Sección patrocinada por sección patrocinada
Música

Entrevista

David Bustamante: “Hay que vivir como si nunca te hubiesen hecho daño”

El artista celebra dos décadas en la música con “Veinte años y un destino”, un disco en el que repasa su trayectoria

David Bustamante
David BustamanteRuben MóndeloLa Razón

Con David Bustamante ya sobran las presentaciones. Ayer fue el día de su 39 cumpleaños, y con él charlamos sobre su nuevo trabajo, “Veinte años y un destino”, con el que repasa los mayores éxitos de sus dos décadas de carrera en la música. El disco sale hoy en pre-venta.

-Feliz cumpleaños, le caen 39.

-Bien cumplidos y muy bien vividos.

-Y 20 celebra en la música.

-Es un día especial y por eso lanzamos este álbum, que ha llevado un año y pico de trabajo, y que fue como un viaje en el tiempo, algo bonito y emocionante. Miré atrás y vi todos esos discos. Recordé todo lo que hemos trabajado. Hemos vuelto a cantar y a vestir algunas de las canciones que más quiero.

-Se ha puesto nostálgico.

-Claro, es que uno se da cuenta y se siente orgulloso de todo lo hecho. Creo que mi carrera habla bien de mí, del crecimiento musical que he tenido como artista.

-Cuando empezó en “OT” era un crío.

-Y muy inexperto. Yo venía de armar ladrillo, de trabajar en la obra, pero la música había formado parte de mí. Antes de eso, había estado en el conservatorio con 12 años, y eso algo que muchos no saben. Estudié cuatro años de solfeo y piano y de pequeño hice algunas actuaciones en teatros. Mi padre es músico, aunque no profesional, porque su oficio era el de albañil. Así que la música ha estado ahí siempre.

-Pero tiene la sombra alargada de la academia de “OT”.

-Yo compongo muchos de mis temas, pero no he priorizado eso. Le he dado el alma a canciones escritas por otras personas. Aunque ahora ya me veo con capacidad de mostrar mi historia de forma más madura y de apostar por más variedad. Todo llega a su tiempo. Quizá lo siguiente sea más personal, no lo sé. En 39 años he vivido cien vidas.

-La mayor parte son canciones de terceras personas, ¿no tiene afán de publicar las propias?

-Nunca he sido ambicioso. Prefiero que vaya en el disco la canción que mejor me represente en cada momento. No he tenido ese afán: si hay otro que escribe una mejor canción que la mía, debo de cantarla. Empecé como intérprete y así es como he aprendido a hacerlas mías.

-¿Cómo ha cambiado como artista?

-Pues al volver a cantar las canciones me he dado cuenta de que, y no era culpa mía, tenía la voz todavía sin hacer. En este tiempo he crecido y me he ido formando y la voz se ha ido llenando de las cicatrices de cada concierto, de la experiencia, del carácter. Todo eso hace que cante como canto. Me encuentro en mi mejor momento y me he cuidado mucho para que así sea. Ahora es cuando más disfruto, porque mi arma principal, que es la voz, va adonde quiere el alma, y así todo es más pleno. Cuando tenía 19 años estaba en plena búsqueda, no solo musical, sino que quería encontrar mi sitio como persona.

-¿Se canta mejor por vivir más o por practicar más?

-Por vivir más, siempre. Hay que vivir de forma apasionada. Hay que vivir como si nunca te hubieran hecho daño, hay que sonreír, y pasar esos momentos malos también. Todo tiene un porqué, hasta las traiciones tienen un porqué. Uno no puede dejar de ser uno mismo, sino aprender de eso. Te forja el carácter. Y si la gente que te rodea es positiva, es que ha merecido la pena.

-Entonces uno canta mejor si padece.

-Si padece y si disfruta. La vida es un poco de sal y de pimienta. Si padece mucho, te vuelves oscuro. Hace falta también disfrutar.

-Después de tantas canciones, ¿se aprende del amor cantándole?

-A cantar al amor se aprende a base de amar y yo no se hacer otra cosa. Yo amo de muchas maneras y soy un enamorado de la vida, de mis amigos, de mi pareja, de mi hija, de mis padres, de todo. Soy una persona muy apasionada. Gris, nunca. Blanco o negro. Vivo en una continua montaña rusa, y eso hace que quien soy es de verdad, se me ve venir.

-En el capítulo de historias tristes, acabamos de perder a Alex Casademunt, amigo y compañero.

-Ha sido muy difícil y muy duro . Por suerte, hablamos 15 días antes de que todo pasara y teníamos planes. Habíamos hablado de hacer cosas y me duele que hayan quedado en eso, en cosas por hacer. Pero se fue queriéndonos mucho. Ha sido un palo. Este mundo no le entendía y se fue pisando fuerte. Vivió a fondo.

-¿Qué siente cuando canta “Dos hombres y un destino”?

-Pues ahora, algo extraño. Cuando anuncié este proyecto se me achacó que no contaba con él, pero era un proyecto personal y quería tener colaboradores diferentes para el disco. Otra cosa era el directo, que bueno, estaba previsto contar con mis compañeros. Y esta canción servirá como homenaje para él.

-¿Hará gira?

-Lo haremos con todas las precauciones, con mucha responsabilidad, porque el público es mi familia. Hay que tener mucha precaución, pero la cultura es segura. Nosotros vamos a cuidar para que la gente pueda venir y empezar una gira este año. Mis compañeros necesitan trabajar porque no tenemos absolutamente ninguna ayuda. La gente necesita poder trabajar. Pondremos las medidas y lo haremos bien, pero la cultura es segura y no debe pagar los errores de otros.

-¿Cómo le ha afectado individualmente?

-Yo tengo la suerte de que trabajo en la tele, pero si no, sería inviable. Los impuestos llegan de manera voraz y no hace falta saber de matemáticas. Vamos sobreviviendo. Yo no me puedo quejar, y por eso saco el disco, para que entre luz por la ventana.