Irene Escolar: «Nuestra impotencia va a ser no poder estrenar»
Se apunta al Teatro Confinado con «Leyendo a Lorca» para «hacer un poquito más llevadero el encierro», dice
Creada:
Última actualización:
Irene Escolar se libró del encierro cuando hizo de Juana la Loca, por cuestiones de edad, el marrón de Tordesillas fue para Laila Marull, pero del confinamiento coronavírico no hay nadie que la salve. Aun así, no lo está llevando mal, dice. Aprovecha para «mejorar con la guitarra» y para «compartir ideas, porque ensayar es imposible», sobre «Las ficciones», la pieza de Pablo Remón que iba (o va, no se sabe) a estrenar este julio junto a su «hermana» Lennie y la Machi. Y, entre medias, ha dejado empantanado un rodaje con los argentinos Mariano Cohn y Gastón Dupra, que «ahora está en el limbo». Sí pudo terminar «Dime quién soy», «ocho meses de trabajo que hubieran sido imposibles este año». Pero para lo que no hay barreras es para el Teatro Confinado de La Abadía. La webcam es de lo poco que le queda a la escena y, por ello, Escolar aprovecha para retomar su recital «Leyendo a Lorca»: «Ya que no salvo vidas, quizá, pueda hacer que sean un poquito mejores».
–¿Este va a ser el futuro?
–No, me niego. Es profundamente extraño. Solo es una manera de parchear esta situación.
–Se rompe la esencia, ¿no?
–Absolutamente. El intercambio entre el público y los actores es lo que hace que todo esté vivo. Se mantiene esa gracia del directo, pero lo que me parece más hermoso es la manera de acercarnos a la intimidad. Se intenta, pero no es una experiencia completa.
–¿Puede resultar frío?
–Quizá algo. Es marciano y debemos acomodarnos. Sé que no lo voy a disfrutar como si estuviera en el escenario. Es imposible generar esa magia. Sirve para que la gente tenga algo diferente a lo que acercarse. Descubrir un poema, un texto, unas palabras que te lleven a otra cosa, una manera de estimular la imaginación, de entretener, de olvidar...
–Para eso está la cultura.
–Decía Mujica que la cultura es «la cotidianidad de los valores con los que nos movemos en la vida». Me parece precioso en relación con la gente que sale al balcón a expresarse. La música nos salva, la comunidad, ver al otro... y en todo eso está en el teatro. Esto va a hacer que sobreviva.
–¿Se van a perder muchas compañías y muchos actores?
–Para que no resulte frívolo, que es muy habitual, diré que lo más importante siempre es la vida y esa gente que está dando la cara. Pero centrados en el teatro y en la cultura, sí, este sector va a sufrir el golpe. No sabemos cuándo volverá a retomarse la industria. Va a pasar mucho tiempo sin trabajo ni ingresos. Vienen tiempos difíciles. Sabiendo que todo el mundo a mi alrededor está bien, el confinamiento no me parece duro. Eso lo será la vuelta. Ahora, el drama está en los hospitales. No sé cómo será la normalidad del futuro. La impotencia para nosotros va a ser no poder estrenar, a no ser que se piense una medida, que no sé cuál. Hay que saber que la cultura es una industria importante.
–Ha hecho hincapié en que la vida es lo primero. ¿Le ha dolido que se haya intentado culpar a la cultura de egoísta?
–No quiero entrar en eso porque hay gente para todo y yo me quedo los que responden con todo su amor. Siempre estarán los que critiquen, y quiero pensar que los que llenan los teatros aman la cultura. Lo que sí me genera tristeza es ver las medidas culturales que se toman en otros países.
–Se ha quejado en las redes...
–No pretendía que fuera eso, sino mostrar una opción de lo que se está haciendo fuera de aquí. Pero tengo todo el optimismo de que se resuelva. Y también de que haya consenso entre los políticos. Debemos generar esperanza.
–¿Cuánto tiempo va a estar este Lorca en cartel?
–Todo el confinamiento, además, el dinero recaudado va a la investigación contra el coronavirus.
–¿Por qué este es uno de sus proyectos más personales?
–Porque Lorca consigue sentimientos universales: amor, soledad, miedo a la muerte... Escribe lo que sientes y le pone palabras de una manera bellísima.