Dana

"El primer culpable es Mazón, pero hay más"

Juan José Monrabal fue uno de los primeros familiares de las víctimas de la dana a los que recibió el president, Carlos Mazón, al que le pidió que declarase como testigo ante la jueza

El hombre que desafió el corazón de Mazón
El hombre que desafió el corazón de MazónDavid Soler Crespo

Juan José Monrabal no duerme bien desde el pasado 29 de octubre. Ese día estaba en casa cuando le dijeron que el barranco del Poyo se había salido en Catarroja, su pueblo pasadas las seis de la tarde. Llamó a su madre, Isabel Ibáñez, que a sus 84 años llevaba viviendo sola más de cinco desde que había fallecido su marido, pero la señora alucinaba con lo que le decía su hijo: “¿Cómo va a desbordarse si está el suelo seco?”, asegura en una entrevista con La Razón que le contestó ella. Hasta tres veces la llamó y en una cuarta telefoneó a una vecina para intentar asegurar que su madre se fuese a casa de su vecina o se pusiese al menos en alto. Después, Juanjo salvó su vida y perdió la conexión.

A las dos de la mañana pudo llegar a casa de su madre. Encontró su cuerpo flotando boca abajo en su cuarto. Sus manos todavía estaban en la pared de la ventana abierta en batiente que solía dejar abierta para que corriera el aire. “A mi lo que me tenían que hundir ya me lo han hundido. Lo más grande que tenía me lo han matado y ya no la podré recuperar, por eso pido justicia y que quien tenga que pagarlo que lo pague”, dice.

El pasado jueves, casi cinco meses después, Juanjo fue uno de los primeros en “abrir las puertas del Palau de la Generalitat” y conseguir que el presidente, Carlos Mazón, recibiera a familiares de las víctimas de la dana. Era la decimoquinta vez que iba a protestar, pero en ninguna le había abierto. “Cuando llegaba a mi casa me ponía a llorar de la rabia porque no me habían atendido cuando dijo que las puertas del Palau las tenía abiertas a los familiares”, dice.

De sus palabras con Mazón salieron un arrepentimiento del presidente valenciano: un perdón, el reconocimiento de que la alarma llegó tarde y el compromiso de reunirse “en pequeños grupos” con todas las víctimas, para lo que le dio un correo electrónico y un teléfono de contacto. El vecino de Catarroja asegura que Mazón estaba visiblemente emocionado y entiende que sea así porque “si tienes un poco de corazón, aunque seas un asesino cuando te dicen las verdades, te tocan”, dice.

Juanjo dio la mano al presidente valenciano “por educación, que es lo que me enseñaron mis padres”, aunque eso le ha llevado a críticas de algunos que le acusan de blanquear su imagen. “Si me pillan más joven igual le pillo del cuello, pero no a él, a todos”, incide.

Porque el hijo de Isabel es claro en sus reivindicaciones: el vecino de Catarroja aclara que él no pertenece a ningún partido político y solo está inscrito en la Asociación SOS Desaparecidos, que se ha personado como acusación particular en el procedimiento que investiga la gestión de la dana precisamente en el pueblo de Monrabal, Catarroja. Para él, Mazón es solo “parte” de la culpa y tiene que “asumirla”, pero no se acaba ahí: “Mi pancarta lo pone bien claro: el Gobierno central, la Generalitat y el ayuntamiento no hicieron nada por salvar la vida de mi madre”, reclama. “El primer culpable que hay es Mazón porque es el presidente, pero detrás de esa persona hay muchas y no de ese mismo partido. Quien hizo la paralización de las obras en el barranco del Poyo fueron Ximo Puig y Joan Baldoví, su parte de culpa también tienen”, añade.

Tampoco tiene palabras buenas para el Gobierno central, al que acusa de inacción ante la falta de medios y respuesta del Gobierno valenciano. “A mí no me vale que Sánchez dijera que no manda él. Si tu eres presidente del Gobierno y por tanto de todas las comunidades autónomas, si uno lo hace mal entras con todo y luego ya se aclararán las cosas”, asegura. “En la Comunitat Valenciana hay mucha gente que ha votado al PSOE y han dejado que se ahoguen abandonados”, sentencia.

El vecino critica que tras aprobar la ley de la Huerta de Valencia no se pensara en desviar el barranco del Poyo por su lado limítrofe para seguir el proyecto: “Estaba planificado desde 2004 y un proyecto no caduca, caduca un bocadillo, pero un papel con un tipp-ex se borra la fecha y firma y pones otra fecha y firma”, reclama. Eso fue lo primero que le exigió a Mazón, que acometieran las administraciones públicas las obras del barranco del Poyo cuanto antes desde su nacimiento en Utiel hasta Catarroja.

“Yo no quiero una dimisión, yo pido cárcel para quien le toque”, asegura. “Esta gente no es por llamarles asesinos… pero han hecho una negligencia y la tienen que pagar”, dice.

Juanjo le recomendó a Mazón ir a declarar como le invitó la jueza de Catarroja, pero el presidente lo rechazó: “Me dijo que habían muchas cosas políticas y no se puede hacer así”, asegura.

Aunque no le diera todas las respuestas que necesitaba, Juanjo agradece a Mazón “que diera la cara, que contestara. Aunque haya llegado tarde y mal, por lo menos llega”, dice. El hijo de Isabel asegura que “no va a parar” hasta encontrar la justicia, pero asegura que “acepta” lo que sentencie la jueza de su pueblo, a la que asegura que hay que darle tiempo y sobre todo, “toda la verdad” para poder tomar una decisión consecuente.