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Cinco horas con Cuqui Jerez

Los Teatros del Canal acogen el estreno absoluto de «Las ultracosas», una «performance» en la que el espectador entra y sale cuando quiere
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¿Qué se va a encontrar el espectador cuando vaya al teatro a ver «Las ultracosas»? Una «performance» de cinco horas de duración, un proyecto concebido por Cuqui Jerez y creado en colaboración con siete artistas, o «performers», de diferentes disciplinas, que transitan por distintos lugares, lo coreográfico, lo teatral, lo pictórico, lo escenográfico, lo plástico o lo teórico. Estos son: Óscar Bueno (músico), Cécile Brousse (bailarina y coreógrafa), Javi Cruz (artista visual), Anto Rodríguez (cantante), Gilles Gentner (diseñador de luz), Jorge Salcedo (escenógrafo) y Louana Gentner (artista visual).
«Podemos decir que esta pieza es una “performance”, pero también una instalación viva, una serie de composiciones realizadas con cuerpos y objetos. Como “tableaux vivants” (cuadros vivos), la trabajamos de forma muy dinámica, bailamos, nos movemos y hacemos muchas cosas, aunque en cada cuadro hay diferentes tipos de viveza, o de vivencia. Para ello –explica Jerez–, nos fijamos en composiciones pictóricas que cuentan historias, que generan narrativas que son verdaderas coreografías. A través de gestos y movimientos creamos paisajes que van cambiando, cada uno con unos objetos, una textura y un color, nuevos cuadros que se renuevan continuamente a lo largo de todo el tiempo. Pero estas narrativas que se generan no están fijadas de antemano, se van creando sobre la marcha y los “performers” las van descubriendo a medida que avanzan».
Como explica Jerez, «esto significa que no hay una historia concreta, sino muchas que se construyen a tiempo real y ni ellos mismos saben muy bien qué son, es lo que llamamos “incertidumbre activa”, es decir, están creando una performance, trabajando en construir algo que nunca llegan a saber muy bien qué es». Y aclara, «los “performers” son como los pintores del cuadro, ellos mismos son los personajes que están dentro y al mismo tiempo los pintores que van decidiendo cómo se compone. El objetivo es explorar el límite del lenguaje desde una experiencia estética de contemplación».

Una obra nueva cada día

¿Eso significa que la pieza varía de un día para otro? «Completamente –afirma su creadora–, hay una capa estructural, marcas que seguimos, pero todo lo que va pasando cambia cada vez, es distinto cada día porque es una construcción concreta de cada momento y situación. Decidimos no fijar nada, no queríamos una pieza escrita en el sentido convencional del teatro». Si hay un hilo conductor «sería la música que va guiando una dramaturgia en la que no hay lugar para los convencionalismos. No es una dramaturgia al uso –prosigue–, es investigación, aquí se ponen en juego la atención, la expectación, el suspense y la emoción, porque es una pieza muy emocional». No se trata de tirar del espectador, sino de que haya un momento en el que éste no tenga más expectativas y se abandone a una atención y a una mirada contemplativa, de implicarlo emocional y visualmente y creo que, cuando eso se produce, hay una temporalidad en su experiencia que dura cinco horas, pero podría durar diez.
Dónde: Teatros del Canal, Sala Roja (calle de Cea Bermúdez, 1. Madrid).
Cuándo: hasta el domingo.
Cuánto: desde 10 euros.