Caso Gürtel
Consellers de Sanitat del gobierno de Camps niegan ninguna relación con el Bigotes
Descartan haber tenido competencias en contratación
Otros dos exconsellers del Gobierno de Francisco Camps se han desvinculado este miércoles de cualquier irregularidad en adjudicaciones a empresas de la trama Gürtel hace quince años y han rechazado haber mantenido ningún tipo de relación con el empresario de la red Álvaro Pérez, El Bigotes, o haber recibido órdenes del entonces presidente para favorecerle.
Como hizo ayer la exconsellera Alicia de Miguel, los extitulares de Sanidad Manuel Cervera y Luis Rosado han negado haber beneficiado a la empresa Orange Market en una adjudicación presuntamente irregular de 2008 durante su declaración en la Audiencia Nacional como acusados en el juicio a una rama del caso Gürtel.
El exconseller Manuel Cervera ha explicado que no tenía "capacidad de contratación" ni vio nunca ninguna factura, y ha reivindicado su trayectoria como "gestor-técnico" y no como "político".
Dejó su escaño en 2013, cuando ya había un "goteo" de informaciones del caso Gürtel, y lo hizo, ha dicho, porque estaba "convencido" de que no tenía "nada que temer".
Acusado en relación a una adjudicación presuntamente irregular de la elaboración de un vídeo sobre la ampliación del Hospital Clínico de València en 2008, Cervera ha señalado que su "única preocupación" entonces era comprobar que Camps salía más que él en el vídeo porque, "como todos los presidentes", era "muy celoso de sí mismo" y si él salía una vez, el presidente "tenía que salir diez". "Si no, seguramente, tendría enojo conmigo", ha explicado.
El exconseller ha dicho que su conselleria era la que tenía más presupuesto de todas las de la Generalitat y que él tenía muchos problemas por aquellas fechas como la huelga de médicos, el aumento de los casos de Sida, la dimisión del director de La Fe, la saturación hospitalaria y unas declaraciones en las que contradijo al exministro Cañete: "me llovían zascas por todas partes".
Cervera también ha destacado los nervios de algunas acusadas "que ya han conformado con la Fiscalía y que por tanto sabían o que les iban a preguntar y si les hubieran preguntado si habíamos matado a Manolete habrían dicho que sí".
Cervera ha negado haber intervenido en la contratación o abono de facturas, y ha rechazado tajantemente haberse reunido nunca con El Bigotes, a quien recuerda como "un señor con un bigote impresionante" que vio en algún acto del PP, "uno más de los que estaban allí".
Menos aún lo conocía su sucesor, Luis Rosado, quien se ha mostrado incluso "indignado", convencido de que si Álvaro Pérez se hubiese girado durante su declaración en el juicio, no habría sabido quién es porque no lo ha visto "nunca".
Acusado en su etapa como secretario autonómico de Sanidad, Rosado ha defendido que firmó una factura de casi 11.930 euros a Orange Market porque pensó y sigue pensando que se siguieron los "cauces normales" y no vio "nada raro", pero ha negado haber intervenido en la contratación de la empresa o en la organización del acto.
Tras ellos ha declarado Arantxa Vallés, quien fuera gerente de la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunitat Valenciana, imputada porque Orange Market celebró un evento durante la Volvo Ocean Race. Vallés ha negado cualquier vinculación con el Bigotes y ha dicho que estuvo una sola vez en Orange Market acompañando a Dora Ibars, cuando Álvaro Pérez inauguró una nueva oficina, "como he hecho muchas veces en otras empresas".
Al igual que en la sesión anterior, el presidente del tribunal ha reprochado a la Fiscalía que no dejara contestar a los acusados, así como que hiciera preguntas impertinentes.
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