El Gallinero

El PP y la CEV tramitan la venida de Díaz Ayuso como defensora de la bajada de impuestos

Lejos de servir como ejemplo para sus homólogos autonómicos, se ha convertido en la diana de sus ataques

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz AyusoRodrigo JiménezAgencia EFE

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha erigido, cual Juana de Arco, en el estandarte de la política de bajada de impuestos como el instrumento más eficaz para favorecer el crecimiento económico y la subida del empleo. De ahí que la citada región presente datos económicos espectaculares.

Lejos de servir como ejemplo para sus homólogos autonómicos, se ha convertido en la diana de sus ataques como una forma, entre otras cosas porque no quieren dejar sus políticas de gasto, de reparto de cargos a los correligionarios y de montar estructuras administrativas sin parangón en las democracias desarrolladas.

A todos ellos les duele la simpatía generada por Díaz Ayuso, porque los impuestos disgustan a todos, no solo a los empresarios, más aún cuando descubren el comportamiento de los dirigentes con la excusa de “el dinero público no es de nadie”.

Esos políticos, generalmente de izquierdas, han visto que la línea de Díaz Ayuso, defendida por los Gobiernos del PP en Andalucía y Murcia, provoca una sangría de votos que son incapaces de taponar. Entre ellos, Ximo Puig que, tras liderar la cruzada para que Pedro Sánchez grave con impuestos a Madrid, ha virado de forma radical y donde dijo digo diga Diego.

Por el contrario, el PP ha percibido la eficacia de la disminución impositiva como arma política y quiera utilizar a la heroína de la villa y corte en valioso cómplice, una política identificada con la empresarial. De ahí que Salvador Navarro como líder de los empleadores valencianos, no le haga ascos a invitar a su tribuna a Díaz Ayuso. ¿Para qué? pues no solo para que hable de los impuestos sino que lo haga en los aledaños del Palau de la Generalitat, desde donde Ximo Puig reina desde hace más de seis años. Así es la vida.