Opinión | A través del espejo

La bronca que sobraba

Y se sorprenden que los que estaban limpiando barro estallaran contra la comitiva oficial

VALENCIA, 19/12/2024.- El conseller de Educación, José Antonio Rovira (c), realiza un gesto en presencia del portavoz del grupo parlamentario de Compromis, Joan Baldoví (i), tras su intervención en Les Corts Valencianes donde el president de la Generalitat, Carlos Mazón, responde a preguntas de los grupos parlamentarios sobre por qué no ha dimitido tras la dana que arrasó parte de la provincia de Valencia el 29 de octubre y sobre lo logrado en la Conferencia de Presidentes del pasado viernes....
Baldoví vuelve a su escaño y mira el gesto del conseller de Educación, José Antonio RoviraBiel AliñoAgencia EFE

Menos mal que no llegaron a las manos. Es lo único que nos faltó por ver en la última sesión de control al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. La bronca que se montó simplemente sobraba. Lo mejor, que los diputados lo han reconocido, lo peor, que habrá más en 2025.

Un día después todavía estaban buscando culpables, señalando al que pudo incitar al otro a saltar de su escaño sin admitir que realmente hace mucho tiempo que se generó un caldo de cultivo para que esto pasara.

Tengo la suerte de llevar ya los suficientes años siendo espectadora en Les Corts para sentirme legitimada para hablar con cierta perspectiva. Lo ocurrido el pasado jueves no se debe exclusivamente a la tensión del último mes y medio.

Hace demasiado tiempo que los partidos políticos empiezan la legislatura pensando en las siguientes elecciones. Da igual que haya una pandemia, una crisis económica o una dana. El desgaste político se mide a diario porque se trata de eso, de desgastar al rival para que llegue lo suficientemente débil a la cita electoral y quitarle el poder.

Solo así se entiende que en una catástrofe como la vivida en Valencia no haya sido posible que todos los grupos políticos se pongan a remar en la misma dirección y pacten un acuerdo de mínimos e ir «tots a una veu».

Imposible imaginar que esto pudiese ocurrir en un país acostumbrado a ver a quién se le carga la responsabilidad de un accidente o de una catástrofe mucho antes de que se pueda analizar qué pasó y cuántos responsables deben responder por ello.

Las alusiones a la accidentada visita de Paiporta de los Reyes de la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue evacuado, encendió la mecha para convertir el Parlamento valenciano en un griterío de todos contra todos. Y se sorprenden que los que estaban limpiando barro estallaran contra la comitiva oficial. La violencia nunca estará justificada, tampoco las salidas de tono, pero si alguien debe dar ejemplo, son los diputados.