
Salud
4 maneras de conseguir mantener el corazón sano en un mundo en el que las enfermedades cardiovasculares son comunes
La enfermedad cardiovascular continúa siendo la principal causa de muerte en el mundo, haciendo del corazón un órgano especialmente vulnerable. La prevención y una rehabilitación adecuada son vitales para protegerlo

El mundo se enfrenta a una crisis en lo que se refiere a salud del corazón muy importante, con las enfermedades cardiovasculares causando una de cada seis muertes en países como Sudáfrica, que es uno de los más afectados, incluso más que España. Esta cifra, que se traduce en aproximadamente 215 fallecimientos diarios, evidencia una "epidemia silenciosa" que azota a la población y exige una atención urgente.
A nivel global, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte, responsable de casi un tercio de todos los decesos. En África, esta patología contribuye de manera importante al 38% de todas las muertes por enfermedades no transmisibles, subrayando la magnitud del problema en el continente.
Asimismo, la creciente prevalencia de afecciones cardiovasculares se atribuye a tres factores principales. La inactividad física, una dieta inadecuada y el estrés crónico son catalizadores que propician su desarrollo y progresión, poniendo en riesgo la salud de millones de personas.
La biocinética como pilar contra la amenaza cardiovascular
En el contexto sudafricano, la situación se agrava, ya que uno de cada tres adultos padece hipertensión, un porcentaje considerable sin diagnosticar o sin tratamiento adecuado según Sciencealert. Esta falta de control de la presión arterial, junto al sedentarismo prolongado, se asocia de forma independiente con un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular y mortalidad general.
Frente a este panorama, la biocinética emerge como una disciplina fundamental en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares. Esta rama aplica los principios de la ciencia del movimiento en la atención sanitaria rehabilitadora y preventiva para optimizar la capacidad funcional y mejorar la salud fisiológica general.
Además, el ejercicio físico regular ofrece beneficios tangibles y documentados. Puede reducir la presión arterial, mejorar el colesterol, regular el azúcar en sangre y hacer que el corazón funcione con mayor eficiencia. Las directrices recomiendan al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana, complementados con fortalecimiento muscular dos o más días.
Por lo tanto, la urgencia de abordar la crisis cardiovascular se convierte en una oportunidad clave para la prevención. Las revisiones médicas anuales son esenciales, especialmente para mayores de 35 años o con antecedentes familiares, permitiendo una detección temprana. La adopción de estilos de vida activos y la concienciación sobre la biocinética son el camino para forjar una sociedad más sana.
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