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Cine

Monólogo

“Odio”: la vuelta a la vida tras el cáncer de Dani Rovira

El actor y humorista vuelve, tras superar un linfoma de Hodgkin que lo alejó nueve meses de los escenarios, con un especial de comedia para Netflix en clave de odio

El 25 de marzo de 2020, con todo el país sumido en el confinamiento absoluto, el actor y humorista Dani Rovira (Málaga, 1980) helaba las risas con un mensaje crudo y directo en sus redes sociales: «Tengo cáncer. Ya tiene nombre y apellidos: linfoma de Hodgkin». Nueve meses más tarde, en noviembre del año pasado y como si la alegoría quisiese forzarnos a hablar de su renacer, el cómico se volvía a subir a los escenarios, con su cáncer en remisión y en su tierra, no solo para volver a encontrarse con el público, sino también para volver a su raíz más obvia, la del monólogo.

«Fue un encuentro muy bonito después de todo lo que hemos pasado, cada uno con su mochilita, como me gusta decir», comienza su relato Rovira, que hoy estrena «Odio», el nuevo especial de comedia que ha rodado para Netflix y que se podrá disfrutar en más de 160 países. Y sigue: «Todo el mundo se sentó, aparcó el sufrimiento y existió una reconciliación con la comedia y con la alegría. Había mucha emoción y eso atraviesa la pantalla, jamás había entrado así a un escenario. Nunca me he llevado un aplauso así, y lo entendí como un aplauso a mi vuelta pero también como un aplauso a la vida», confiesa.

Volver a los orígenes

Para su regreso, Rovira eligió el Teatro Soho de Málaga, propiedad de un Antonio Banderas que le animó desde el primer minuto: «Justo antes de grabarlo, se modificaron las medidas sanitarias obligatorias y no sabíamos qué decisión tomar. Tanto Antonio como su gente fueron clarísimos: si tú sigues adelante, nosotros también», explica el actor, que ha presentado tres veces la gala de los Goya pero no se ve capacitado para dar consejos a Banderas: «¡Qué cojones voy a decirle yo nada! Eso es como si ahora pasa Vicente Amigo con la guitarra y le explico cómo hacer un acorde», espeta irónico.

Sobre lo que sí opina Rovira, con más de dos décadas de experiencia en la materia, es sobre la tradición del «stand-up» y la comedia de monólogos en España: «Ocurre algo parecido respecto a la percepción de la democracia. Como la tradición de Estados Unidos es tan antigua parece que nació allí, y es solo porque aquí se estaban haciendo otras cosas en ese momento. Tenemos una cartera de cómicos impresionantes», dice, antes de añadir: «Poco a poco estamos recortando distancias y en España no debemos tener ningún complejo».

En "Odio", con un giro final que le da sentido a todo, Rovira confiesa su animadversión por Antonio Banderas, Rafa Nadal o Leo Messi
En "Odio", con un giro final que le da sentido a todo, Rovira confiesa su animadversión por Antonio Banderas, Rafa Nadal o Leo MessiALFREDO ARIAS

Esos «complejos» bien podrían articular el nuevo espectáculo del monologuista, que llega a enumerar una serie de personajes que «odia»: desde el propio Banderas a Leo Messi, pasando por Hugh Jackman o su ex parejaClara Lago. El giro final, eso sí, queda al disfrute del espectador: «El texto estaba escrito antes de la pandemia, hace unos dos años, y lo que se ve está casi sin modificar por la pandemia. Creía que había que hablar del elefante en la habitación y por eso dedicamos un bloque a mi enfermedad, pero el momento de crispación social del que hablo venía ya de antes».

Enmarcado en la tradición española del monólogo, que más que chiste a chiste, se construye de axioma en axioma, Rovira reflexiona en su especial sobre lo que nos lleva a estar siempre enfadados y que él ha sufrido en sus propias carnes tras las efímeras polémicas que ha podido protagonizar en redes sociales: «Yo creo que hay cosas que se llaman justicia y ley, que son como muchísimo más antiguas que nosotros. Si tú no piensas así y no te apetece ir a ver la película o el concierto, o el monólogo de fulanito porque se cuenta que ha pasado tal cosa… Estás en tu derecho de no hacerlo», remata apuntando hacia la cultura de la cancelación.

Rovira, que confiesa haber visto el monólogo “infinidad de veces” para encontrar la toma perfecta de conexión con el público, explica que no es nada habitual, por muy cómodo que se sienta consigo mismo en pantalla: “ Hay algunos bloques en los que salió redondo en la primera, pero luego tiraba mejor el chiste en la segunda… No me incomoda verme. No suelo verme mis películas 7 veces tampoco. Las veo en el estreno, durante la promoción y luego no mucho más. A lo mejor un día en casa, cuando me dice mi madre que le apetece verla conmigo. No recomiendo ver una película mía más de tres veces”, dice con sorna. Antes de despedirse, como en su nuevo especial, un detalle: «Desde el principio, como he participado en la producción y en la edición, sabía que quería terminar con el ’'Eso que tú me das’' de Pau Donés, como homenaje a él y a todos los que, por un motivo o por otro, ya no están».