Astronomía
Este fenómeno astronómico emitió, en un segundo, la energía que el Sol libera en 30 años.
Se trata de una ráfaga rápida de radio o FRB y procede de una galaxia tan lejana que la luz tardo 8.000 millones de años en llegar a la Tierra.
Sin duda se trata de uno de los fenómenos astronómicos más enigmáticos del universo: las ráfagas rápidas de radio o FRB por sus siglas en inglés. Se trata de un pulso, un latido de radio cuya duración oscila entre una fracción de milisegundo y 3 segundos. El problema es que la primera de ellas se descubrió en 2007 y casi por accidente. Y su origen aún no se comprende del todo. Por si esto fuera poco, la última que se ha descubierto ha liberado, en menos de un segundo, la misma cantidad de energía que el Sol… en 30 años.
El hallazgo ha sido publicado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) y se trata de la FRB más distante jamás detectada. Su fuente fue localizada por el Very Large Telescope (VLT) del ESO en una galaxia tan lejana que su luz tardó ocho mil millones de años en llegar hasta nosotros. El descubrimiento de la explosión, denominada FRB 20220610A, fue realizado en junio del año pasado por el radiotelescopio ASKAP en Australia y rompió el récord de distancia anterior del equipo en un 50%.
"Utilizando la variedad de antenas de ASKAP, pudimos determinar con precisión de dónde vino la explosión – explica el coautor del estudio, Stuart Ryder, en un comunicado -. Luego utilizamos el VLT del ESO en Chile para buscar la galaxia fuente y descubrimos que era más antigua y estaba más alejada que cualquier otra fuente FRB encontrada hasta la fecha y probablemente dentro de un pequeño grupo de galaxias en fusión”.
El resultado representa el límite de lo que se puede alcanzar con los telescopios actuales, aunque los astrónomos pronto tendrán las herramientas para detectar explosiones aún más antiguas y distantes, precisar sus galaxias fuente y medir la materia faltante en el Universo. El Observatorio internacional Square Kilometer Array está construyendo actualmente dos radiotelescopios en Sudáfrica y Australia, que serán capaces de encontrar miles de FRB, incluidos los muy distantes que no pueden detectarse con las instalaciones actuales. El Telescopio Extremadamente Grande de ESO, un telescopio de 39 metros que se está construyendo en el desierto de Atacama en Chile, será uno de los pocos telescopios capaces de estudiar las galaxias fuente de explosiones incluso más lejos que FRB 20220610A.
"Aunque todavía no sabemos qué causa estas explosiones masivas de energía, el artículo confirma que las explosiones de radio rápidas son eventos comunes en el cosmos y que podremos utilizarlas para detectar materia entre galaxias y comprender mejor la estructura del Universo”, concluyen los autores.
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