Perros

Esta raza de perros lanudos desapareció hace 100 años. Ahora estudiamos su genoma

Durante milenios, convivió junto a los indígenas que habitaban la costa del pacífico del los actuales Estados Unidos.

Reconstrucción forense de cuerpo entero de un perro lanudo basada en una piel de 160 años de antigüedad de la colección del Smithsonian, así como en restos arqueológicos.
Reconstrucción forense de cuerpo entero de un perro lanudo basada en una piel de 160 años de antigüedad de la colección del Smithsonian, así como en restos arqueológicos.Karen CarrSmithsonian

Mutton es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Este inicio modificado de Platero y yo hace referencia a Mutton, un perro lanudo de hace 160 años. El perro pertenecía a George Gibbs, un naturalista y etnógrafo que contribuyó al estudio de las lenguas de indígenas en el territorio de Washington. Debido a su conocimiento de los locales, participó en negociaciones para conseguir la paz entre el recién formado Gobierno de los Estados Unidos y algunas de las tribus indígenas que quedaban en los territorios. Pero a pesar de la importancia de la figura de George Gibbs, hoy el protagonista es Mutton, su perro.

Mutton era de una raza de perros lanudos hoy desaparecida. Estos perros blancos acompañaron al ser humano durante más de 5000 años durante sus andanzas por el continente de ultramar. Además de compañía y, probablemente, para desplazamiento y caza, estos perros contaban con una característica única. Su pelaje puede hilarse para crear una especie de lana. Durante miles de años, los indígenas Salish cuidaron esta raza de perro para poder esquilarlo y crear sábanas, ropa y otros tejidos de uso cotidiano o ceremonial. Debido a la importancia cultural de estos perros, George Gibbs adoptó y cuidó a Mutton para embeberse completamente en el estilo de vida indígena.

Que la vida te sea leve, Mutton

Como la esperanza de vida de un perro es tan corta comparada con la de los humanos, el dueño sobrevivió a su mascota. Mutton murió en 1859 y tras su muerte, George Gibbs envió su pelaje al recientemente creado Instituto Smithsonian, donde fue almacenado en una de sus enormes colecciones. Tras la muerte terrenal, viene la muerte del olvido y, lamentablemente, el mundo acabó olvidando a Mutton. Como sucede de cuando en cuando en estas instituciones que guardan millones de objetos, sus restos se perdieron entre cajas y archivos. Pero que algo se pierda no quiere decir que no se pueda volver a encontrar.

Decir que estaba "perdido" es ser algo injustos con la institución. En los museos como el Smithsonian únicamente se expone el 1% de lo que tienen acumulado en sus cámaras y archivos. Pero eso no quiere decir que el resto de los objetos se encuentren desordenados en un enorme trastero. Cada muestra, cada insecto y cada pieza de la colección está bien etiquetada y localizada, lo que sucede es que en 150 años nadie se había interesado en estudiar el pelaje de un perro lanudo, y si lo habían hecho, no lo habían buscado en el Smithsonian. Sin embargo, a principios de los 2000, un equipo de investigadores quería comprender mejor la vida precolombina y, por ello, necesitaban encontrar los restos del animal que les había proporcionado ropa y tejidos. Tras rebuscar entre los archivos y las colecciones el equipo consiguió dar con el pelaje de Mutton; sacándolo, así, del olvido.

Las pruebas de Mutton

Los investigadores querían averiguarlo todo del perro. Querían conocer su alimentación, su genética y qué cuidados requerían. Por ello, aunque emplearon las técnicas más modernas de secuenciación y de firmas químicas de elementos, pero lo que realmente querían era comprender el papel de este perro en la cultura, por lo que tendrían que hablar con los supervivientes indígenas de Estados Unidos. De este modo, la unión entre la ciencia y la tradición permite tener una visión completa del significado del perro lanudo en la América Precolombina.

En total, el equipo analizó más de 11.000 genes diferentes en el genoma de Mutton para, entre otras cosas, determinar qué daba a los perros lanudos su peculiar pelaje. 28 de los genes estudiados están relacionados con el crecimiento del pelo y la regeneración de los folículos. Entre ellos, encontraron un gen similar al de los humanos que poseen cabello crespo, así como otros que se pueden encontrar en razas de perros con el pelo rizado e incluso en los genomas de mamuts lanudos.

La desaparición de los perros lanudos

Hasta ahora se creía que, con la introducción de las máquinas tejedoras y otras fuentes de producción de lana, la población de perros fue disminuyendo hasta desaparecer. Pero los expertos no están de acuerdo con esta idea, ya que los perros eran una parte muy importante de la cultura Salish. Por ello, sus hipótesis se centran más en las consecuencias del genocidio perpetrado por las políticas coloniales y el genocidio cultural perpetrado por los europeos. Según aseguran los autores, no parece probable que una tradición de miles de años se perdiera completamente en apenas un par de generaciones, especialmente cuando el perro lanudo todavía es una de las partes centrales de la memoria de la cultura Salish.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Mutton era genéticamente similar a otros perros precoloniales que se pueden encontrar en los territorios de Terranova y Columbia Británica. De hecho, los investigadores calculan que casi el 85% de la ascendencia de Mutton puede vincularse a perros precoloniales. Por ello, es probable que las comunidades indígenas siguieran manteniendo la raza de los perros lanudos hasta justo antes de su extinción.

Referencias (MLA):