Ciencia
La mina gallega de coltán que contribuirá a la paz en el Congo o a evitar la extinción del gorila
Un equipo del CSIC ha puesto a punto una mina de coltán en Galicia. ¿Qué consecuencias trae este avance científico en el resto del mundo?
La semana pasada, todos los medios de comunicación se hicieron eco de un gran avance para la ciencia e industria española. Un equipo del CSIC ha logrado poner a punto un sistema de extracción y purificación de coltán en una antigua mina de estaño situada en A Penouta, Ourense.
Este descubrimiento tiene implicaciones obvias en la región, como la oportunidad de revitalizar la maltrecha industria minera de la zona y crear nuevos puestos de trabajo. Pero existen otros beneficios secundarios no tan evidentes a simple vista. Por ejemplo, la pacificación de los conflictos bélicos del Congo o evitar la extinción del gorila. En este artículo hablaremos de toda la onda expansiva que provoca esta pequeña mina gallega.
La fiebre del coltán
Técnicamente el coltán no es un mineral, sino la combinación de dos: la columbita y la tantalita. De hecho, el propio término “coltán” procede de la fusión de ambas palabras. Estos dos minerales suelen aparecer juntos en la naturaleza, combinados en diferentes proporciones según la mina.
Hasta 1990 sólo los químicos y los geólogos estaban interesados en el coltán, ya que los dos minerales que lo formaban eran una fuente natural de dos elementos químicos descubiertos de manera tardía: el tantalio y el niobio. Al purificarlos, ambos elementos forman un metal de aspecto plateado, que suscitó un ligero interés por algunos joyeros para hacer piezas más baratas sin recurrir a la plata.
El mayor productor en ese momento era un país del centro de África llamado Zaire, que actualmente es la Republica Democrática del Congo. El coltán no es muy común, pero daba la casualidad de que en esta región existía un gran yacimiento y, lo que es más importante, era muy superficial. No era necesario construir una mina muy profunda, sino que cualquiera con un pico podía obtener coltán del suelo si cavaba un par de metros o si se ponía en el cauce del rió con una red, siguiendo técnicas usadas durante la fiebre del oro.
Pero en 1990 todo cambió por completo. Se comprobó que el tantalio era capaz de conducir grandes cargas eléctricas sin recalentarse demasiado, y eso le hizo ser un candidato ideal para la construcción de condensadores eléctricos en los primeros teléfonos móviles. Los fabricantes empezaron a demandar grandes cantidades de coltán a Zaire que, ignorante de su utilidad, veía cómo la demanda y el precio que estaban dispuestos a pagar otros países aumentaba cada vez más.
En circunstancias normales, un país en vías de desarrollo como Zaire podría haberse beneficiado de esta entrada de dinero. El gobierno puede regular la exportación y usar los impuestos para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Pero a finales del siglo XX, Zaire estaba sumido en un profundo conflicto político.
En 1996, el Gobierno destituido del vecino país de Ruanda se desplazó a Zaire en busca de refugio, provocando una guerra entre ambos países. El conflicto fue escalando hasta provocar entre 1998 y 2003 la llamada guerra mundial africana, con la participación de nueve países y hasta doscientas tribus luchando en forma de guerrillas en la jungla congoleña.
En ese momento, la recién instaurada Republica Democrática del Congo era el epicentro del conflicto, un campo de batalla sin ley ni gobierno que pudiera hacer algo. Probablemente el peor escenario posible para la repentina entrada masiva de dinero a través del coltán.
Las minas de coltán no estaban tan fuertemente reguladas como las minas de oro y plata de los colonos, sino que todo el mundo montaba su propia excavación a escondidas. Cada terreno luego era controlado por diferentes mafias que recogían los beneficios para apoyar a su guerrilla o grupo político favorito. Más dinero provocaba mejores armas y un empeoramiento de la guerra.
Y eso no es todo. La entrada de las mafias hizo que muchos ganaderos dejaran sus granjas en busca del coltán. Con sólo una semana de buscar en los ríos ya ganaban más dinero que durante todo el año, logrando pagar al magnate de turno. Esto desestabilizó aún más la precaria economía alimentaria que se había formado en el país y la hambruna hizo su aparición. Se dio la paradoja de que algunos de sus habitantes tenían dinero pero ningún acceso a alimentos. Acabó aumentando la caza intensiva y el consumo de especies autóctonas, como los gorilas, cuya población cayó en picado en el nuevo siglo hasta entrar en peligro de extinción.
La Guerra mundial africana se considera el conflicto más largo y cruento de África, y supuso prácticamente un genocidio para los habitantes del Congo. Aproximadamente 3,8 millones de personas murieron durante el conflicto, y lo peor es que la mayoría fueron por culpa del hambre y enfermedades curables. Resolubles si no fuera porque una guerra sin fin se llevaba a cabo en su territorio.
Consumo responsable
Por suerte, a partir del año 2000 muchos fabricantes de tecnología empezaron a darse cuenta del problema, y empezaron a encargar el coltán a las escasas minas situadas en otros países como Australia. Su precio era mayor, pero se consideraba una medida de consumo responsable ya que podrían aliviar el conflicto cortando el flujo de dinero. Por suerte, en 2003 la guerra acabó bajo el Acuerdo de Pretoria, aunque con algunas recidivas posteriores.
El problema del coltán de los otros países es que su cantidad es menor y se tarda mucho más tiempo en extraer las cantidades que exige la tecnología actual. Esto supuso retrasos en algunos lanzamientos tecnológicos, como la consola de juegos Playstation 2, que Sony tuvo que retrasar durante un año por falta de coltán.
Hoy en día, algunas empresas tecnológicas que siguen pidiendo el coltán africano, especialmente las situadas en Estados Unidos. Irónicamente, el mayor exportador actual de coltán en África no es el Congo, sino Ruanda. Ellos no tienen ni un solo yacimiento de este material, pero siguen usurpando y exportando el coltán del Congo en la actualidad.
Dada esta situación, podemos imaginarnos la enorme importancia de la creación de las minas de coltán en Galicia. Son las primeras minas en Europa que pueden suministrar coltán sin necesidad de largos transportes, por lo que tienen una demanda asegurada. Esto puede permitir hacer avanzar el desarrollo tecnológico sin tener las manos manchadas de sangre. El precio de un nuevo móvil nunca debería alargar una guerra.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Para solucionar este problema, existen investigaciones para desarrollar otros componentes electrónicos que no dependan del tantalio, pero actualmente este elemento sigue siendo de mayor importancia para la tecnología.
REFERENCIAS:
- Lunar, Rosario y Martínez Frías, Jesús. Minerales de nuestro siglo. El Coltan: Mineral estratégico del siglo XXI. Historia Natural: Rev. Real Sociedad Española de Historia Natural, Octubre, 1: 53. 2003.
- Mantz, Jeffrey William. “Improvisational Economies: Coltan Production in the Eastern Congo.” Social Anthropology, vol. 16, no. 1, John Wiley & Sons, Ltd, July 2008, pp. 34–50
- Kean, Sam. La Cuchara Menguante : Y Otros Relatos Veraces de Locura, Amor y La Historia Del Mundo a Partir de La Tabla Periódica de Los Elementos. Ariel, 2011.
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