Sociedad

“El modelo de macrorresidencias de ancianos que tenemos en España está prohibido en media Europa”

El geriatra Juan Doménech alerta de que “estamos descuidando la atención a nuestros mayores en todos los aspectos”

Imagen de recurso de una persona jubilada
Imagen de recurso de una persona jubiladaJesús G. FeriaLa Razon

Desde principios del siglo XX, el modelo de residencia para la tercera edad está cambiando en toda Europa y en muchos países se han prohibido las “macrorresidencias” de mayores tal y como las conocemos en España y, por supuesto, en la Comunidad Valenciana. El “modelo Carlet”, con 300 o 400 personas, con problemáticas, enfermedades y grados de dependencia muy diversos, todos en un mismo centro, no existe en muchos países de Europa, como Dinamarca, Holanda o Noruega.

Esta es una de las reflexiones del geriatra valenciano Juan Doménech Aznar, quien alerta de que estamos desatendiendo a nuestros mayores en muchos aspectos. Doménech asegura que en el resto de Europa se viene apostando desde hace años por la atención domiciliaria o las viviendas tuteladas, donde el cuidado al mayor es totalmente personalizado, como mucho, existen residencias con 20 o 30 personas.

“Cada persona tiene unas necesidades. Es una barbaridad mezclar a las personas autónomas con aquellas que son dependientes, porque las primeras van deteriorándose poco a poco y acaban siendo dependientes también. Tenemos almacenes de ancianos”.

Denuncia además el elevado ratio de ancianos por enfermera/auxiliar y médico que existe en estos lugares. “Es imposible que puedan prestar una atención personalizada, no pueden, porque faltan recursos”, dice Doménech, uno de los responsables de la puesta en marcha de la residencia de Carlet en los años 70.

En la Comunidad Valenciana se han vivido además experiencias dramáticas en residencias para mayores por fallos que nunca sabremos si se podrían haber evitado con más personal, con menos internos o con unas instalaciones más cuidadas. La última de estas tragedias se vivió la semana pasada en la residencia de Moncada, donde un incendio acabó la vida de ocho personas.

En el año 2005 la residencia de Carlet vivió una experiencia similar, con un fallecido, y meses después, ya en 2016, en la residencia de Massamagrell fallecieron cinco personas a causa del fuego. En este caso, además, a raíz del siniestro, se descubrió que en esta residencia convivían mayores y discapacitados, para lo cual no estaba autorizada.

“Envejecimiento de la población envejecida”

Además, explica que se está produciendo un “envejecimiento de la población envejecida”, de manera que encontramos a personas de 65 años cuidando de sus padres, de 90 años, con el desgaste físico, emocional y mental que esto supone. “Estas situaciones podrían evitarse con una atención domiciliaria personalizada que no existe hoy en día”.

“El envejecimiento es la continuidad de la vida, tiene que ser atendido según los gustos y necesidades de cada persona, no todos en un mismo grupo”.

Ciudades amigables con la tercera edad

Doménech asegura que son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de prestar atención a un colectivo de la población que, cada vez es mayor y más importante. Otro concepto al que hace referencia es el de “ciudad amigable” con la tercera edad. “Habría que detenerse a pensar qué necesidades tienen las personas mayores en transportes, accesibilidad, aceras, aparcamientos...”.