Entrevista
Francisco Camps: «Soy de la generación de Feijóo y de la quinta del Rey. Estoy en plena forma»
Su popularidad se ha visto refrendada por la décima sentencia favorable. Le piden fotos por la calle en Sevilla y en Cáceres. Muestra su fidelidad inquebrantable al PP y niega ningún resentimiento: «No he reparado en ello»
El expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ha cerrado casi definitivamente una etapa de quince años que él mismo ha venido a denominar «calvario judicial». No quiso que un presidente de la Generalitat se sentara en el banquillo de los acusados, y por eso dimitió de su cargo al que había accedido con la mayoría absoluta más amplia registrada en la Comunitat Valenciana. Dice que a día de hoy lo volvería a hacer. Después de la denominada «causa de los trajes» vinieron nueve implicaciones de diverso cariz en otras tantas causas judiciales de las que siempre ha salido indemne. A falta de un posible recurso de la Fiscalía al último archivo de la Audiencia Nacional, Francisco Camps, ha salido sin tacha de todos los procedimientos. Como él dice: «Diez de diez. Espero que ningún español tenga que volver a pasar por esto». Y a pesar de todo, asegura, no le guarda rencor a nadie.
¿Cómo se siente después de estos quince años de calvario judicial?
Pues ahora, muy contento, muy tranquilo y muy feliz, la verdad, después de esta última sentencia, la última después de tantos años, de quince años, pues es una sensación de mucha tranquilidad y mucha paz.
¿Sabe si la Fiscalía va a volver a intentarlo planteando recurso? ¿Hay alguna novedad al respecto?
No, no tengo ni idea, no lo sé. La sentencia deja muy claro los hechos probados. Está muy bien elaborada y además está votada por los tres magistrados. Eso son normalmente elementos que hacen que quien pueda recurrir, pues, tal vez no lo haga.
¿De todas las acusaciones, cuál ha sido, bajo su punto de vista, la más injusta?
Todas, todas, todas, todas. Todas exactamente igual de injustas y de falsas.
¿Y visto lo visto, volvería a dimitir por la causa de los trajes?
Sí (rotundo), sí, sí. Yo dimití por dos motivos que siguen siendo para mi capitales desde aquel momento. Yo quería que el presidente de la Generalitat no se sentara en el banquillo. Podría haberlo hecho porque la condena en aquel momento no conllevaba la pérdida de condición de cargo público, pero yo no quería sentar al presidente de la Generalitat en el banquillo; y además comenzaron las elecciones capitales para el futuro de España. Y yo sabía perfectamente que mi partido habría sido atacado por el PSOE si yo hubiese continuado siendo presidente con un juicio por delante. Con lo cual por esos dos motivos, por la Generalitat Valenciana y por mi partido, decidí dimitir.
Y ahora, 15 años después, ¿considera que le robaron la Presidencia de la Generalitat?
Quince años después considero que ha sido un auténtico escándalo todo el proceso previo a lo que ocurrió luego. Un escándalo porque ya decía yo que era falso, no había ningún tipo de motivo para continuar con la investigación ni para continuar luego con el juicio no tenía ningún sentido. Acababa de ganar por tercera vez las elecciones autonómicas hacía muy pocas semanas y me parece increíble. Y lo que también estoy diciendo estos días, esto no puede volver a ocurrir a ningún español.
De todas formas, ¿siente alguna responsabilidad por los condenados que sí que ha habido en algunas de las causas?
Yo estoy ahora hablando de mi cuestión.
Pero me refiero como presidente de la Generalitat.
Ya, ya pero digo que estoy hablando hoy de mi cuestión, ya hablaremos de otras cosas en otro momento.
¿Qué restitución social o política necesita?
La restitución social está ya contemplada o cumplida con todas las absoluciones. Esa parte ya está más que cumplida y yo estoy satisfecho. Es verdad que ha durado mucho tiempo, pero bueno, esa parte estaba así cumplida.
En estos dos días que han pasado desde la sentencia, ¿ha notado cariño de la gente? Porque en alguna ocasión se ha quejado de que había habido algún pequeño enfrentamiento, alguien que por la calle le increpa, ¿ahora vuelve a sentir el cariño de los valencianos?
Bueno, alguna persona de manera aislada, o los escraches organizados por la izquierda: en la puerta de mi casa, en el TSJ, en la Universidad, cuando fui a defender mi tesis. Pero el cariño ha sido bestial, bestial. He tenido ocasión de ir a Sevilla por unas circunstancias que tiene que ver con alguna entrevista, y por Sevilla, la noche del jueves, me fui a cenar y la gente quería hacerse fotos conmigo y me daba la enhorabuena. Luego por la mañana, paseando cerca de la Basílica de Esperanza Macarena exactamente igual. Y por supuesto, el teléfono que a estas alturas -y a través de esta entrevista pido disculpas- que voy a contestar a todo el mundo, pero tengo todavía por delante 558 mensajes por devolver y unas 80 llamadas para devolver. Estoy constantemente contestando mensajes y contestando llamadas. Y hay muchísima gente que, a través de personas que me aprecian, que me quieren, que me conocen, también están felicitándome a través de ellos.
(A los diez minutos de concluir esta entrevista telefónica, el expresidente Camps vuelve a telefonear al entrevistador: "acabo de parar en un área de servicio en Trujillo (Cáceres) a comer algo, y todo el restaurante me ha felicitado, y el dueño ha salido para hacerse una foto conmigo", comenta emocionado).
En la Audiencia Nacional, tuvo un rifirrafe con Correa, al que le reprochó que, pese a que no se conocían absolutamente de nada, le estaba arruinando la vida. ¿Ha conseguido que alguien le reconozca la predisposición a hacerlo de algunas personas, de algunos imputados que hayan seguido instrucciones, tal vez de la Fiscalía?
No, no. Nadie me ha dicho nada. Claro, aquí cada uno estaba en su estrategia de defensa y cada uno es legítimo de hacer lo que crea conveniente.
Hace apenas unas semanas, el Comisario Villarejo dijo bajo juramento que hubo una trama organizada por Juan Cotino y Mariano Rajoy contra Eduardo Zaplana. ¿La trama contra Francisco Camps existió? ¿Quién la organizó?
Yo no sé si hay trama o no hay trama. No he entrado nunca en esas circunstancias. Lo que sí que sé es que ha habido quince años de imputaciones que no eran ciertas y sé que el Partido Socialista ha estado en todas las denuncias, en todos los ataques que he tenido durante este tiempo, con Ximo Puig (PSOE) a la cabeza firmando todas las denuncias. Por lo tanto me parece mucha casualidad, quince años en los que tanto la Fiscalía Anticorrupción como el Partido Socialista han hecho el mismo tipo de denuncias, el mismo.
De todas formas, sí que parece que al PP nacional le pudo en un momento servir como balón de oxígeno que la trama Gürtel se desviara a Valencia cuando había nacido en Majadahonda y en Madrid.
No lo sé. Tampoco he reparado en ello. No he valorado el tema ese.
El día que se conoció la sentencia se tomó usted un café con Eduardo Zaplana. Durante años no se hablaron...
Me quiso felicitar por la sentencia y nos vimos. Ahora nos vemos bastante, nos hemos visto varias veces. Además, como somos vecinos, vivimos en la misma calle, pues nos tomamos un café.
Señor Camps, una impertinencia, si me permite, ¿cuánto dinero lleva gastado para defenderse de lo que luego han sido diez absoluciones, archivos o no imputaciones?
Pues mucho, pero no solo yo, sino todas las personas que han estado en mis circunstancias, y están en mis circunstancias. Es bueno que se sepa que el esfuerzo económico de las familias está siendo muy grande para todos ellos. Hay gente que ha tenido que vender sus casas, hay gente que ha tenido que vender propiedades, hay gente que ha tenido que pedir préstamos a los bancos. Hay gente que tiene que pedir préstamos a familiares para poder hacer frente al pago del coste de la defensa. Y también queda el pago del coste de los viajes cuando los juicios, cuando las investigaciones se han producido en otros lugares distintos a Valencia. Esto a mucha gente le ha costado mucho dinero y obviamente a mí también.
Como ha sido -lo ha dicho usted- el único español con diez absoluciones, ¿podemos dar una cifra del coste aproximado? Por tener una idea, porque es casi un dato histórico: lo que cuesta defenderse durante quince años.
Pero es me sabe mal por otras personas que seguramente a lo mejor les ha costado más o menos, no tengo ni idea. En cualquier caso, estamos hablando de muchísimo, muchísimo dinero.
¿Le queda algún ajuste de cuentas pendiente?
No, no, no quiero ajustar cuentas con nadie. No voy a hacer ningún tipo de... nada. Yo ya tengo a todo el mundo más que perdonado. Y ya está. Lo que me apetece es reiniciar de nuevo, con toda la ilusión del mundo, mi vida y ponerme en marcha. No he dejado de trabajar durante estos años. En el despacho de abogados llevo ya tres años trabajando. Estuve en el Consejo Jurídico Consultivo, doy clases de Derecho Constitucional, hice la tesis doctoral, he estado haciendo cursos de verano, he estado dando conferencias, he creado algún máster universitario que se ha puesto en marcha. No he parado, desde luego, durante estos años. Pero la verdad es que es una enorme losa que me quito de encima y reiniciar mi vida, pues se me hace mucha ilusión, la verdad.
¿Considera que el PP tampoco está en deuda con usted?
No, el PP no está en deuda conmigo. Yo tuve durante muchísimos años la oportunidad de trabajar por el Partido Popular en muchos ámbitos de la Administración. He sido concejal, he sido teniente de alcalde, he sido conseller, delegado del Gobierno, secretario de Estado, vicepresidente del Congreso de los Diputados, he sido presidente de la Generalitat. Por lo tanto, el PP me ha dado la oportunidad de desarrollarme como político de forma extraordinaria.
Se ha mostrado más que convencido, incluso ilusionado de volver a la actividad política. ¿A qué aspira el expresidente Camps?
Pues a hacer todo aquello que pueda ser interesante para el Partido Popular, interesante para sociedad valenciana y española, en donde pueda desplegar todo el potencial que tengo de experiencia acumulada, de ganas, de ilusión, de convicción y de fuerza. O sea, todo aquello que pueda servir a mis conciudadanos, a mis compatriotas y a mi partido.
Pero dándole una vuelta más, cuando Francisco Camps ya no aspira, sino que ensueña, ¿a qué ensueña el expresidente Camps? ¿Se ve entrando nuevamente en el Palau de la Generalitat?
No, en estos momentos no tengo ningún tipo de sueño concreto, lo que tengo son muchas ganas de desplegar toda mi capacidad y potencial político. Ya le digo, la experiencia de mi época como cargo público, de presidente fundamentalmente, y de otras tareas que he desarrollado en todos los ámbitos: ámbito nacional, el ámbito autonómico, el ámbito local... toda esa experiencia. Y luego estos quince años de experiencia personal, porque yo no he parado de leer, de analizar, de debatir, de pensar, de escribir, de elaborar conferencias, de ver la actualidad, de debatir sobre la actualidad, no he parado. Realmente mi vida durante estos quince años ha sido una constante actividad en todos los ámbitos, académicos y profesional. Pero también desde el punto de vista político. No he dejado nunca de ser un político en política, no como un cargo público, obviamente, pero sí he estado permanentemente ligado al mundo de la política.
Cuando Joan Ribó era alcalde de Valencia, usted se ofreció como candidato a alcalde. Ahora que la vara de mando la ostenta María José Catalá, su compañera de partido, ¿mantiene ese ofrecimiento o esa aspiración?
En estos momentos no hay nada concreto, nada en absoluto. Lo que sí que dije en su momento es que en el momento en que hubiese una candidata oficial del partido, obviamente, contaría con todo mi apoyo, como he hecho toda la vida. Y fue elegida formalmente candidata y entonces apoyé, en la medida que pude, en el lugar donde podía. Porque no es lo mismo estando en una posición que en otra para apoyar a cualquier candidato. Pero ya está. Yo no tengo en estos momentos, en concreto, nada pergeñado. Lo que sí que tengo claro es la ilusión del trabajo y la tarea al servicio público a través del Partido Popular.
¿Considera que 15 años en política es mucho tiempo? Se lo digo porque usted ya no es de la generación política del presidente Mazón
Bueno, pero soy de la generación política del presidente Feijóo, y soy de la de la quinta del jefe del Estado, él es del año 68. Yo del año 62. Creo que estoy en perfectas condiciones físicas y mentales para desarrollar con toda la fuerza del mundo toda aquella tarea que se me encomiende.
Dijo el día que salió la sentencia que había hablado con Carlos Mazón y con Alberto Núñez Feijóo. En la medida de lo posible, ¿qué le dijo cada uno y ha quedado con alguno de ellos para verse o se ha visto ya?
Todavía no. Están en campaña, pero bueno, quedamos que nos veríamos, que hablaríamos y ellos son conocedores. Primero me dieron la enhorabuena, que eso está muy bien y es de agradecer. Y saben perfectamente cuál es mi ilusión y cuál es mi intención, que es incorporarme al proyecto político en tareas de funcionamiento del PP.
¿Y le apetece más la política valenciana o la nacional?
Eso es lo que tengo que hablar con ambos dos, con los dos presidentes.
También mencionó a Rita Barberá. Ella quizá se sintió más lacerada por su partido que por la Justicia. ¿Usted no se ha sentido nunca igual?
Rita Barberá se sintió muy abandonada por su partido. Esa es la realidad. Esa es la verdad, porque ella lo ha dicho y porque lo hemos vivido todos. Ha sido público y notorio. Yo creo que algunas personas no estuvieron a la altura de las circunstancias, de lo que correspondía hacer con Rita Barberá. Rita Barberá es una persona que ha dado toda su vida, y nunca mejor dicho, a Valencia, España y al Partido Popular de toda la vida. Ha estado siempre a disposición del partido donde el partido le ha dicho. El partido le dijo candidata a la presidencia de la Generalitat y lo fue en los años 80, en momentos muy complicados; el partido le dijo candidata al Ayuntamiento de Valencia y ella se puso a disposición del partido para serlo. El partido le pidió volver a presentarse en el año 2015, porque ella ya no quería presentarse en el año 15, y ella volvió a decir que sí al partido, porque ella quería irse a otras tareas más tranquilas después de tantos años al frente del Ayuntamiento. Esto yo creo que es un dato también es muy importante que se sepa. Ella ya no quería presentarse como alcaldesa en el año 15. Ella creía que ya había cumplido su deber como alcaldesa de Valencia y bueno, el partido le pidió que fuese candidata y ella lo fue. Rita Barberá es un ejemplo claro de esfuerzo permanente, de lealtad al Partido Popular y de buena labor y buena tarea al frente del Ayuntamiento de Valencia.
No es del todo desencaminado decir que esa candidatura del 15, si no le costó la vida, le pudo afectar seriamente a su salud.
Bueno, esas cosas ya son hipótesis de trabajo. Lo que sí que sé es que ella tenía claro que su trabajo político en Valencia ciudad había terminado. Que ha dejado el legado más extraordinario que ningún alcalde ha podido dejar en la historia de Valencia y que le apetecía otro tipo de tareas del ámbito legislativo, el Parlamento, el Senado.
De todas formas, le preguntaba si el sentimiento de Francisco Camps no es el mismo que pudo sentir Rita Barberá con el partido?
Cada uno de nosotros siente las cosas de forma diferente, cada uno es como es.
¿Eso es un sí o es un no?
Cada uno es como es. Cada uno piensa las cosas como lo que cree conveniente.
El PSPV (PSOE) siempre estuvo presto a denunciarle. ¿Le han pedido perdón alguna vez?
No. Ninguno. Pero sí puedo decir y no voy a dar nombres, que socialistas importantes de Valencia y de España, si alguna vez me he encontrado con ellos en el AVE o me he encontrado con ellos por la calle me han dicho: “no dudo de tu honestidad, no dudo de tu honorabilidad, sé que eres una persona honrada”. Eso sí que puedo decirlo. Me ha pasado con mucha gente, pero con dirigentes socialistas de primer nivel, también.
¿Y eso consuela, o todo lo contrario?
Eso es lo que es, es una cuestión objetiva. Me ha preguntado sobre lo que me ha preguntado y le contesto que hay socialista, dirigentes importantes en la historia del PSOE, en la Comunidad Valenciana y en España, que en lugares donde hemos tenido ocasión de encontrarlos de manera circunstancial, me han dicho claramente que saben que yo soy una persona honesta y honorable y que me deseaban que todo pasara lo antes posible.
¿Qué sintió cuando vio a Mónica Oltra pasar por un trance mucho más breve, pero similar al que ha pasado usted muchas veces?
Nada. Mónica Oltra es una nota negra en la historia de la política valenciana. Lo que tenemos que intentar los valencianos es que no haya más "mónicas oltras". Es muy importante que Valencia vuelva a tener políticos de altura y Mónica Oltra nunca ha tenido altura para poder ser nada en la Comunidad Valenciana.
¿Cree que la mera imputación es motivo suficiente para la dimisión?
Obviamente, no. Cada uno tiene que hacer lo que crea conveniente y además hay imputaciones e imputaciones. Pero yo pienso que no porque la imputación forma parte de un proceso garantista. Es la gran paradoja. Es un proceso garantista que te permite acudir al tribunal, cuando alguien ha denunciado algo, con un abogado al lado. Por lo tanto, con la posibilidad de defenderte de cualquier extraña o compleja insinuación que puede haber contra ti. Es la paradoja, es que en España se ha convertido en algo diferente. Entonces la mera imputación, nunca tiene que conllevar la dimisión, nunca.
La línea roja que impuso en su momento el PP, ¿considera que fue una circunstancia necesaria por el momento que se vivía, o fue una precaución exagerada?
Yo las las líneas rojas no las comparto en nada.
Tampoco aquella, entiendo.
Obviamente. Voy a repetir. Las líneas rojas no las comparto en nada, entre otras cosas porque cada cosa en esta vida es cada cosa. La casuística en la vida es enorme, enorme. Cada persona, cada situación, cada circunstancia, cada coyuntura es diferente y una línea roja no puede nunca dividir a los seres humanos de una forma o de la otra. Porque cada ser humano, cada persona, cada circunstancia, es diferente, no creo en absoluto en ningún tipo de línea roja. Es una frase que extraería del argot de la vida política.
¿Y qué responsabilidad implica al político cuando algún familiar se ve en un trance de este tipo? Le estoy hablando del hermano de Ximo Puig. Le estoy hablando de la mujer de Pedro Sánchez.
Depende de la que realmente pueda haber habido. No es lo mismo que el familiar de alguien haga algo por su cuenta y eso, obviamente, no tiene que afectar nunca al cargo público; y otra cosa es que un familiar haga algo, y el cargo público sea consciente de que su familiar está haciendo algo que no corresponde.
¿Y esa nueva figura de los días de reflexión que se ha tomado el presidente del Gobierno?
Me parece una tomadura de pelo más de Sánchez a los españoles. Me parece la abdicación de ser presidente durante cinco días, me parece un escándalo, un escándalo sin parangón en la historia democrática. Pero es que está al nivel de la amnistía, está al nivel de los indultos, está al nivel de darle a Bildu, Pamplona; está al nivel de pactar con los independentistas y con los de Podemos. Está al nivel de todo eso, de lo que es el mayor desastre de cualquier gobierno democrático en la era democrática en todo el mundo occidental. Lo peor que le está pasando a cualquier país democrático nos ha tocado a nosotros.
Lo ha mencionado ya pero ¿qué opinión le merece la ley de amnistía?
Me parece un ataque directo al Estado de Derecho, directo a la igualdad entre españoles; directo a España como país, porque es una ley de amnistía que viene a amnistiar a aquellos que decidieron acabar con España y con su democracia y con sus Constitución; directo al Poder Judicial porque le está diciendo a los jueces que voy a hacer la ley de amnistía por si acaso ustedes no han entendido lo que el gobierno quiere, porque eso es lo que realmente conlleva la ley de amnistía. Me parece un escándalo en una magnitud extraordinaria. Una ley de amnistía para que Sánchez sea presidente de Gobierno, no para el futuro de España, no para la tranquilidad de aquello que pueda estar surgiendo o desarrollándose en la parte del territorio nacional, no. Es una ley de amnistía para que Sánchez sea presidente del Gobierno. Es un escándalo.
¿Considera que el PP debe revertirla, o mejor dicho, considera que hay forma de revertirla?
Ya sabe usted que en las leyes penales no cabe su revisión hacia atrás. Sabe que la revisión siempre es favorable al reo. Pero lo que sí que hará el PP es todo aquello que esté en sus manos para que aquellos que prevarican, los que malversan y los que rompen España sean considerados, al menos, presuntos responsables de acciones que están perseguidas por la ley.
Aunque no compartan planteamientos, ¿le tranquilizó el resultado de las elecciones catalanas desde el punto de vista de que un partido de ámbito nacional ganara los comicios?
Estoy contento porque mi partido, el Partido Popular, ha más que duplicado el número de escaños. Y esos resultados en Cataluña significan la mayoría absoluta en España. El Partido Socialista ya no es un partido de Estado, ni es un partido para España. Hoy por hoy el Partido Socialista es un partido que está contra la democracia y la Constitución española. Yo, lo que espero es que los socialistas recapaciten y que el socialismo vuelva a ser un partido democrático, constitucional y español.
¿Qué va a pasar en las elecciones europeas?
Hasta el año 2009, por poner un ejemplo, el Partido Popular no estaba gobernando. En 2009 ganamos las elecciones europeas y las siguientes Generales las ganamos con mayoría. Y estoy convencido de que vamos a ganar las europeas y va a ser la antesala de la mayoría absoluta de Feijóo.
Díaz Ayuso le ha defendido públicamente. ¿Le ha llamado?
Bueno, tengo, -no debo decirlo- pero tengo mensajes de muchísimas personas, de muchísimas es de muchísimas personas.
Entonces no me va a decir si le he llamado Díaz Ayuso.
No, pero le puedo asegurar que hay presidentes de comunidades autónomas, hay altos cargos del partido, hay miembros de gobiernos autonómicos, alcaldes, expresidentes de comunidades autónomas del PP. Puedo asegurar que el Partido Popular a través de muchísima gente, muy importante en cargos directivos actuales o institucionales y muy importante el número de compañeros de todas partes, de toda España no han dejado de felicitarme y darme la enhorabuena.
Y volviendo a casa, cómo ve la batería legislativa que ha presentado el presidente Mazón, la rebaja de impuestos...
Extraordinario. No sabe la tranquilidad que en estos momentos hay porque está gobernando el Partido Popular. Yo lo noto. Es que la gente, además, se me acerca. Había mucha preocupación cuando gobernaba Ximo Puig con Podemos y con Compromís y la verdad es que la gente respira un ambiente completamente diferente. Ha cambiado mucho, ahora hay luz. Antes había oscuridad absoluta y miedo por parte de la gente. Mucho miedo.
¿Cree que esta situación se va a perpetuar varias legislaturas?
Por supuesto. Esta ola ya no va a tener ningún tipo de freno y de hecho, ganamos las Elecciones Generales. Lo que pasa es que la división con Vox hace mucho daño. Esto también es importante. El Partido Popular tiene que obtener los once millones de votos de todos los que votamos en el 2011 al PP. Hay que volver de nuevo a una sola sigla para los once millones de españoles que votamos al PP en el año 11, y de esa manera gobernaremos España por mayoría absoluta.
¿El presidente Camps hubiera podido gobernar con Vox?
El presidente Camps gobernó con mayorías absolutas.
Pero si vuelve a la arena política, a lo mejor en algún momento se ve en esa tesitura.
Yo siempre aspiro, y lo he conseguido, a las mayorías absolutas.
Y ganas de relacionarse con Vox, ¿pocas?
Tengo ganas de que todos los votos vayan al PP. Lo que quiero es que haya mucho Partido Popular. Cuanto más Partido Popular más opciones para poder gobernar por mayoría absoluta la Comunitat Valenciana y España.
(Cuando se realiza esta entrevista, el expresidente Camps va camino de Madrid en automóvil).
¿Va usted a entrevistarse con algún líder del PP? ¿Va usted a visitar la calle Génova?
No, no. Voy a hacer este tipo de entrevistas y de contactos con los medios de comunicación que durante todo este tiempo han tenido a bien hablar de mi opinión en cada una de las circunstancias por las que yo he pasado. Y en este punto me gustaría dar las gracias al periódico LA RAZÓN. Me gustaría dar las gracias a su director y a todo el equipo de periodistas que durante todo este tiempo han estado siempre en la línea de la verdad, que es lo que yo pedía, no pedía otra cosa. Yo no pedía a la gente que creyesen en mí, sin más. Yo pedía a la gente que leyese cada cosa que se decía que yo podía haber hecho, y lo contrastase. Y en el periódico LA RAZÓN siempre lo contrastaron. Han valorado mi opinión en su justa medida y siempre he tenido la oportunidad de explicarme bien a través de este medio de comunicación.
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