Polémica

El valenciano, epicentro del debate político tres meses después del 28-M

La AVL se reivindica, el PSPV exige a Educación que rectifique y una plataforma catalana amenaza con denunciar al Consell

La AVL exige a consejero valenciano que no ponga en duda la normativa lingüística ni "reavive un conflicto estéril"
La AVL defiende que el Estatut d’ Autonomia la reconoce como la institución normativa del valencianoEuropa Press

El debate lingüístico en la Comunitat Valenciana se abre de manera cíclica. No obstante, en este final del verano se está comportando de manera más similar a la ola calor que achicharra de manera continuada el territorio valenciano.

Todo empezó cuando la ex presidenta de Baleares, la socialista Francina Armengol, se convirtió en presidenta del Congreso de los Diputados. Con su llegada, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, realizaba una concesión a sus potenciales socios. Se comprometió a que las lenguas cooficiales se utilizarían en la Cámara Baja y se refirió al catalán, el euskera y el gallego.

Obvió, por tanto, el valenciano, y el PPCV, aunque cree que no es necesario utilizarlo en este ámbito, defendió la denominación de «valenciano» como lengua que se habla en la Comunitat Valenciana, acogiéndose al Estatut d’ Autonomia y a la Constitución Española.

Se sumó al debate el PSPV. Su secretario general y senador y ex presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció que había pactado con Armengol la denominación catalán/valenciano.

Precisamente por esta cuestión fue preguntado el jueves el conseller de Educación, José Antonio Rovira, quien no dudó en decir que en la Comunitat Valenciana «se habla valenciano, y punto». De paso, se le cuestionó sobre qué le parecía un mensaje escrito desde la cuenta oficial de Twitter de la Conselleria de Agricultura en el que no se utilizaba el valenciano normativo y que fue borrado a las pocas horas.

Rovira, que insistió en que él no es lingüista, salió a defender la libertad de cada uno de hablar como crea conveniente apuntando a que la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) «no tiene la verdad absoluta, como no la tiene nadie».

Ayer la AVL, «como institución normativa del valenciano» se pronunció sobre estas declaraciones afirmando que cualquier fragmentación de esta norma lingüística está «fuera del sentido común». Sostiene que, tal y como establece el Estatut d’Autonomia de la Comunitat en su artículo 6.8, la AVL «es la institución normativa del idioma valenciano» y, por tanto, su norma es «de aplicación obligatoria en todas las administraciones públicas».

Advierte además que apuntar a que pueda haber más de una normativa lingüística «pone en peligro a todo el sector cultural y educativo y, en general, a todos los ámbitos de uso de la lengua».

Recuerda que el Estatut d’ Autonomia le otorga la capacidad para dictar las normas de los pronunciamientos públicos de las instituciones. «El valenciano necesita que se use en todos los ámbitos de manera homogénea y que se dignifique».

El PSPV salía ayer también en defensa de este organismo. Un día después de que Compromís anunciase que presentará ante el Síndic de Greuges los mensajes en las redes sociales de la Conselleria de Agricultura, los socialistas avanzaban una declaración institucional en Les Corts para defender la AVL y el uso del valenciano en el Congreso. Además, exigían al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que inste a rectificar al conseller de Educación por llamar a la «insumisión lingüística».

La respuesta catalana

La Plataforma per la Llengua, organización que se define como la «ONG del catalán» y que ha recibido subvenciones durante las legislaturas del Botànic, anunció que estudia acciones legales para garantizar los derechos lingüísticos de la ciudadanía.

Por su parte, la directora del Institut d’Estudis Catalans (IEC), Teresa Cabré, en una entrevista de este viernes en Vilaweb recogida por Europa Press, admitió estar «extraordinariamente» preocupada por que los nuevos gobiernos valenciano y de les Illes Balears vayan en la línea de la fragmentación, textualmente, cambiando el nombre de secretarías y de oficinas de política lingüística.

Aprueba la oportunidad de utilizar las lenguas cooficiales en el Congreso, aunque opina que la denominación «catalán/valenciano» puede llevar a «reavivar la fragmentación lingüística entre catalán y valenciano» porque «se puede utilizar de manera tendenciosa». Por tanto, defiende que la fórmula más adecuada es: «Lengua catalana, llamada valenciano en el territorio de la Comunitat Valenciana».