Corrupción

El complejo entramado de empresas de Febrer desvió al menos siete millones de euros para pagar mordidas de la causa Azud

Realizaba contratos como los de Corbín o Vera, vendía pisos a un valor muy inferior al de mercado, hacía regalos y pagaba sobornos en efectivo

Jaime Febrer realizaba contratos con aquellas personas que no eran cargos públicos, como es el caso del abogado José Corbín (en la imagen)
Jaime Febrer realizaba contratos con aquellas personas que no eran cargos públicos, como es el caso del abogado José Corbín (en la imagen)larazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@546dec3d

Si algo hay que reconocerle al empresario Jaime María Febrer es su capacidad para diseñar una arquitectura financiera y empresarial que le posibilitara conseguir sus intereses espúreos y generar el dinero necesario para pagar las ingentes mordidas que le aseguraran los posteriores contratos con administraciones públicas de todos los colores.

Según los investigadores, las empresas de Febrer generaron importantes sumas de dinero en efectivo, que en el periodo investigado alcanzó, por lo menos, los siete millones de euros, cuya finalidad era el pago de comisiones ilícitas en metálico a cargos públicos y funcionarios públicos del Ayuntamiento de Valencia, de entes públicos y de todos aquellos ayuntamientos en los que el grupo Axis tuviera intereses urbanísticos.

Señala la investigación que el ámbito de actuación del grupo empresarial se desarrolló en el Ayuntamiento de Valencia, pero también en los de Jijona, Burjassot y Benicàsim, al menos, que tengan constancia los investigadores, así como en entidades o empresas públicas como Actuaciones Urbanas de Valencia, S.A. (Aumsa) y Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), de carácter estatal.

Jaime Febrer utilizaba cuatro vías para los pagos de las comisiones ilícitas. En algunos casos se confeccionaban y suscribían contratos ficticios que permitían la canalización de los pagos de dichas comisiones. Dicho método se utilizaba con los investigados José María Corbín y José Luis Vera, que por no ser funcionarios públicos, podían suscribir dichos contratos y aflorar parte de las comisiones.

Otros contratos ficticios permitían generar dinero en efectivo que se pagaba en metálico a aquellos cargos o funcionarios que se dejaban corromper.

En otras ocasiones se llevaban a cabo compraventas de bienes inmuebles abonando un precio muy inferior al valor del bien adquirido.

Y en todo caso, siempre mediaba la entrega de regalos de toda índole que por su valor no podían ser considerados como una atención normal dentro de las normas sociales.

Para el grupo Axis era imprescindible la generación de dinero de forma oculta para el pago de las comisiones ilícitas por lo que se generó una estructura personal y societaria que formalmente ajena a Febrer habría actuado a su servicio posibilitando la generación de sumas que en el periodo investigado llegó a los siete millones de euros.

Según los investigadores “esta estructura creada para la generación de dinero en efectivo actuaba como una verdadera asociación jerarquizada y duradera en el tiempo que estaba dirigida por el investigado Joaquín Pastor Rico que era administrador único de las mercantiles Crema Dos y Novalternativa de Negocio. También participaban del entramado las empresas Madriga Subcontratas, Focogins y Encon, del empresario Francisco Antonio Gigante. También en la familia Gigante y a nombre de los hijos Francisco José y David Gigante constan las empresas Gigante Edificaciones y Ginava Construcciones. También la empresa Construcciones y Promociones Costablanca del Sureste, de Juan Francisco Espinosa; y Alicante Boulevard, de Salvador Sánchez, entre otras.

Todas esta mercantiles, pese a tener sus domicilios sociales en provincias diferentes, tenían casualmente cuentas abiertas en una sucursal alicantina de Bancaja desde donde generaron al menos 5.746.795 en efectivo.