
Antártida
La Antártida está cambiando de forma dramática y así es como va a cambiar tu día a día
La Antártida se derrite a una velocidad sin precedentes, un colapso silencioso en el extremo sur del planeta con consecuencias que amenazan ya a cientos de millones de personas en las costas de todo el mundo

La amenaza se cierne sobre 750 millones de personas que habitan en zonas costeras de baja altitud en todo el mundo. Para ellas, los cambios que sufre la lejana Antártida no son una noticia abstracta, sino un riesgo directo y cuantificable en forma de una subida del nivel del mar que podría redibujar los mapas. El continente helado, que durante mucho tiempo se consideró un gigante estable, ha comenzado a dar muestras de una fragilidad alarmante, desencadenando una serie de procesos con alcance global.
De hecho, el epicentro de esta inquietud se encuentra en la capa de hielo de la Antártida Occidental. Los científicos advierten de que esta inmensa masa de agua congelada contiene lo suficiente como para elevar el nivel de los océanos en cinco metros. Su posible desestabilización no es una hipótesis remota, sino un colapso de consecuencias planetarias que se acerca a medida que el calor atrapado por los gases de efecto invernadero acelera el deshielo. La magnitud de esta masa de hielo es tal que su redistribución a los océanos tendría efectos globales, de forma similar a como megaproyectos humanos, como una gigantesca presa en construcción, también podrían mover el eje de la Tierra.
Además, el debilitamiento del continente blanco alimenta una peligrosa espiral de retroalimentación. La pérdida de superficie helada, que refleja la luz solar de vuelta al espacio, deja al descubierto el océano, más oscuro. Este absorbe más calor, lo que a su vez acelera la fusión del hielo restante. Este no es el único peligro: la conocida como Circulación de Vuelco Antártica, una corriente oceánica vital para la distribución de nutrientes y la regulación del clima, ya muestra claros indicios de ralentización. A estos cambios a gran escala se suman otros más localizados, pero igualmente significativos, como el modo en que los pingüinos están modificando la Antártida para siempre con sus heces, alterando la composición química del suelo.
El motor climático del sur empieza a gripar
Por otro lado, la velocidad de las transformaciones ha sorprendido a los propios expertos. La pérdida de hielo del continente se ha multiplicado por seis desde la década de 1990, con una reducción del hielo marino que ya duplica la registrada en el Ártico. Las plataformas flotantes que actúan como diques de contención para los glaciares se derriten a un ritmo de deshielo alarmante, un panorama crítico tal y como han publicado en Science Alert. Este acelerado proceso de deshielo no solo amenaza las costas, sino que también podría liberar sorpresas biológicas, como organismos que llevaban 46.000 años congelados en el permafrost y que han vuelto a la vida.
En este contexto, las repercusiones no solo se sienten a miles de kilómetros de distancia, sino en el propio ecosistema polar. El calentamiento, la contaminación y la llegada de especies invasoras suponen una grave amenaza para la fauna única del continente, que se enfrenta a una encrucijada sin precedentes. La cascada de alteraciones confirma que la Antártida ha dejado de ser un mero espectador del cambio climático para convertirse en uno de sus principales protagonistas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar

Experiencias en el extranjero