Sanidad debe prever el rebrote

Todo indica, así nos lo están haciendo saber, que el coronavirus no ha sido derrotado, que amenaza con reaparecer vivito y coleando cuando entre el otoño. Por ello, los Gobiernos deben prever las consecuencias. Ya no tendrán excusa, cualquiera que sea la virulencia, en la que escudarse para salvaguardarnos.

De ahí que cobre sentido la petición, a modo de advertencia, del CSIF a la Conselleria de Hacienda para proveer de las plazas sanitarias necesarias. En concreto, las cuarenta que tiene bloqueadas de técnicos en prevención para Conselleria de Sanidad, unas unidades que “deberían de estar al cien por cien para poder adelantarse a los brotes de covid-19 y asi no colapsar el sistema”.

Son muchos frentes los que quedaron al descubierto respecto a la dotación sanitaria en la Comunitat y que la Generalitat debería avituallar. Entre otros, la Atención Primaria para garantizar la cobertura de todas las plazas y un servicio eficaz a los usuarios.

Y, sobre todo, la sensibilidad con los mayores, quienes deben tener asegurada la entrada y la atención necesarias en los centros hospitalarios. Las residencias son residencias, no hospitales. En ese aspecto, la sanidad pública, por más propaganda y demagogia que haga para desviar la responsabilidad hacia otros, ha carecido de responsabilidad, sensibilidad y eficacia. Así es la vida.