Salud Mental

Los olores de la infancia, una opción contra la depresión según un estudio científico

El análisis demostró que los aromas son más efectivos que las palabras para recordar un evento específico e incluso podrían usarse en el entorno clínico.

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Los recuerdos disparados por los aromas eran siempre positivos o felices Engin_Akyurt Engin_Akyurt

Hace tiempo que sabemos que los olores tienen el potencial de hacernos recordar de forma mucho más vívida que otros sentidos. De hecho, tienen la capacidad de incrementar nuestra capacidad cognitiva y nuestra memoria por encima de un 200%. Pero ahora, un nuevo estudio, publicado en JAMA Network señala que oler un aroma familiar puede ayudar a las personas con depresión a recordar memorias autobiográficas específicas y potencialmente ayudarles en su recuperación.

El hallazgo realizado por un equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, liderados por Kymberly Young, señala que los aromas son más efectivos que las palabras para recordar un evento específico e incluso podrían usarse en el entorno clínico para ayudar a las personas con depresión a salir de los ciclos de pensamiento negativos y reconfigurar los patrones de pensamiento, ayudando a una curación más rápida.

Al principio de su carrera, la doctora Young, neurocientífica especializada en los recuerdos autobiográficos, se dio cuenta de que activar la amígdala (la región que controla no solo las respuestas de "lucha o huida", sino que también dirige la atención y el enfoque hacia eventos importantes) ayuda a la recuperación de memoria.

También conocía una amplia evidencia de que las personas con depresión tienen dificultades para recordar recuerdos autobiográficos específicos y que, en personas sanas, los olores desencadenan recuerdos que se sienten vívidos y "reales", probablemente porque interactúan directamente con la amígdala a través de conexiones nerviosas del bulbo olfatorio. "Me sorprendió que nadie hubiera pensado antes en observar la recuperación de la memoria en personas con depresión utilizando señales de olor", señala Young.

Con esto en mente decidió probar si involucrar la amígdala podría ayudar a las personas con depresión a acceder a sus recuerdos de manera más efectiva. Y en lugar de utilizar pruebas de escáner cerebral costosas y a menudo inaccesibles, decidió recurrir a una tecnología mucho más sencilla. El equipo de Young presentó a los participantes una serie de viales de vidrio opaco que contenían potentes aromas familiares, desde naranjas y café molido hasta betún para zapatos e incluso Vick VapoRub. Después de pedir a los participantes que olieran el vial, Young les pidió que recordaran un recuerdo específico, sin importar si era bueno o malo.

Young se sorprendió al descubrir que el recuerdo de la memoria era más fuerte en personas con depresión que recibían señales de olores en comparación con señales de palabras. Aquellos que recibieron señales de olor tenían más probabilidades de recordar un evento específico (por ejemplo, que fueron a una cafetería el viernes pasado) que recuerdos generales (que habían estado en cafeterías antes). Los recuerdos provocados por los olores también eran mucho más vívidos y se sentían más inmersivos y reales. Curiosamente, los autores descubrieron que los recuerdos positivos siempre eran mayoría.

El equipo de Young se está preparando para iniciar estudios tecnológicamente más avanzados utilizando un escáner cerebral para demostrar que los olores ayudan a activar la amígdala de las personas con depresión de manera más efectiva que las señales verbales, pero mientras tanto, está entusiasmada con el progreso ya logrado.

"Si mejoramos la memoria, podemos mejorar la resolución de problemas, la regulación de las emociones y otros problemas funcionales que las personas deprimidas suelen experimentar", concluye Young.