Un “no” difícil de entender

No comprendo al PP. Por más vueltas que le he dado durante estas últimas horas, no he encontrado un argumento sólido para adherirme al «no» previsto de Pablo Casado y su grupo parlamentario en la moción de censura de contra el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. A no ser que al presidente de los populares nada le importe engordar las arcas electorales de la formación de Santiago Abascal en su objetivo por hacerse con los votantes de Ciudadanos.

Mi desconcierto se basa, en primer lugar, en el hecho de que el PP vaya a votar en sincronía con Sánchez, considerado como el peor presidente hasta ahora, y con Podemos, Bildu, Esquerra … O lo que es lo mismo, con quienes quieren deshacer la unidad de España, dinamitar el espíritu y la Constitución de 1978 y con los defensores de los asesinos de casi mil españoles.

Aceptar por parte del Partido Popular las declaraciones de José Luis Ábalos limita con la infamia «el PP debe votar que no, porque no puede coincidir con la ultraderecha. Debe estar con los partidos democráticos que apoyan al Gobierno». Al vocero socialista hay que enseñarle que bastante más ultras, más enemigos de España que Vox, son algunos de quienes apoyan o integran el Gobierno social comunista actual.

Por más que se trate de un movimiento tacticista por parte de Vox, como muy acertadamente expresaba ayer el editorial de LA RAZÓN, «Sánchez debe derrotar la moción de censura con los votos de los separatistas, la extrema izquierda y los filoetarras, que son quienes le mantienen en el poder».

Imagino, aunque no lo entienda, que el PP habrá analizado exhaustivamente los pros y los contras de su decisión. O no, que diría quien llevó al Partido Popular a lo que es. Así es la vida.