Agricultura

La huerta de esta ciudad española permitiría alimentar a más de 1,5 millones de habitantes

Más del 20 % de los alimentos consumidos se pierden o desperdician, lo que supone unas 140.000 toneladas anuales

La huerta de Valencia está amenazada por la expansión de la ciudad
Imagen de la huerta de Valencia con la ciudad de fondolarazon

Valencia y los municipios de l’Horta Nord, Sud y Oest tienen capacidad para autoabastecerse de varios grupos de alimentos que actualmente importan de otras regiones, según el Informe sobre Metabolismo Urbano Agroalimentario elaborado por el Instituto INGENIO (CSIC-UPV) y València Innovation Capital.

El estudio, presentado este miércoles, concluye también que más del 20 % de los alimentos consumidos se pierden o desperdician, lo que supone unas 140.000 toneladas anuales.

Según el informe hecho público por la UPV, existe excedente productivo en cinco categorías: hortofrutícolas; patatas, cebollas y cítricos; aceites y carnes; cereales, bollería y procesados; leche y derivados. También existe cierta capacidad de abastecimiento en huevos, marisco, miel y pescado.

No obstante, la distribución de estos productos locales es “muy minoritaria” y la dieta depende “en gran parte de las importaciones interprovinciales y procedentes de Europa y Norte de África”, ha indicado Guillermo Palau, investigador principal del estudio.

El informe analiza datos de 2022 en 45 municipios del área metropolitana, que suman una población de más de 1,5 millones de habitantes.

La investigación también calcula que el sistema alimentario de esta zona consume más de 2 millones de barriles de petróleo al año, teniendo en cuenta tanto el abastecimiento como el comercio de alimentos.

¿Cómo se alimentan los valencianos?

Respecto al consumo individual, cada habitante de València invirtió de media 1.597 euros en alimentación durante 2022, con un consumo per cápita de 590 kilos o litros de alimentos.

Los productos más consumidos por peso fueron hortalizas, frutas y frutos secos, que representan el 36 % del total.

En cambio, el informe advierte de una “dependencia alimentaria extrema” en carnes, pescados y lácteos, ya que cada persona consume de media 120 kilos de productos lácteos al año, que concentran además “el mayor coste energético productivo, mayores desperdicios domésticos y altos costes logísticos”.

Desperdicios domésticos y extradomésticos

El informe también apunta que más del 20 % de los alimentos consumidos se pierden o desperdician, lo que supone unas 140.000 toneladas anuales.

Los productos con más volumen de desperdicio son los lácteos, los procesados de cereales y las hortalizas frescas.

En el caso de productos congelados, especialmente carnes, el desperdicio es mayor en la ciudad de València y l’Horta.

“El informe plantea un desafío importante en la gestión de residuo orgánico”, ha señalado Palau, quien ha destacado la necesidad de actuar “desde la sensibilización hasta la reducción del desperdicio y el abordaje de las causas que lo propician”.

Según Paula Llobet, concejala de Innovación del Ayuntamiento de Valencia, este informe “es una herramienta fundamental para entender cómo funciona nuestro sistema alimentario y dónde están sus principales retos”.

Llobet ha añadido que “fomentar el producto local, reducir el desperdicio, mejorar la logística alimentaria o reforzar los mercados públicos son líneas claras de mejora”.

Hábitos de compra

En cuanto a los hábitos de compra, el 94 % de la población realiza sus compras en supermercados e hipermercados, y solo un 1 % vive del autoconsumo.

El 59 % de las compras se hacen a pie, el 35 % en vehículo privado y el 4 % con transporte público.

El informe propone aumentar la distribución local, reforzar los mercados públicos, priorizar el transporte ferroviario sobre el rodado y reducir el consumo de productos animales como medidas para avanzar hacia un sistema alimentario más sostenible.