
Oncología
Una dieta rica en grasas promueve el cáncer de mama
Es la conclusión de un reciente estudio realizado por el CNIO

En promedio, cada año, en España se detectan más de 30.000 casos de cáncer de mama, según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). La prevención, por lo tanto, resulta fundamental. Y ahora, de acuerdo con un reciente estudio realizado por expertos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), uno de los factores importantes es la dieta.
La obesidad se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y una mayor probabilidad de que este se propague a otros órganos (metástasis). La clave, de acuerdo con el estudio, publicado en Nature, tiene que ver con que una dieta rica en grasas activa mecanismos que facilitan la metástasis.
El estudio ha sido liderado por Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO, y se llevó a cabo en modelos animales de cáncer de mama triple negativo que desarrollan metástasis pulmonar. Para que el cáncer se propague a otros órganos, muchas células tumorales deben abandonar el tumor primario, viajar por el torrente sanguíneo, anidar y proliferar en otro órgano. En ocasiones, el tumor primario envía moléculas que modifican el órgano diana con antelación y preparan el equivalente a un nido que alberga las células tumorales: este es el llamado nicho premetastásico, en el que la célula tumoral puede arraigar y desarrollar metástasis.
El equipo de Peinado ha demostrado que aquellos ratones con obesidad experimentan cambios que favorecen la creación del nicho premetastásico, en este caso en los pulmones. En concreto, se incrementa la activación plaquetaria y la capacidad de coagulación sanguínea; además, se activa la fibronectina, la proteína que conecta las células del tejido pulmonar.
Los autores señalan que la obesidad promueve la coagulación sanguínea, un proceso que depende de las plaquetas. De hecho, como observó la investigadora del CNIO y primera autora del estudio, Marta Hergueta, en animales alimentados con una dieta rica en grasas, las células que se desprenden del tumor primario están rodeadas, durante su recorrido por la sangre, por más plaquetas que las que se pueden ver en ratones con una dieta normal.
Una hipótesis es que las plaquetas podrían dificultar que las defensas del organismo detecten las células cancerosas: las plaquetas formarían una armadura alrededor de las células tumorales, impidiendo que el sistema inmunitario las reconozca y las elimine, explica Peinado.
Además de afectar a las plaquetas, el grupo del CNIO descubrió que una dieta rica en grasas aumenta la expresión de la proteína fibronectina en el tejido pulmonar donde las células tumorales metastatizan. La fibronectina construye el tejido que conecta las células pulmonares, facilitando así la creación del nicho premetastásico que alberga la célula tumoral. También permite que la célula tumoral interactúe de forma más eficiente con las plaquetas.
Para estudiar las implicaciones de estos resultados en pacientes humanas, se analizaron muestras de sangre de pacientes con cáncer de mama triple negativo, obtenidas antes de la cirugía y después de la quimioterapia. Si bien los resultados no demostraron que la obesidad supusiera un riesgo adicional para la generación de metástasis, sí se pudo determinar que las pacientes con una coagulación sanguínea elevada presentaban un mayor riesgo de recaída a los cinco años.
Estos hallazgos “podrían ayudar a identificar factores de riesgo adicionales en pacientes con cáncer de mama en tratamiento, contribuyendo así a un mejor manejo clínico de la enfermedad – concluye Peinado -. Creo que estos resultados, junto con estudios clínicos de otros grupos, abren un futuro en el que la intervención o los cambios dietéticos, junto con el control de la actividad plaquetaria, podrían aumentar la eficacia de ciertos tratamientos antitumorales. No van a ser tratamientos por sí solos, pero pueden complementarlos”.
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