van a cambiar el pronóstico del los ultraprematuros, sino que además posiblemente nos van a permitir operar y solucionar problemas en el feto que ahora detectamos pero no podemos tratar porque está la madre de por medio". La incógnita es también quién logrará desarrollar primero esa placenta artificial de uso clínico, porque si bien es cierto que el proyecto CaixaResearch Placenta Artificial es único en Europa, existen otro cuatro más a nivel mundial que han desarrollado modelos experimentales: uno en Filadelfia y otro en Michigan, Estados Unidos, otro más en Toronto, Canadá, y un tercero corresponde a un consorcio Australia-Japón. A día de hoy, solo el del Filadelfia ha logrado resultados similares al de BCNatal, con una supervivencia máxima de 28 días y una media de entre 14 y 21 días.