DANA

El silencio ensordecedor sustituye al rugido de las motos en el circuito de Cheste, afectado por la DANA

La cancelación del Gran Premio de la Comunitat Valenciana por la tragedia tiene un impacto millonario en el pueblo que acoge el circuito

Una de las entradas oficiales al circuito está desierta el día que empezarían a llegar más de 200.000 personas
Una de las entradas oficiales al circuito está desierta el día que empezarían a llegar más de 200.000 personasLa Razón

En Cheste, el silencio es ensordecedor. Cerca de doscientas personas se reúnen en la plaza doctor Cajal frente al ayuntamiento de Cheste. En un año habitual, el tercer fin de de noviembre el pueblo estaría lleno de motoristas de todo el mundo, pero este año son vecinos del pueblo los que lloran mientras se respeta un minuto de silencio por las víctimas de la DANA.

“Ponte a llorar con nosotras”, dice unos metros más abajo Saray Soriano. Ella trabaja como camarera en el restaurante Alfonso. En la barra del local hay dos personas con un quinto de cerveza, pero el resto está vacío. “Anoche ya hubiésemos montado la barra gigante, la música”, añade intentando pensar como si la DANA no hubiese destrozado el fin de semana más grande y festivo del año.

Este domingo se debían haber celebrado las carreras del Gran Premio de la Comunitat Valenciana de motociclismo con el aliciente del título de MotoGP por resolver. El 1 de noviembre, tres días después de las lluvias y a dos semanas para que empezaran a correr las motos, la organización decidió suspender el evento y trasladarlo a Montjuic en Barcelona.

En la cara norte del Circuito Ricardo Tormo está el barranco del Poyo y al sur el barranco de Sechara. El día de las lluvias ambos se desbordaron y dejaron inaccesible el circuito, cuyo asfalto se anegó por las lluvias. Este fin de semana después se puede acceder al circuito, pero la vía principal por el monumento al motociclismo sigue cortada al hundirse el asfalto y las cañas todavía se agolpan en los arcenes y parkings, donde en lugar de motos y camiones de equipos hay coches aplastados.

Más allá de las más de 200.000 personas que se reúnen en el circuito en un fin de semana de carreras, el evento supone una fiesta y un motor económico para un pueblo de menos de 9.000 habitantes. “Sabes la rabia que me da a mí que este año no voy a oír las motos ahí brum brum”, dice Ana Alfaro, que regenta junto con su marido Juan el bar Alfonso en la avenida Castilla. Cada año, los bares montan barras en las puertas de sus negocios y sirven. “Es divertido, la verdad se echa de menos. Yo trabajo mucho, pero me lo paso muy bien. Este año íbamos a tirar palomitas”, dice Alfaro mientras gesticula levantando las manos como si las estuviera lanzando al aire.

En esa calle se concentran la mayoría de los moteros que hacen rugir sus bujías, impregnando el aire de humo. Hoy en la puerta del restaurante Alfonso la única moto que hay es una vespino antigua con las ruedas llenas de barro.

El Gran Premio de la Comunitat Valenciana genera un impacto de entre 30 y 45 millones de euros y su impacto va más allá de Cheste en los pueblos de alrededor y hasta en la ciudad de Valencia. El Hotel La Carreta está a menos de dos kilómetros del circuito al lado de la autovía A3. “Nosotros vivimos del circuito”, asegura su director Arturo Tornero. El día de la DANA, el vestíbulo del hotel sirvió de refugio para cientos de personas que huyeron de la carretera. Cuando se anunció el cambio de localización del Gran Premio tres días después, comenzaron a llegar los correos de cancelación. Pasaron de tener todo vendido a no tener ni una reserva. “Los clientes suelen ser los mismos año a año y nos pedían en ese mismo correo ya reservar para el año siguiente”, dice Tornero, que asegura que el impacto del evento se siente durante dos semanas conforme llegan la gente que trabaja en la preparación, los equipos y aficionados. Ahora el hotel ha podido retomar la actividad dando servicio a empleados que trabajan en tareas de limpieza y reconstrucción de la DANA, pero el director asegura que el impacto se nota mucho porque la tarifa es ostensiblemente menor. “Calculamos 150.000 euros de pérdidas”, dice.

En el restaurante Alfonso este fin de semana suelen multiplicar por seis su plantilla, pasando de cinco a treinta personas que trabajan en turnos. Alfaro se pregunta por qué en ningún momento se pensó en retrasar el evento en lugar de cambiar su ubicación, aunque entiende que no es momento de celebrar nada. “Si se hubiera hecho aquí hubiera sido jodido, hubiera estado mal porque ha muerto mucha gente”, admite Alfaro. “Al final de cuentas lo otro es monetario, es fiesta. La vida es peor”.

El consistorio asegura que hay cinco personas censadas en Cheste entre las víctimas mortales de la DANA y un desaparecido todavía por encontrar. “Ostras, las motos. Ni me acordaba, claro”, dice Jose Morell, alcalde de Cheste. “Sería una frivolidad haberlas celebrado este fin de semana”, añade.

La empresa española promotora del campeonato, Dorna, ha querido que el evento en Barcelona sea solidario en beneficio de las víctimas de la DANA. Entre otras iniciativas, se ha abierto una cuenta para donaciones donde los equipos ya han añadido 100.000 euros y se ha previsto realizar dos subastas benéficas. El director de Dorna, Carmelo Ezpeleta, visitó el circuito esta misma semana y prometió que llegarían las donaciones al pueblo, como confirma Morell, que además recibió la invitación para ir al Gran Premio en Barcelona.

Este año el circuito de Cheste cumplía su 25 aniversario y se planeaba un fin de semana por todo lo alto que ha quedado embarrado. Aún así, los locales agradecen estar bien y saben que podría haber sido peor: “Si la lluvia de ese día pasa el fin de semana de las motos nos hubiésemos cargado medio mundo”, suspira Alfaro.