Agricultura

La cosecha de uva se adelanta dos semanas en Alicante a causa de la tercera ola de calor

Afectará sobre todo a las variedades monastrell y chardonnay

Finca Gomera cuenta con 10 hectáreas de viñedos de donde sale el vino Chardonnay que embotellan en su ya popular Vi de Go
Viñedos de la variedad chardonnaylarazon

Las sucesivas olas de calor que están azotando a la provincia de Alicante han afectado también a la vendimia, donde como consecuencia del incremento de las temperaturas la recogida de uva se ha adelantado alrededor de dos semanas.

El gerente de Vinos de Alicante Denominación de Origen Protegida (DOP), Eladio Martín Aniorte, ha explicado que este fenómeno que se viene dando en zonas del Mediterráneo y que "se produce sobre todo con las variedades blancas, como moscatel o chardonnay".

De este modo, la subida de los termómetros, que han llegado a registrar los 40 grados en zonas del interior de Alicante durante esta tercera ola de calor, ha hecho que la uva madure más temprano.

"Antes se recogía la uva a finales de agosto, durante la segunda quincena, y en cambio actualmente se está recogiendo ahora, antes de la primera, incluso al final de julio en algún caso, con un adelanto de entre 10 y 12 días con respecto al calendario tradicional", ha afirmado Martín Aniorte.

Esta tendencia, que lleva varios años ocurriendo en el campo alicantino, hará que el calendario de cosecha se vaya adelantando conforme el clima se hace más cálido, una circunstancia que, según el experto, "no es tan importante como la sequía, que sí que puede afectar más a la calidad y a la cantidad y que supone un factor de riesgo".

"Si hay que adelantarse unos meses o unas semanas en el calendario, uno se adapta con más facilidad, pero lo que sí que no se puede cambiar, ni el hombre que trabaja en el campo, ni la planta en cuanto a su supervivencia, es la falta de agua", ha advertido el gerente de Vinos de Alicante.

La escasez de agua también ha afectado a esta campaña, que ha estado "muy tensionada porque en primavera no hubo prácticamente lluvia", lo que puede conllevar una menor producción de vino.

A pesar de estos factores, las plantas de la provincia conviven mejor con las consecuencias del cambio climático que otras variedades como la atlántica, al estar acostumbradas a recibir poca agua, lo que se denomina estrés hídrico, escasez que en algunos casos acentúa sus cualidades.

Martín Aniorte ha resaltado que lo que caracteriza a los vinos alicantinos es que son "muy frescos, muy florales y muy frutales, con mucha presencia de elementos primarios, lo que los hace variedades muy expresivas del mediterráneo".

El experto ha señalado que un claro exponente de estos atributos es la monastrell, "una variedad que sabe mucho a fruta madura, a ciruelas y a pasas".

Estos rasgos diferencian al vino de la provincia frente a zonas más frescas como la atlántica, donde "necesitan hacer recrianzas, pasar los vinos por madera para que cojan más cuerpo, algo que los vinos mediterráneos tienen desde el principio".