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Descubren los alimentos exóticos más antiguos de la humanidad

Alimentos asiáticos como la soja o los plátanos ya se consumían en el Mediterráneo durante la Edad de Bronce

Varias especias que se comercializan hoy en dia tienen un origen antiguo, como la cúrcuma.
Varias especias que se comercializan hoy en dia tienen un origen antiguo, como la cúrcuma.Pixabay

El ser humano siempre ha tenido cierta curiosidad por los alimentos exóticos. Hoy en día, la globalización ha acercado la cocina de otros países al nuestro, y no es complicado encontrar en los supermercados ingredientes raros de ver hace unos años, como los brotes de soja o los aguacates.

Pero esta fascinación es mucho más antigua de lo que parece. Existen pruebas en yacimientos que sitúan la importación de ingredientes asiáticos en el continente europeo hace aproximadamente cuatro mil años. Pero un estudio publicado esta semana traslada esta fecha mucho más atrás, demostrando que el consumo ocasional de la cúrcuma, la soja, o los plátanos ya era posible en la Edad de Bronce, milenios atrás de lo pensado. Y para demostrarlo, han tenido un gran aliado: el sarro dental.

Sobras fosilizadas

Un equipo de científicos de la Universidad de Múnich ha analizado fósiles humanos pertenecientes a la Edad de Bronce, hace más de 3000 años. Estos pertenecen a los yacimientos de Meggido y Tel Erani, situados en la actual Israel. Estos yacimientos han resultado especialmente interesantes para conocer las relaciones comerciales entre Europa y Asia. Dada su posición privilegiada entre ambos continentes, siempre ha sido un lugar de mercadeo y comercio con ingredientes asiáticos y europeos. Este comercio se ha documentado a través de diferentes restos históricos, pero no se tenía claro cuándo comenzó, ya que a medida que los restos son más antiguos, son más difíciles de identificar.

El equipo alemán decidió probar un nuevo enfoque con los fósiles, y estudiar sus dentaduras fosilizadas. En nuestra boca vive toda una población de bacterias, que al ir muriendo dejan un resto solidificado conocido como sarro dental. Si este no se elimina, se va acumulando en los dientes en forma de capas, y entre ellas se quedan atrapados restos de comida.

Estos restos incluidos en el sarro son el objetivo de estos investigadores, sin embargo, no son sencillos de analizar. Con el paso de los milenios, estos alimentos se han deteriorado, y solo quedan algunas trazas de proteínas y fibras, que solo ha sido posible analizar recientemente gracias a la tecnología moderna, cada vez más sensible

Un problema para los investigadores es asociar las proteínas que encuentran en el fósil con un alimento determinado. Hay pocas proteínas que sean exclusivas de un alimento, por lo que el equipo se armó de paciencia para encontrar la proteína correcta en la cantidad adecuada como para ser detectada. Lo que ayudó fue que no había higiene dental en la Edad de Bronce, por lo que todos los fósiles tenían el sarro suficientemente compacto como para proteger los restos de comida.

Curiosamente, el grupo descubrió que las proteínas que mejor se conservan en el sarro son aquellas implicadas en alergias alimenticias. No les costó encontrar trazas de gluten y restos de maíz en los dientes de todos los fósiles, confirmando lo que ya se conocía de la agricultura extensa del maíz en la región durante aquella época.

El estudio del sarro dental ha permitido conocer otros aspectos antiguos, como la automedicación de los neardentales.
El estudio del sarro dental ha permitido conocer otros aspectos antiguos, como la automedicación de los neardentales.larazon

Una intuición confirmada

Lo raro vino cuando en dos de los fósiles encontraron restos extraños. En uno de ellos encontraron proteínas pertenecientes a la cúrcuma y a la soja. En el otro, proteínas exclusivas del plátano. Ninguno de estos alimentos se cultivaba cerca de la región. Son todos alimentos del sureste y centro de Asia, lo que implica que debía haber comercio en esta época suficientemente extenso como para poder comer estos alimentos cerca del Mediterráneo.

Este hecho es sorprendente, pero explica muchas cosas. Por ejemplo, la historia del plátano tenía algunos huecos para los investigadores. El antecesor del plátano actual ya era cultivado y comido en cultivos del sudeste asiático en el 5000 a.C. Pero el cultivo del plátano más cercano a Europa, y con el que se comerciaba en el continente, proviene del este de África en el 3000 a.C. Algunos científicos intuían que tenía que haber una creciente popularidad del plátano en el continente europeo, lo suficiente como para que empezara a merecer la pena crear cultivos más cercanos. Y esto solo es posible si se considera que el comercio entre Asia y Europa ya existía, como confirma este estudio.

Aun así, todavía hay otras posibles interpretaciones de este resultado. Por ejemplo, puede que por casualidad los dos fósiles con estos restos hubieran vivido una parte importante de su vida en Asia, y que hubieran ido al Oriente Medio antes de morir. Pero, aunque esta posibilidad existe y es comentada por los propios investigadores, comentan que por lo menos este resultado demostraría el movimiento amplio de viajeros entre continentes, desterrando la idea de la Edad de Bronce como una época de aldeas aisladas y comercio local.

Además, este resultado confirma otro descubrimiento. El faraón Ramsés II fue momificado con dos pimientos procedentes de la India en sus fosas nasales, y su tumba es del 1213 a.C. Si las especias exóticas eran raras y valiosas para los egipcios, es porque tendría que existir un comercio escaso, pero importante.

Puede que no hayamos cambiado tanto, y en algunos mercados de la Edad de Bronce hubiera una pequeña sección de alimentos exóticos de tierras lejanas. Tan extraños que dan ganas de probarlos, y seguramente tan caros como para mantenernos lejos de ellos.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Este es el primer estudio de alimentación que se realiza analizando el sarro dental en fósiles. Ahora los investigadores planean hacer lo mismo en otros yacimientos de Europa para conocer la evolución histórica de las dietas. Sin embargo, sigue estando el factor suerte de encontrar trazas de proteínas especificas asociadas a un único alimento, algo que no siempre es sencillo.
  • Incluso si había consumo de alimentos exóticos, estos debían ser raros. Si no, habrían encontrado trazas similares en todos los fósiles. Seguramente, la lejanía de estos productos hacia que fueran muy valorados, y seguramente al alcance de unos pocos.