Tribunales

El “Rambo de Requena” se queda “mudo” en su primera sesión del juicio

Disparó ocho tiros a un agente de la Guardia Civil que intentó detenerlo en su huida tras cometer varios delitos

Pedro Lozano Giménez (c), conocido como "el Rambo de Requena", durante la celebración del juicio
Pedro Lozano Giménez (c), conocido como "el Rambo de Requena", durante la celebración del juicioAntonio GarcíaAgencia EFE

Pedro Lozano Giménez, más conocido como el Rambo de Requena, se ha negado a declarar este martes, en la primera sesión de su juicio en la Audiencia de Teruel por la fuga que protagonizó en desde Requena (Valencia), donde inició sus correrías criminales, hasta las sierras turolenses, y en la que hirió a dos guardias civiles que le perseguían, a uno de ellos de gravedad.

Lozano se ha acogido a su derecho a no declarar ante la magistrada presidenta tribunal, ante la que han pasado seguidamente una quincena de testigos los hechos que sucedieron el 8 de junio de 2020 entre los municipios turolenses de El Castellar, Muniesa y Andorra y que finalizaron con su detención tras recibir un disparo en la pierna.

El acusado ha permanecido mudo ante las más de cuarenta preguntas que le ha formulado la fiscal sobre su huida desde Valencia hacia Teruel, los motivos que le llevaron a disparar a los dos agentes en Muniesa o la intención que tenía portando una escopeta, y también ante las que le ha dirigido el letrado de la acusación particular, Jorge Piedrafita, en representación de los dos guardias civiles tiroteados.

Estos dos agentes han asegurado que el encuentro en el callejón sin salida donde terminó la persecución apenas duró unos minutos, en los que no tuvieron tiempo de reaccionar porque el acusado bajó de su vehículo con la escopeta cargada y apuntando contra ellos “con la intención de matar”.

Los agentes han recordado que en esa jornada recibieron el aviso de un vehículo robado en la zona de Formiche, un Suzuki Vitara, por una persona “peligrosa, armada y que habría cometido varios delitos en la provincia de Valencia”.

Han relatado que tras localizar el vehículo, le siguieron hasta un callejón de salida en pendiente ascendente hasta quedarse a unos “tres o cuatro metros” de distancia y observaron, durante “cinco o diez segundos”, que el sospechoso estaba “manipulando algo entre los asientos”.

Uno de los agentes ha indicado que en al bajar del vehículo oficial con la mano puesta en su pistola sin desenfundar para pedirle al conductor del coche que se identificara, éste empujó la puerta con el codo y salió con la escopeta cargada y efectuó un primer disparo.

Al oír la detonación, uno de los agentes desenfundó su pistola reglamentaria y tras un primer disparo su arma quedó encasquillada, momento en el que el acusado se acercó a él para descerrajarle varios tiros.

“Mientras intentaba desencasquillar mi arma se asomó y me disparó. Estaba cerca, era un tiro que venía a matar. Recibí ocho impactos en el antebrazo, cinco a la altura del codo, tres en la muñeca y uno en el pecho que no llegó a penetrar, igual que otro en el abdomen”, ha señalado el agente.

El segundo agente, que se había apostado a la salida del callejón, efectuó a su vez tres disparos para evitar la fuga del sospechoso y corrió a ayudar a su compañero.

El procesado empezó a su vez una precipitada huida hacia Andorra, donde fue visto por varios testigos, uno de los cuales ha relatado que el “Rambo de Requena” se subió repentinamente en el asiento trasero de su coche y le indicó que lo sacara fuera del municipio.

Este testigo ha narrado que en un primer momento pensó en ganarse su confianza y llevarlo por un camino equivocado para después avisar a la Guardia Civil y facilitar su búsqueda, que finalizó en una zona agreste a las afueras del municipio, donde fue rodeado por un helicóptero y varios agentes, realizando uno de ellos un disparo en su pierna y otro de aproximación, para que soltara la escopeta y pudiera ser detenido.

La fiscalía y la acusación en nombre de la Asociación Unificada De La Guardia Civil (AUGC) pide penas que suman 29 años de prisión por presuntos delitos de tentativa de homicidio, continuado de robo en vivienda habitada, sustracción de vehículo, coacciones y tenencia ilícita de armas, mientras que el abogado de los dos guardias civiles eleva la petición de condena a 61 años al calificar los hechos como dos presuntos delitos de tentativa de asesinato, lesiones graves, atentado contra agentes de la autoridad, robo en casa habitada, robo de vehículo, conducción temeraria, tenencia ilícita de armas y coacciones graves.

La vista finalizará mañana con las declaraciones de los peritos forenses y los informes de las acusaciones y defensa.