Salud

La duda del verano: ¿podemos bañarnos después de comer? Esto dice la ciencia

Durante décadas hemos escuchado que "hay que esperar una hora" para meterse en el mar o en la piscina después del almuerzo… ¿Tiene fundamento científico esto?

Cuando Pedro Campos y Josep Cusí tiraron al Rey a la piscina, en 1993
Todo depende de lo intensa que sea la actividad en el aguaMANUEL HERNÁNDEZ DE LEÓNAgencia EFE

Probablemente, han sido los mejores y los peores recuerdos de muchos y muchas de nosotros: el verano, el mar, la piscina y la diversión. Y con ello tener que esperar una o dos horas (según el reloj de cada familia) para darnos un baño después de comer. ¿Tiene alguna base científica esta precaución?

Respuesta corta sí. Y no. Vamos por pasos. La sabiduría popular, es decir, nuestros padres y madres, nos advertían que debíamos esperar un determinado lapso de tiempo después de comer si queríamos ir de cabeza al agua. Eran las horas muertas para nosotros que no aguantábamos y las mejores para los responsables de nuestro cuidado que tenían al menos una hora para relajarse sin pensar en vigilarnos en el agua.

La razón de esta prohibición se basaba en que debíamos hacer la digestión y el agua podía provocarnos vómitos y hasta desmayos. Cuando comemos parte de la sangre del cuerpo va hacia el estómago y los intestinos para facilitar la digestión. Si nos metemos en el agua, la sangre puede irse a las extremidades, dificultando la digestión y provocando malestar, lo que nos lleva a una situación de fatiga y potencial ahogamiento.

De acuerdo con Michael Boniface, médico de urgencias de la Clínica Mayo, "ahora sabemos que realmente no existe una base científica para esa recomendación. Puede terminar con calambres estomacales o calambres musculares, pero esta no es una actividad peligrosa para disfrutar de forma rutinaria".

Pero hay letra pequeña. El experto en medicina preventiva de la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, Charles Smith, explica que todo depende. "Si nadamos con fines recreativos, es decir solo para divertirnos, comer justo antes de entrar al agua no debería suponer ningún problema - señala en un comunicado -. Pero si vamos al agua y hacemos un ejercicio exigente, tiene sentido esperar al menos una hora para permitir que pase la mayor parte de la comida en su estómago. Con cualquier ejercicio extenuante, la desviación del flujo de sangre al estómago para la digestión puede disminuir temporalmente el flujo a los músculos y puede provocar algunos calambres. Además, es difícil hacer ejercicio vigoroso con el estómago lleno".

En pocas palabras: darse un chapuzón después de comer no debería tener ninguna consecuencia en nuestra salud, ahora si lo que queremos es emular a Michael Phelps, más nos vale esperar al menos una hora. Luego ya puedes comenzar a batir récords.