Sexo y psique
Complejo de Edipo: cómo se desarrolla el sentimiento de amor-odio hacia los padres
Freud se centró casi por completo en los niños varones y exclusivamente en los padres heterosexuales
Sigmund Freud bautizó como “complejo de Edipo” el deseo que un niño siente por su progenitor de sexo opuesto. El mismo complejo también describe los sentimientos hostiles de envidia, odio, celos, resentimiento y competencia con el padre del mismo sexo. Freud se valió del nombre de un antiguo rey de Atenas maldecido por los dioses por matar a su padre y casarse con su madre para teorizar sobre este fenómeno psicológico.
En realidad, ninguna de estas aportaciones sirve para realizar diagnóstico alguno ni para describir médicamente ningún tipo de trastorno psicológico. Pero Freud lo empleó para explicar el desarrollo psicosexual en los niños y para teorizar respecto a sus consecuencias en la vida adulta.
Una de las teorías de Freud era que hay una etapa de desarrollo en la que los niños compiten con el padre del mismo sexo por la atención y el afecto del padre del sexo opuesto.
Freud intuía que podía producirse una relación enfermiza entre una madre y su hijo, y que incluso podía conducir a una disfunción a largo plazo en la familia y en las relaciones futuras del niño.
La teoría de Freud establece que la rivalidad entre un niño pequeño y su padre adulto puede tener un componente vagamente sexual.
Según Freud, los niños pueden experimentar sentimientos extraños hacia su madre que no sienten respecto a su padre. Algunos terapeutas especulan que esto puede deberse a la lactancia materna, particularmente la prolongada. Pero en realidad no hay evidencia científica que respalde que la lactancia materna pueda conducir a deseos edípicos.
Causas del complejo de Edipo
Freud creía que este complejo de Edipo puede desarrollarse durante lo que él llamó la “etapa fálica de desarrollo”. Esta etapa se produce cuando los niños tienen entre tres y cinco años y los niños desarrollan su identidad sexual.
Es importante señalar que la teoría de Freud se centró casi por completo en los niños varones y exclusivamente en los padres heterosexuales.
Su teoría establece que a medida que los niños maduran pueden comenzar a notar que un padre es diferente del otro (física y emocionalmente) y que se parecen más a uno que al otro. Durante esta etapa de desarrollo, Freud teorizó que los niños se vuelven más independientes y comienzan a separarse de su madre, al darse cuenta de que su madre puede cuidar de los demás.
Freud creía que este proceso de separación puede ser difícil para algunos niños, y cuando notan que su padre y su madre tienen encuentros afectuosos, se puede generar resentimiento.
El famoso psicólogo también enfatizó la importancia para el niño de demostrar una relación sana entre madre y padre. Si el niño siente que los sentimientos están tensos, Freud consideró que puede producirse un mayor deseo de proteger a su madre contra su padre.
Edipo vs complejo de Electra
Aunque originalmente se basó en las relaciones de los niños con sus madres, Freud amplió la definición del complejo de Edipo para aplicarla también a las niñas, creyendo que los niños demostraban el complejo de manera diferente según su género.
Uno de los contemporáneos de Freud, el psicoanalista y psicólogo Carl Jung, propuso una descripción separada específica de las relaciones enfermizas entre las niñas y sus padres, llamada complejo de Electra.
Según Jung y Freud, los patrones de pensamiento poco saludables de los complejos de Edipo y Electra, si no se diagnostican, conducen a un resentimiento continuo hacia el padre del sexo opuesto y los miembros de su mismo género.
De acuerdo con la teoría psicosexual freudiana, en los hogares sin una figura materna y paterna, los niños pequeños pueden tener más dificultades para superar un complejo de Edipo porque es posible que no haya un padre del mismo sexo con el que identificarse, lo que les impide pasar con éxito a través del complejo de Edipo.
¿Cuáles son los signos de un complejo de Edipo?
Freud pensó que el complejo de Edipo puede manifestarse en un comportamiento infantil demasiado apegado, como cuando un niño dice que quiere casarse con su mamá cuando crezca o se siente demasiado posesivo con la atención de su madre, especialmente cuando el padre está cerca.
Freud creía que un complejo de Edipo no resuelto puede implicar que el niño le diga a su padre que no abrace ni bese a su madre. Incluso puede ponerse físicamente entre su padre y su madre si muestran afecto romántico frente a él.
Freud creía que algunos niños reprimen sus deseos por su madre en lugar de hacer la transición a una identificación más saludable con su padre y avanzar en su desarrollo emocional y sexual. Según sus teorías, el complejo de Edipo puede manifestarse en deseos no satisfechos convertidos luego en misoginia y en desprecio por las mujeres e incapacidad para formar relaciones románticas maduras.
Consecuencias del complejo de Edipo
La teoría de Freud sobre el desarrollo psicosexual establece que si un complejo de Edipo no se resuelve con éxito, puede dañar la capacidad del niño pequeño para pasar a la siguiente fase de desarrollo.
Además, Freud pensó que los niños pueden desarrollar una fijación poco saludable, convirtiéndose en “fijados en la madre” o, para las niñas con complejo de Electra, “fijados en el padre”.
Según la teoría freudiana, los complejos de Edipo no resueltos en la infancia pueden dificultar que estos niños tengan relaciones románticas saludables en la edad adulta.
En pocas palabras, Freud creía que una vez que un niño desarrolla una relación saludable con su padre, lo que incluye sentirse amado y aceptado, sus celos y rivalidad se transformarán en un sentimiento de identificación.
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