Ecología

Un 99% de las tortugas marinas nacen hembras y es por el cambio climático

La temperatura controla el sexo de algunos reptiles y el resultado está siendo dramático en las tortugas marinas.

Tortuga verde en el lecho marino (Pixabay/Kanenori)
Tortuga verde en el lecho marino (Pixabay/Kanenori)Pixabay/KanenoriCreative Commons

Estamos acostumbrados a las malas noticias relacionadas con el cambio climático, pero todas suelen ser bastante parecidas: el hielo se funde, los animales polares desaparecen, las selvas se marchitan, el nivel del mar sube, hay fenómenos meteorológicos extremosTodo ello es cierto y preocupante, pero se trata solo de la punta del iceberg. En realidad, las consecuencias son tantas que se vuelve imposible hacer una lista exhaustiva. Sin embargo, la gran cantidad de expertos destinados a investigar el cambio climático van explorando poco a poco las implicaciones que puede tener en nuestro planeta y, hace unos pocos años, la revista Current Biology publicaba una investigación especialmente inquietante. El cambio climático parecía estar desequilibrando a algunas poblaciones de tortugas verdes del Pacífico y hacía que un 99% de los nacimientos fueran hembras.

Desde entonces, hemos descubierto que, aunque era uno de los casos más extremos, no era el único. Existe una tendencia por la que ciertos reptiles están cambiando la proporción de machos y hembras en sus poblaciones. Lo mismo ocurre con ciertos peces y parece que el motivo es la temperatura. Cuando nacemos, nuestros rasgos sexuales están condicionados por nuestros cromosomas, que son, en cierto modo, “fascículos” de nuestro ADN. Si tenemos un cromosoma Y de nuestro padre y un cromosoma X de nuestra madre nuestros rasgos serán los que tradicionalmente se consideran masculinos y, si de cada progenitor heredamos un cromosoma X, tendremos como sexo cromosómico hembras. Por supuesto, hay otra serie de moléculas implicadas en que estos rasgos puedan desarrollarse, pero vemos que los cromosomas tienen mucho que decir. Pues bien, las tortugas funcionan de otra forma bastante distinta.

Cuando llega el calor

Aunque nos parezca sorprendente, hay animales cuyo sexo se ve condicionado por procesos muy diferentes a los que dictan sus cromosomas sexuales. Puede verse influido por la densidad de población o, simplemente, alternar entre un sexo y otro cada cierto tiempo. En el caso de algunos reptiles, la clave está en la temperatura. Por ejemplo, en el caso de la típica tortuga de orejas rojas de las tiendas de animales, existe una molécula (producida a partir del gen Kdmb6) se activa con temperaturas mejores a 29 grados, haciendo que el ADN se desenroscara exponiendo la zona donde se encuentra el gen Dmrt1, el cual hace que el embrión comience a desarrollar órganos sexuales masculinos. Si no se activa porque las temperaturas son superiores a 29 grados, da lugar a hembras. El proceso, en realidad, es más complejo, pero con esto captamos la idea principal.

Entre los reptiles cuyo sexo se ve condicionado por la temperatura a la que se incuban los huevos, podemos encontrar cierta diversidad de proteínas y genes diferentes implicados y, por lo tanto, no todos tienen la misma distribución de temperaturas. Por ejemplo, el aligátor americano suele ser macho con temperaturas superiores a 32 grados y la tortuga caimán produce mayoritariamente machos si sus huevos están entre 24 y 27 grados. Esto da lugar a una enorme variedad de patrones, pero ahora mismo, lo que nos interesa, son las tortugas verdes.

Una población desequilibrada

La tortuga verde puede alcanzar los 160 kilos y se considera en peligro. De hecho, su estado de conservación empeora, incluso entre las poblaciones más numerosas, como en la isla Raine. En esta especie, si los huevos se incuban a menos de 29 grados, emergen una mayoría de machos. Si se incuban a más de 29, son las hembras las que dominan. Sin embargo, un estudio realizado en 2017 encontró que, durante los últimos 20 años, el porcentaje de hembras había ido aumentando y que, en ese momento había 116 hembras por cada macho. Eso es más de un 99%. De hecho, entre los subadultos llegó a medirse un 99;8% de hembras.

Cierto es que, en realidad, las poblaciones de tortugas marinas siempre han sido mayoritariamente femeninas (hasta donde sabemos), porque dado que regresa a poner los huevos a la playa donde nacieron, es de esperar que vuelvan a las playas más cálidas (que donde más hembras nacen) y, por lo tanto, se establezca una proporción de cuatro o cinco hembras por cada macho (un 75 u 80% de hembras). No obstante, 99 supone un cambio bastante preocupante.

Frenar el cambio climático es prioritario y, mientras se intenta, algunos equipos procuran corregir esta tendencia a corto plazo, poniendo toldos en las playas con más puestas de tortuga o humedeciendo la arena para bajar la temperatura algunos grados. Habrá que ver cómo continúa evolucionando estas proporciones, pero los porcentajes no parecen demasiado halagüeños.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Cabe preguntarse qué sucede cuando solo parte del embrión ha alcanzado (durante un poco de tiempo) la temperatura límite. Podríamos pensar que parte de su cuerpo se desarrollará con un sexo y el resto con el otro, pero, hasta donde sabemos, esto no sucede así. Hemos de entender que, en realidad, la frontera de temperaturas no es algo perfecto que a un lado de 100% de machos y al otro una totalidad de hembras es algo probabilístico y eso nos ayuda a comprender los casos excepcionales.

REFERENCIAS (MLA):