Valencia

SALVA, DUDO DE LA AYUDA DE CATALUÑA

Como sucede con cierta frecuencia, las personas inteligentes se hacen difíciles de comprender porque ven más allá del común de los mortales, entre los que me encuentro

Iñaki Zaragüeta
Iñaki ZaragüetalarazonLa Razón

Tengo en alta valoración la personalidad y gestión del presidente de la Confederación Empresarial valenciana (CEV), Salvador Navarro. Como sucede con cierta frecuencia, las personas inteligentes se hacen difíciles de comprender porque ven más allá del común de los mortales, entre los que me encuentro.

Viene esto a cuento por el optimismo expresado el jueves respecto a que los valencianos nos beneficiaremos de la reivindicación planteada por Cataluña respecto a la financiación «porque ello obligará al Gobierno a solucionar el problema a la Comunitat Valenciana y al resto de las autonomías». Respeto esta opinión. No solo la respeto sino que, por la clarividencia del empresario, podría suceder que hasta esté en lo cierto.

Sin embargo, como escribí hace unos días, discrepo de tal deducción, porque tengo la convicción de que el Gobierno de Quim Torra se ocupará exclusivamente de lo suyo. Más aún cuando esa negociación la conduce el vicepresidente, Pere Aragonés, de Esquerra Republicana.

A las pruebas me remito. Tengo muy presente las palabras que una de sus diputadas, Monserrat Bassa, lanzó a los cuatro vientos «la gobernabilidad de España me importa un comino». Que yo sepa, al menos hasta hoy, la Comunitat es España.

Además, admirado Salva, nuestros peores enemigos en el asunto de la financiación autonómica son los correligionarios socialistas de Ximo Puig, y populares de Isabel Bonig. Ni Fernández Vara, ni González Page, ni Lambán, ni Núñez Feijó, entre otros, están por la labor de remediar la injusticia que padecemos. Al menos, hasta ahora. Y ¡ojalá tengas razón!. Así es la vida.