Astronomía

El hallazgo oculto en datos de la NASA de hace 50 años: Venus no era lo que creíamos

Siempre pensamos que las nubes de Venus eran un infierno de ácido sulfúrico, pero un reanálisis de viejos datos de la NASA desvela una composición inesperada que podría cambiarlo todo: su principal componente es, en realidad, el agua

Venus esconde una gran cantidad de información que podría ayudarnos a comprender mejor la Tierra y los exoplanetas. El JPL de la NASA está diseñando conceptos de misión para sobrevivir a las temperaturas extremas y la presión atmosférica del planeta.NASA/JPL-CALTECH03/06/2021
Venus esconde una gran cantidad de información que podría ayudarnos a comprender mejor la Tierra y los exoplanetas. El JPL de la NASA está diseñando conceptos de misión para sobrevivir a las temperaturas extremas y la presión atmosférica del planeta.NASA/JPL-CALTECH03/06/2021NASA/JPL-CALTECHNASA/JPL-CALTECH

La astronomía planetaria arrastraba un enigma desde hacía décadas, una de esas contradicciones que descolocan a los científicos. Las mediciones de agua en la atmósfera de Venus no cuadraban: las sondas que se adentraban en sus nubes registraban una cantidad de agua sistemáticamente superior a la que detectaban los sensores remotos desde la distancia. Era una persistente contradicción científica que no tenía una explicación clara, hasta ahora. De hecho, la cosmología moderna está llena de incógnitas, pues los científicos son conscientes de que algo muy raro está pasando en el universo y que aún quedan muchas preguntas por responder.

Pues bien, la solución a este rompecabezas no ha llegado de la mano de una nueva y sofisticada misión espacial, sino del lugar más inesperado: un archivo. El reanálisis de los datos de una vieja misión de la NASA, la sonda Pioneer de los años 70, ha permitido desempolvar una verdad que obliga a reescribir lo que creíamos saber sobre la atmósfera de nuestro planeta vecino. No es la primera vez que se recurre a conceptos del pasado para avanzar, como demuestra la esfera imparable que la NASA rescató de un cajón para sus nuevas misiones lunares.

En concreto, la clave estaba en la composición de los aerosoles que obstruyeron los instrumentos de la sonda durante su descenso. Lejos de la imagen de un infierno de ácido sulfúrico, el nuevo estudio revela que el agua es el componente mayoritario, constituyendo el 62% de la masa de las partículas. Se trata de un giro de guion que detallan en ScienceAlert y que relega al ácido sulfúrico a un segundo plano, con apenas un 22% de la composición.

La composición de los aerosoles, clave del misterio

Así pues, el misterio de las mediciones dispares queda resuelto. El agua no se encontraba en forma de vapor libre, que es lo que buscaban los sensores remotos, sino que estaba químicamente atrapada dentro de las propias partículas de las nubes. Por eso las sondas de descenso, al analizar directamente esos aerosoles, sí eran capaces de registrar su notable presencia.

Asimismo, la investigación ha sacado a la luz la inesperada presencia de hierro en forma de sulfato férrico, que podría alcanzar hasta un 16% de la composición total de los aerosoles. Los científicos creen que el origen de este metal, hasta ahora no contemplado en los modelos atmosféricos de Venus, podría ser el polvo cósmico que bombardea constantemente al planeta desde el espacio exterior. Este tipo de aportes externos no es exclusivo de Venus, ya que la historia del sistema solar interior estuvo marcada por un brutal bombardeo que decidió el destino de la Tierra y sentenció a Marte, moldeando la composición de los planetas rocosos.

En definitiva, esta nueva perspectiva sobre la química venusiana tiene implicaciones de envergadura. Aunque la presencia de vida sigue siendo una posibilidad muy remota, una mayor abundancia de agua —incluso ligada químicamente— convierte la atmósfera superior del planeta en un escenario algo más favorable para la astrobiología. Este hallazgo proporciona un marco completamente renovado para futuras misiones de exploración, insuflando un nuevo impulso a la búsqueda de vida más allá de la Tierra.