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Audrey Hepburn, marcada para siempre por la pérdida de su padre y su bebé

En una entrevista con Sky News, el hijo mayor de la actriz relató los momentos más duros de la vida su madre, siendo el peor una interrupción accidental del embarazo

Audrey Hepburn
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Si el adelanto que se había hecho público hace un par de semanas dejaba poco lugar a dudas, la emisión del documental “Audrey, más que un icono”, seguida del reportaje audiovisual de investigación de Sky News despejó las incógnitas más terribles que rodeaban a la icónica actriz protagonista de “Desayuno con diamantes”.

El punto fuerte del nuevo filme pasa por la entrevista exclusiva con el hijo mayor de la intérprete, Sean Hepburn Ferrer. “Ella no era fácil de convencer. Tienes que luchar en Hollywood por cada cosa, y ella lo hizo. Pero ella hizo el papel de ingenua”, asegura Ferrer, quien desentraña los mayores miedos de la infancia de su madre que forjaron su personalidad. El primer “golpe” en su vida fue por su propio padre. Hepburn nació en Bélgica en 1929, hija de la baronesa Ella van Heemstra y de Joseph Ruston, un inglés que dejó a su familia, abandono que “fue el primer gran golpe de la vida de mi madre, la dejó insegura de por vida”.

Una personalidad ciertamente “abusiva” de su progenitor forjó un carácter duro y hermético en la desdichada artista, que ya en su juventud sufrió de varios problemas de salud mental que desembocarían en su terrible trastorno alimenticio y que la tuvo al borde de la muerte. En el documental de la cadena británica, Ferrer explica que el mayor sufrimiento de la actriz vino por la pérdida, en la década de los 50, de un bebé cuando ya contaba 6 meses de embarazo. La interrupción involuntaria produjo un fuerte sentimiento depresivo en la actriz y, según su hijo, “le costó años recuperarse”.

Según el hijo que tuvo con el también actor Mel Ferrer y que ahora se dedica a la producción fílmica, Hepburn era esclava de “una cultura en la que hay que seguir adelante sea como sea”, lo que no le permitió abordar sus problemas casi hasta una vejez que vivió apartada de los focos. Eso sí, su retrato de Hepburn como madre dista mucho de la experiencia de la propia actriz: “Siempre decía que por sus hijos iría hasta la luna”.