Comunitat Valenciana
Ahora, ¿quién les compensa?
Helicópteros, furgonetas de la Policía Nacional -«lecheras» les llamábamos en aquellos tiempos- metralletas ... Toda una parafernalia plan «Hombres de Harrelson» para detener a una septuagenaria y confiscar cuatro ordenadores del Palau de les Arts de Valencia. Todo para que ella y todos los demás resultaran ayer absueltos.
Mi amigo Rogelio comentaba tras conocer la sentencia absolutoria «imagino ahora a la juez de instrucción y al entonces fiscal, reconocido con un puesto en la alta magistratura autonómica- y a los responsables de ordenar aquella operación estratosférica, yendo, si no a visitar a todos los exonerados, sí al menos a la tumba de la exintendente Helga Schmidt, cuyo único pecado fue llevar a Valencia a los primeros lugares de la ópera mundial. Un legado que ha sido continuado estos años.
Independientemente de las razones que hubiera, la maniobra entonces y ahora solo puede calificarse como «altamente desproporcionada» con resultado de grave perjuicio que quedará sin ser compensado jamás. Gracias a que Chimo, Pablo, Enrique, José Antonio se distinguen por su bonhomía que si no... Así es la vida.
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