Emergencias
El Gobierno valenciano descarta ampliar los meses con servicio de socorristas en las playas
El secretario autonómico de Seguridad, José María Ángel: “No se puede tomar el baño de una forma desaforada”
El mar Mediterráneo es dócil pero puede convertirse en hostil, como reflejan los tres ahogamientos registrados el pasado fin de semana en playas valencianas,por lo que el secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, José María Ángel, pide extremar las precauciones y evitar las imprudencias, que suelen estar detrás de la mayoría de los incidentes.
Preguntado por si considera que debe adelantarse la fecha en la que comiencen a trabajar los socorristas, señala que son profesionales y «tienen la temporalidad que tienen» y no se puede hablar de un servicio de doce meses al año.
Concretamente, el fin de semana pasado falleció un niño de seis años en la playa de Canet d’en Berenguer (Valencia) arrastrado por la fuerte corriente en una zona donde estaba prohibido el baño, y otros dos hombres fallecieron en las playas de los municipios alicantinos de Guardamar del Segura y El Campello, al tratar de rescatar a otras personas que se habían quedado atrapadas por el oleaje.
«No se puede tomar el baño de una forma desaforada», asegura Ángel, quien añade que los ahogamientos se producen generalmente por imprudencias y aunque una «máxima» es que la Administración y los ayuntamientos den respuestas de seguridad, también es importante «extremar las medidas de precaución».
Según datos de la Federación de Salvamento y Socorrismo, en abril se produjeron ocho ahogamientos en espacios acuáticos de la Comunitat Valenciana, que fue la autonomía con la mayor cifra de fallecidos.
Rescates de montaña
Por lo que respecta a la montaña, los servicios de emergencias han hecho en lo que va de año 338 búsquedas y rescates en zonas rurales y acuáticas de la Comunitat Valenciana, una cifra que preocupa al secretario autonómico de Seguridad y Emergencias, quien advierte del riesgo que comporta salir al campo sin una planificación y con ropa y calzado inadecuados.
“La gente no tiene conciencia del riesgo al que se puede someter en una montaña por su orografía y morfología”, asegura en declaraciones a EFE, y añade que el usuario, “por su imprudencia y por su falta de planificación, también pone en riesgo a mucha gente”.
Caídas, pérdidas y contusiones han sido las imprudencias más habituales, aunque también se han producido casos graves como las tres personas fallecidas al caer y ser arrastrados por el agua en Bolulla (Alicante) o la madre que falleció al ir a rescatar a su hijo que cayó al agua en Navarrés (Valencia).
Cada rescate, afirma, tiene un coste de “miles y miles de euros” y considera que igual que en los hospitales entregan a los pacientes información sobre el coste que ha supuesto su intervención o estancia, a las personas que se rescata “estaría bien recordarles” lo que ha costado hacerlo.
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